Marianne
Marco y yo pasamos dos semanas decorando nuestra casa y finalmente estaba terminada, había quedado tal y como quería hogareña, pero con toques modernos.
Había puesto fotografías de ambos, de los grandes momentos de Marco y este había comprado unos cuantos portaretratos más esperando a que llegaran las mías, también puse un poco de mi país, poniendo una bandera enmarcada en una de las paredes de la sala, me hacía sentir como en casa.
Había disfrutado cada minuto de esas dos semanas, pero era hora de volver a Buenos Aires, tenía que poner orden a mi vida, le dije a Marco que iría sola, sin embargo se rehusó completamente, así que me acompañaría y eso me hacía sentirme feliz y por supuesto, mucho más segura de nuestra relación, la prensa podría decir lo que quisiera, pero eso no nos detendría.
—¿Lista mi pequeña?—dijo Marco cuando subimos al avión.
—Contigo siempre.—dije sonriendo.
Al llegar al aeropuerto fuimos asediados por muchos periodistas, Marco tomó mi mano y subimos al auto que ya nos esperaba.
—Todo estará bien mi amor, no dejaré que nadie te haga daño, eso lo juro.—dijo besando mi cabello y yo lo besé.
—Te amo tanto Marco Reus.
Nuestra estadía en Buenos Aires duró una semana, fuimos al canal, todos me recibieron con miles de besos y abrazos, los quería tanto, les presenté a Marco, se llevaron muy bien con él y se alegraron al vernos tan felices.
Pablo me propuso lo que nunca esperé, tener mi propio programa, sería de entrevistas a futbolistas y personalidades influyentes dentro de ese mundo, era un honor para mí y sería grabado en donde estuviera la personalidad, lo cual, no me obligaba a estar en una sola parte. Además, seguiría colaborando con Fútbol Total, puesto que cubriría la Bundesliga de ahora en adelante y sólo viajaría en caso de algún evento grande para el que me necesitaran. Estaba sumamente agradecida por eso, no sería lo mismo pero estaba lista para un nuevo reto en mi carrera.
Al final de mi estadía los chicos me sorprendieron con una gran fiesta de despedida y yo no podía estar más emocionada y agradecida.
—¿Estás segura de esto mi amor? Te ves tan triste.—dijo Marco preocupado.
—Claro que estoy triste mi vida, he pasado momentos maravillosos aquí, pero deseo estar contigo.—dije acariciando su rostro—además, tengo este extraordinario trabajo que estaré orgullosa de realizar no sólo porque me encante, si no porque estaré más cerca de ti.—y lo besé para no dejarle ninguna duda de lo que quería.
También me despedí de mis amigos allí como Nani, la extrañaría mucho, pero me aseguraría de viajar a verla tan pronto como pudiera.
Luego de empacar y enviar mis cosas a Alemania, le dije adiós a mi apartamento y a mi segunda ciudad para empezar una nueva vida al lado del hombre que amo.
Pero la vuelta a Alemania tenía una escala más, Venezuela, estando allí visitamos a mis padres, mi mamá entre sollozos me pidió perdón y mi papá me abrazó como nunca. Fue él quien se encargó de lo que había pasado con Pedro y al parecer, él mismo se había internado en una clínica de rehabilitación para tratar sus comportamientos impulsivos, estaba tranquila por la decisión que había tomado, dentro de todo era un buen hombre y merecía estar mejor.
Marco se presentó con mis padres en su pobre español y lo aceptaron, me reuní con mi hermano, mi cuñada y mi sobrina hermosa, y disfrutamos una agradable semana en Venezuela...
—Marianne.—me dijo mi padre una tarde—¿Podemos hablar?
Fuimos al jardín y nos sentamos.
—Te veo feliz mi amor.—dijo papá sonriente.
—Estoy muy feliz con Marco papá, lo amo y sé que él me ama de la misma forma.
—Al principio pensé que fue un error cariño, pero me doy cuenta de que no, ese hombre te ama hija y estoy feliz de que en él pudieras encontrar lo que tanto buscabas.
