Mi Pequeña. Marco Reus (Terminada)

Capítulo 26. Mrs Reus

Marianne

Hoy era un día sumamente especial, Marco sería presentado como entrenador de la selección Sub-20 de Alemania. Estaba muy orgullosa, a lo largo de nuestro tiempo juntos, especialmente luego de dejar el Borussia decidió que quería ser entrenador, primero empezó con los niños de la DFB pero sus buenos resultados dejaron encantados a Joachim Löw y el equipo de la Mannschaft quienes le ofrecieron el puesto y tras mucho pensarlo aceptó.

Sabía que no sería fácil y que tendría a toda la prensa mundial sobre él, pero confiaba en que todo estaría bien, confiaba ciegamente en mi amor.

—¿Me arreglas la corbata mi amor?—dijo Marco llegando a mi lado, yo sonreí y dejé un beso en sus labios para tomar su lazo y arreglarlo.

—¡Te ves guapísimo!—dije sonriendo.

—¡Yo siempre me veo guapísimo mi amor! Pero gracias.—dijo besándome y yo reí—Tú te ves hermosa, realmente hermosa ¡Todos mis jugadores se enamorarán de mi chica!

—Pues muy mal por su parte si lo hacen, porque yo soy sólo tuya bebé, te amo.—dije besándolo.

—¡Me encanta esa respuesta mi amor!

—¡Papi!—dijo Cat entrando a la habitación seguida de Laura quien la miraba de cerca.

—¿A qué se ve hermosa?—dijo Lau quien estaba encantada con el vestido dorado que llevaba mi —¡No es justo yo quiero una niña!—Marco y yo reímos.

—¡Pues yo puedo dártela mi amor!—dijo Mario llegando sonriendo y besando a Laura—Amigo, aquí como que ciertas señoritas son muy afortunadas...

—Mira que estos partidazos como maridos.—dijo Marco y Lau y yo nos partimos de la risa.

—¡Afortunados otros mi amor!—dijo Laura riendo.

—Es hora de irnos chicos.—dijo Marco serio.

—¡Ay miren que puntual nos salió Marcinho!—dijo Mario—Quien te ve no te conoce.

—¡Ya déjalo Mario!—dijo Laura.

—Pero que calladito nos salió la ardilla.—dijo Marco—Quien te ve no te conoce.

—Que perra eres Marco Reus.

—Así me amas mi amor.—dijo mi Marco lanzándole un beso.

Minutos más tarde atravesábamos las oficinas de la escuela de fútbol de la Mannschaft en Frankfurt.

Lau y yo no parábamos de hablar mientras que Mario tenía a mi chiquita en brazos por lo que no me di cuenta de que Marco se había quedado atrás.

—Marianne—dijo Marco llamándome y fui hasta él.

—¿Qué pasó cariño?—tomé sus manos y las acaricié mientras lo veía.

—Estoy nervioso mi amor.—dijo Marco juntando su frente con la mía—No sé si pueda lograrlo.

—Nunca lo sabrás hasta que no lo intentes.—dije mirándolo—Yo te amo mi Marco y sé que lo harás excelente, será difícil pero debes confiar en ti y en esos chicos, esto es sólo el comienzo para una larga y prometedora carrera para ti y no lo digo por ser tu esposa, lo digo como una mujer que sabe de lo que está hablando. Y como tu esposa te digo que creo en ti, sal y demuéstrales a todos de lo que estás hecho.

—¿Puedo contar contigo mi amor?—dijo Marco acariciando mi rostro.

—Siempre mi amor, siempre.—dije besándolo—Te amo, tu puedes hacerlo.