Marianne
Luego de una maravillosa e inolvidable semana haciendo el amor con Marco en la Toscana era hora de volver a casa...
—Marianne, por favor, no soy nadie para pedirte esto pero ¿Escapémonos sí? Te amo pequeña y no puedo soportar verte con él, por favor...
—Marco, no es tan sencillo, créeme que lo haría, pero no puedo amor, por favor, no ahora, tengo cosas que solucionar y...
—No Marianne, si es sencillo, tu lo haces difícil, no me amas, ¿Es eso?, Marianne si amas a Pedro puedes decirlo, yo no tengo ningún problema, pero dilo de una vez para que pueda olvidarme de ti.—dijo dolido.
—Marco no es eso, yo tengo una vida en Argentina, no es sólo Pedro, no puedo dejar todo por ti amor, no así, deberé conseguir otro trabajo, o lo que sea, pero no puedo irme ahora Marco, yo tengo más en Buenos Aires de lo que podrías pensar, y no significa que no te ame Marco, porque no es lo mismo que tu dejes todo por mí, a que yo lo haga por ti, debo ordenar mi vida para así poder crear una nueva junto a ti, pero hasta que no acabe con los ciclos que me atan, no puedo iniciar otro, sé que es difícil para ti Marco, pero de verdad necesito tiempo, si puedes esperarme bien, si no, también, solo te deseo lo mejor.—dije soltando unas lágrimas.
—¿Este es el adiós?—preguntó mirándome.
—Solo si tú lo deseas.—dije mirándolo y él soltó unas lágrimas.
—Yo nunca desearía decirte adiós, pero ahora lo hago Marianne...te digo hasta pronto, no sé que pase en nuestras vidas a partir de ahora, pero quiero que sepas que nunca voy a olvidar todo lo que hemos vivido, especialmente en esta mágica semana, te amo y sea lo que sea lo que decidas, te amo.—me besó, como si fuera la última vez...pero yo no quería que fuera la última.
Marco me ayudó a subir al auto y lo vi por última vez, antes de encender el auto y perderme por los caminos de Florencia, esto no era un cuento de hadas, era la vida real y debía dejar de pensar en que todo sería perfecto con Marco cuando no era así, no soy una niña, pero estoy actuando como tal, pensando en mi y no en los demás, sé que al irme estoy haciéndole daño a Marco, pero al mismo tiempo si me quedo le haré daño a Pedro...
"Y si no haces nada te haces daño a ti misma"
Cuando al fin pude bloquear mis pensamientos ya estaba en el aeropuerto y sin mirar atrás me fui, no quería volver, pero debía hacerlo...
Llegué a Buenos Aires a las 6am, de allí partí directo al trabajo, en tres días partiríamos a Chile y eso sería bueno, quizás podría despejar un poco mi mente.
La primera persona a la que vi al llegar a las oficinas fue a Pedro.
—¡Amor! ¡Volviste!—dijo entusiasmado y me dio un beso que no correspondí.—¿Te pasa algo?
—Solo estoy cansada amor.—dije tratando de sonreír, me sentía muy mal por Pedro, yo no lo amaba, ya no sentía nada por él, solo un cariño que nunca se iría, pero nada más.
—¿Quieres que hable con los chicos a ver si puedes ir a casa?
—No, amor, gracias, estoy bien.—o al menos trataría de estarlo.
Pedro y yo fuimos a su oficina en donde desayunamos y charlamos de cosas triviales, nada personal, gracias a Dios, preguntó por mis vacaciones, más no a donde fui o algo así, cosa que me alivió y agradecí, él, a pesar de todo, me respeta y trata de respetar mis decisiones.
—Hay algo que quería decirte Marianne.—dijo Pedro.
—¿Qué pasa?
—Tus padres están en Buenos Aires.
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Mi Pequeña. Marco Reus (Terminada)
FanfictionMarco Reus conoció a su pequeña por casualidad. De un momento a otro paso de increíblemente amargado a increíblemente feliz, nunca se imaginó que esa periodista, esa hermosa mujer pudiera robarle el corazón de ese modo. Sólo una mirada basto para qu...