—Él es mucho mejor de lo que esperaba, y sé que hay 10 años de diferencia, pero eso no importa, lo amo y estoy dispuesta a estar con él, extrañaré esto, extrañaré mi casa, a los chicos, pero es hora de crecer, de expandir mis horizontes y ver qué cosas maravillosas me trae el futuro, sé que no será fácil, porque tengo mi carácter.—él rió—pero nadie es perfecto y por eso Marco deberá aguantarme.
—Y tú a él.—dijo papá riendo.
—Y yo a él, a mi alemán hermoso.—papá rió—él es mi príncipe papi, de verdad que lo amo, cada vez que lo veo quiero comérmelo a besos, y es tan ardiente...—dije mordiéndome el labio.
—Si cariño, pero eso no me interesa saberlo.—reí.
—Lo siento papá.—dije riendo.
—Te extrañaré mucho mi chiquita, pero me alegra saber que él es tu príncipe, que te protegerá y te amará, aunque nadie te querrá más que tu padre ¿Lo sabes?—yo asentí—pero, por ser Marco debo compartir.—sonreí.
—Nadie competirá contigo papi, eres el mejor, eres mi superhéroe, mi rey.—dije dando un beso en su mejilla.
—Te extrañaré mi nena, pero iremos a verte pronto así que no te salvas de nosotros.
—Ni que quiera papá, así te enseño mi casa, puse muchas fotos tuyas por el lugar, Marco dice que se siente vigilado.
—Así me gusta.—ambos reímos—te amo Marianne, estoy tan orgulloso de ti hija.
—Yo te amo más Papá, te amo y te extrañaré mucho.—lo abracé y miré hacía la puerta allí estaba Marco, papá lo vio y lo llamó.
—Marco Reus, hoy te estoy dando a lo más sagrado que tengo, a mi hija menor, mi única nena, y te pido que me la cuides y le des todo el amor que ella se merece, respétala, protégela, dale todo tu apoyo y ten paciencia, mucha paciencia.—Marco rió—Ella es mi vida y ahora será la tuya, confió en que no me decepcionarás Marco.
—Le prometo señor que no será así, yo daría mi vida entera por Marianne y ella lo sabe, es lo más hermoso que ha llegado a mi vida y no la dejaré ir.
—Así me gusta hijo.—dijo papá—Bienvenido a la familia.
—Gracias señor Carter, ¿Señor?—dijo Marco nervioso.
—¿Si hijo?
—Como ya sabe, amo a su hija y la cuidaré y amaré siempre, por eso quiero pedirle su mano.—vi a Marco sorprendida al igual que mi papá.—No será ahora, porque quiero llevar las cosas con calma, pero si quiero que cuando llegue el momento, podamos contar con su bendición.—dijo tomando mis manos y susurrando un te amo mientras yo solté unas lagrimas.
—Tienen mi bendición, pero nada de bodas a escondidas ni nada de eso, quiero entregar a mi pequeña hija. Y si me entero de que le hiciste daño Marco Reus, no habrá lugar en el planeta en que puedas esconderte, porque yo te encontraré.—dijo serio.
—Créame, si le hago daño, el primero en golpearme seré yo.
Papá asintió complacido con su respuesta y ambos se dieron un cálido abrazo.
—Ahora...¿Para cuándo los nietos?—Marco y yo reímos.
—Pronto papá, pronto...
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Hasta aquí el capítulo chicas, ¡Espero les haya gustado!
Cuéntenme qué tal les ha parecido la novela ¡Y no se olviden de votar!
¡Las quiero!
Un beso
Paty
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Mi Pequeña. Marco Reus (Terminada)
ФанфикMarco Reus conoció a su pequeña por casualidad. De un momento a otro paso de increíblemente amargado a increíblemente feliz, nunca se imaginó que esa periodista, esa hermosa mujer pudiera robarle el corazón de ese modo. Sólo una mirada basto para qu...