Capítulo 33. The letter and the talk

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Marianne

Cuando desperté ya Marco se había marchado, volví a nuestra habitación y no pude evitar llorar. La sábana estaba completamente tendida señal de que Marco no había dormido allí, pero si había un sobre que llevaba mi nombre sobre ella...y sabía claramente quien lo había dejado allí.

Decidí que no la leería, no hasta que tomara un baño, entre al mismo y me vi al espejo. No parecía yo en absoluto, tenía el maquillaje corrido, la máscara de pestañas llegaba a la comisura de mis labios, mi cabello alborotado y mi cara hinchada, me veía de 50 a mis 30 años pero era lo que había, me quité todo el maquillaje, me lavé la cara y llené la bañera.

Parecía surreal pensar en todo lo que había pasado, en como una historia de amor tan hermosa se hubiera reducido a cenizas...a nada, se suponía que esta sería una mañana hermosa, se suponía, demasiadas cosas habían pasado en dos días.

Nos enamoramos rápidamente y ahora parece que nos separamos de la misma forma, todo lo que podía hacer era llorar, llorar por el dolor tan grande que sentía mi corazón, porque sí, debía ser fuerte pero ahora no podía, no podía sacar este dolor de mi corazón ¡Un nena me quitó al amor de mi vida!

Ya no era suficiente para Marco, ahora tenía que afrontar la vida sola al lado de mis niñas, al menos las tenía conmigo porque sé que no me las quitaría...y que ni lo intentara.

No sé cuánto tiempo pasó desde que entre y salí del baño pero la verdad no me importaba, podía seguir regodeándome en mi miseria durante un rato antes de ir a casa de mi suegra a buscar a las niñas.

Al salir del baño me puse una de mis pijamas favoritas y volví a la habitación en donde estaba la carta, me vestí con un piyama y luego tomé el sobre.

Abrí el sobre y saqué la carta...la tomé en mis manos y la desdoblé, era de casi dos páginas y era claro que Marco la había escrito, sus trazos irregulares y algo corridos con lo que supuse eran rastros de lágrimas lo comprobaban.

Me senté en la cama y me cubrí con las mantas antes de tomar nuevamente la carta y empezar a leer:

Para mi única e inigualable pequeña: Marianne Carter Reus

Porque si, tu siempre serás mía pequeña...

No sé cómo empezar esto pero pienso que un LO SIENTO es un buen comienzo y que sin embargo, no es suficiente. Yo te hice daño, mucho daño cariño y créeme que nunca seré capaz de perdonarme a mí mismo por esas lágrimas que derramaste y es que no sabes cómo me partió el corazón verte así...y lo peor de todo es que fue por mi culpa. Todo ha sido mi jodida culpa. Yo no debí caer por esa chica teniendo a una diosa y dos princesas esperándome en casa. No cuando lo tenía todo y ahora lo estoy perdiendo por una tonta equivocación.

No quiero que pienses que no te amo porque tú lo eres todo para mí y no has sido más perfecta este y todos los años desde que nos conocimos. Yo te amo más con cada respiro y quizás no me creas pero en el fondo de tu corazón sabes que es así. Sólo fui un tonto cariño que está perdiendo el respeto de sus jugadores por sus acciones.

Le hice daño a mi jugador más valioso y a ustedes mis chicas, a mi Cat, a mi Des y a mi Mari. Mis niñas que ahora tendrán que vivir sin mí, pero por favor, por favor te pido que le digas a mis niñas día a día que las amo profundamente y que lucharé por ustedes. Porque si mi amor, no te dejaré ir, ustedes son mi todo, mi vida entera y no dejaré ir mi felicidad porque tú y yo sabemos que nacimos para estar juntos...pasé mucho tiempo buscándote y no te dejaré ir a ahora, no así...TU ERES EL AMOR DE MI VIDA Marianne Reus y aunque tenga que rogarte de rodillas mil años por tu perdón lo haría sin dudarlo un segundo porque te amo como nunca he amado ni amaré a alguien.

Mi Pequeña. Marco Reus (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora