Marco Reus conoció a su pequeña por casualidad.
De un momento a otro paso de increíblemente amargado a increíblemente feliz, nunca se imaginó que esa periodista, esa hermosa mujer pudiera robarle el corazón de ese modo.
Sólo una mirada basto para qu...
Volví a Buenos Aires dos días después, por raro que pareciera me costó mucho dejar Dortmund, era una locura pero esto me estaba gustando mucho, recuerdo que cuando tenía unos 16 años estaba completamente enamorada de Marco, veía todos sus partidos, cuando estaba en la selección ¡Todo!
Siempre peleaba con mis amigas y les decía que el era mio, eran tantas cosas que imaginaba, soñaba con que un día sería la señora Reus, y ahora lo tenía aquí, tan cerca de mi, me costaba trabajo creerlo y me costaba creer que había engañado a mi novio y no quería comparar, pero lo que había sentido con Marco en cuatro días no lo he sentido con Pedro en 1 año y no creo que pueda sentirlo, no creo poder seguir con esta mentira...
Ya había pasado una semana cuando entré a Instagram y vi el de Reus, había subido una foto.
Te extraño mucho #Bff ¡Espero verte pronto!
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Sonreí, ¡Esa foto me encantaba! El día luego del partido nos quedamos en su casa y nos sacamos cientos de fotografías, incluso algunas besándonos, empezaba a sentir mucho, muchísimo cariño por Marco y eso me estaba volviendo loca, no porque me asustara, si no porque no tenía idea de que hacer, sé que le dije a Marco que me arriesgaría pero ¿De verdad estaba tan dispuesta? Después de todo no habían pasado más de dos semanas que nos habíamos conocido.
Llegue a casa luego de una larga jornada de trabajo, ese día no había visto a Pedro pero ¿En dónde estaba? ¡Justo al frente de mi puerta!
—¿Qué es esto Marianne?—dijo furioso mostrándome la foto del Instagram de Marco.
—¿Una foto?—dije sarcásticamente.
—Estás graciosita.—dijo apretando mi muñeca.—¿Se puede saber por qué Marco Reus sube fotos diciendo que te extraña?
—¿Quizás porque somos amigos y nos gusta estar juntos?—dije desconcertada. ¿Ahora se iba a poner así por Marco?
—¿Amigos? ¿De verdad crees que me creeré eso?—dijo gritándome—¡Seguro ya te acostaste con él!
—Pues si eso es lo que de verdad piensas no entiendo por qué estás aquí, porque que yo sepa tú vales mucho para acostarte con zorras ¿No?—dije molesta pero sin levantar la voz.
—Marianne no...—dijo el dándose cuenta de su error.
—Si Pedro, me llamaste zorra pero no te preocupes, cuando estés más calmado y quieras venir serás bienvenido, ahora, no quiero estar contigo.—dije abriendo la puerta de mi apartamento y cerrándola en su cara.
Sabía que no debía estar molesta, él tenía razón, no me acosté con Marco, pero si lo besé. Solo dejaría que se le pasara el enojo y ya hablaríamos. ¡Dios! ¿Desde cuándo me había vuelto tan perra?
