Capítulo 24. The Luckiest Men in the World

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Marco

Me encontraba jugando con los niños, eran adorables y muy talentosos, darles clases y ver como sus caritas se iluminaban y lo entusiasmados que se ponían al ver un balón me hacía feliz, tenía un pequeño grupo de niños y niñas, ellos me adoraban y yo los adoraba a ellos, tenía unos 6 meses aquí y me gustaba mucho mi trabajo, extrañaba las canchas, si, pero ya era hora de estar fuera de ellas y si es enseñando a estos pequeñines a seguir sus sueños me doy por bien servido, los veía a todos, uno por uno, ya me podía imaginar a mi bebé aquí, corriendo detrás de la pelota mientras reía, un pequeño o pequeña con cabello rubio y ojitos verdes, no podía esperar a que naciera, ya quería besarlo, abrazarlo, protegerlo, quería tenerlo conmigo...y justo como si Dios hubiera oído mis súplicas escucho a alguien llamándome...

—Marco.—yo volteé y allí estaba Mario, quien sólo sonrió y dijo.—Es hora.

Yo sonreí como bobo y corrí hasta fuera del estadio, media hora después entré en la sala de partos del hospital, mi pequeña estaba en la gran bañera, habíamos decidido que sería parto por agua, ella se veía cansada, al verme sus hermosos ojitos se iluminaron, ella era mi pequeña, mi vida y ahora mi pequeña daría a luz a nuestro hijo.

Yo entré en la bañera detrás de ella y la abracé, el doctor sonrió y dijo que estábamos listos para empezar...

—Vamos mi chiquita, tú puedes mi amor, nuestro bebe vendrá al mundo gracias a ti, a la mujer más hermosa que he conocido...tú puedes mi chiquita.

—Te amo Marco Reus, Te Amo.—me besó.

Una hora después oímos un llanto, el llanto más hermoso que he visto en mi vida, el doctor rápidamente tomó a la pequeña criatura y ya yo estaba llorando como un loco...

—¡Es una niña! ¡Una preciosa niña!—dijo el doctor entusiasmado.

—Una niña mi amor, una nena, otra chiquita, así como tú.—dije viendo a mi amor, ella se veía cansada pero su rostro emanaba un brillo diferente, y a su vez, mostraba la mayor sonrisa que pude haber visto.

—¡Una nena Marco! Nuestra nena!...dijo acariciando mi rostro.—Gracias mi amor, gracias por este regalo.

—El que debe estar agradecido soy yo mi amor, soy yo, tú me has dado todo y más, me haces feliz, me amas y ahora me has dado la dicha de ser padre y estaré en deuda contigo por siempre por ello mi amor...te amo, te amo, las amo.

El doctor puso a nuestra chiquita en brazos de su madre, ¡Era hermosa! ¡Hermosa y preciosa! Tenía unos grandes cachetitos y ahora dormía plácidamente, también se veía un poco de cabello rubio, tal y como papá y lloré más, esto era lo que había deseado toda mi vida, un bebé ¿Y quién me lo dio? El amor de mi vida, la mujer que yo más amo y que nunca dejaría de amar...

—Es preciosa mi amor...preciosa.

—¡Divina cariño! Divina.

—¡Hola preciosa! ¡Te amo! ¡Te amo! Soy papá bebé...eres la mayor cosa que una vez nos ha pasado.—dije cargando a mi chiquita—te amo.

—Y ¿Cuál será el nombre está princesa?—dijo el doctor emocionado, yo vi a mi princesa quien me sonrió y asentí.

—Se llamará Catalina...Catalina Belle Reus.-declaré orgulloso y feliz al ver a mi hija entre mis brazos.

—Es perfecto mi amor.—dijo ella dándome un beso.

Minutos después se llevaron a mi novia y a mi hija para revisarlas y para que descansaran un poco, yo salí de la sala y fui a la recepción en donde me esperaba Mario.

Mi Pequeña. Marco Reus (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora