Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©

Capitulo cuatro.

"Juguemos algo bonito II"

Llegue a un punto en el cual sólo se escuchaban mis fuertes jadeos en aquel bosque. Mis manos temblaban por alguna razón en específico, razón que desconocía.

Me senté en una roca y observe mi alrededor. Cada vez que me adentraba más y más al bosque me iba pareciendo más siniestro.

Si este bosque esconde algo lo descubriré.-Pensé.

Me levante decidida a seguir caminando, cuando de repente sentí la sensación de estar siendo observada.

La ignore y trate de seguir caminando, tan sólo había dado seis pasos y esta sensación estaba comiéndome por dentro, rodando por cada parte de mi cuerpo. Un leve escalofrío se apoderó de mi, mis piernas no me respondían, mi respiración estaba cada vez más audible, esta situación era algo...

–Aterradora–Dije para mi misma, con mis manos precione mi pecho, y respire profundo.

Calmate, nadie te observa.

Sí...estoy sola...

O quizás no.

Unas frías manos rodearon mi cintura y me empujaron bruscamente a su regazo, su manos fueron subiendo lentamente a mi vientre, allí se detuvieron. Sentí una pequeña respiración en mi oído derecho.

Cerré los ojos con fuerza.

Sea lo que sea que quiera esta persona, no será bueno.

–Eres valiente–Dijo esa persona, y en ese instante supe que era...¿Jeff? Sí, se llamaba Jeff.

Suspire, me sentí más tranquila, lo cual no era normal ya que estaba con un asesino...

Jeff me presionó más a su cuerpo, lentamente comenzó a acercarse a mi cuello...

–P-para...–Susurré con la voz rota.

Sentí una vibración y note que estaba riendo.

–N-O  L-O  H-A-R-É–Dijo lentamente en mi oído, susurrándome, su voz daba miedo.

Trague saliva.

Okey...calmate Alma...calmate...

Percibí un olor conocido, un olor que deseaba volver a oler de nuevo.

Sangre.

Quite sus frías manos con delicadeza de mi vientre y coloque mis manos en su pecho, su rostro había cambiado de un rostro burlón a uno confundido, mire su abrigo blanco, aún estaba lleno de sangre, pero esta era reciente.

Mató a alguien...

Quite una de mis manos de su pecho y pude notar como estaba roja de sangre.

Sonreí levemente.

Me acerque más y más a su pecho, hasta que mi nariz logró apreciar más el olor de la sangre.

–Esto es...–Dije levantando la mirada para mirarlo, estábamos a centímetros uno del otro. –Sangre -A...–Dije sonriendo un poco, su rostro seguía con una expresión confusa.–Mi favorita.–Tan pronto lo Dije seguí disfrutando del olor de su abrigo.

Espera...

¡Parezco loca! Debo mantener la cordura...cordura....

Intente alejarme de su pecho, pero estaba a merced del olor.

–Estas...mal...–Dijo él en voz baja.–Estas loca...ni siquiera yo se distinguir entre los tipos de sangre...–Dijo alejándome de él, quedamos a una distancia prudente uno del otro, ambos sentados en el césped.

Suspire.

–Cierto, matame.–Dije dándole un incinerador que llevaba conmigo.

Su rostro estaba indiferente...como si no entendiese lo que yo decía.

–Puedo morir incinerada, pero, preferiría que hicieras un corte en mi nuca, pero ahora que lo pienso...no, prefiero morir ahorcada o quizá...¿Tienes un veneno o algo...?.–Dije dirigiéndome a él, quien me miraba esperando que lo que decía fuera una broma.

–¿Es una broma?.–Dijo extrañado.

Acerté.

–No.–Dije seriamente.–¿Para que más me invitarias al bosque? ¿No ibas a matarme?.–Dije confusa.

De su abrigo sacó un cuchillo, el mismo de anoche y lo colocó en el suelo.

–Mira, yo te mataré.–Dijo serio.–Solo si tu matas a alguien frente mío.–Dijo con una sonrisa siniestra.

Mamá, creo que conocí a alguien realmente extraño, quiere que mate a alguien, luego dice que va a matarme...¿Que debería hacer?.

Aunque ahora que lo pienso...la rara aquí soy yo, estoy metida en un lío, no puedo salir de este tan fácilmente...por lo que veo.