"Hablar"
Al llegar a casa me límite a abrir la puerta delantera y correr a mi habitación.
Mis padres no habían llegado.
Y tal vez no lo hagan hoy, según la carta mamá tiene un turno de noche y papá...el estaría con su amante o algo parecido.
Me acosté boca abajo en mi cama y me recoste de mi almohada.
Debo matar a alguien mañana.
D sólo pensar en ello mis pelos se ponían de punta.
No quiero hacerlo, no quiero ser yo quien decida si una persona debe morir o no...
Observe mi calendario.
23 de Junio.
Ayer terminaron las clases.
Viernes...hoy debería ser sábado, mañana domingo, mis padres no trabajan hasta las 1:00 p.m.
Imaginó que mi madre me contara algo importante mañana, eso significa que...mañana no puedo ir al bosque.
Pero si lo dejó plantado...
¿No le importaría?
No quisiera comprobarlo.
Comencé a tararear una canción de cuna que solía cantar cuando pequeña para tranquilizarse.
(Canción de multimedia)
Suspire y me límite a cerrar los ojos, poco a poco mi alma comenzaba abandonar mi cuerpo, quedándome completamente dormida.
***
Estaba en el bosque.No podía ver, todo estaba oscuro. Pero sentía que estaba en el bosque.
Comence a escuchar unos gritos pidiendo auxilio, corrí siguiendo esa dulce voz pidiendo ayuda.
Al llegar pude ver como su pequeño cuerpo estaba rodeado de un charco de sangre.
No lograba distinguir su rostro, pero se parecía mucho a mi.
Intente socorrerla pero una frías manos rodearon mi cuerpo dejándome completamente inmovilizada.
Esa persona...
Gire, y al ver el rostro de aquella persona que de muda.
Jeff.
-Sueltame.-Dije desesperada.
Él no parecía escucharme, estaba segado por la sed se sangre, había una sonrisa tenebrosa en sus labios. Su rostro tenía pequeñas gotas de sangre.
Me lanzó al suelo sin ninguna delicadeza, sacó su cuchillo de su abrigo blanco, el cual no era tan blanco, ya que estaba lleno de sangre.
Posó su cuchillo en mi cuello.
-Go to sleep sweety Soul.-Dijo soltando una carcajada psicópata.
Levantó el cuchillo y con fuerza apunto a mi estomago, con brusquedad me apuña-
Desperté soltando un fuerte grito, tenía lágrimas en los ojos y estaba completamente sudada.
Todo esta bien...sólo fue una pesadilla...
Mire a mi alrededor hiper ventilando. Según la claridad era alrededor de las 9:30 p.m.
Me levante de la cama y tambaleando camine hasta el baño.
Allí me mire al espejo.
-Que horror.-Dije mirando mis ojeras y mi piel pálida.
Abrí el grifo y me lavé la cara repetidas veces con agua fría. El agua al contacto con mi piel se sentía como si quemara...
Que persona tan rara soy.
Yo misma me doy miedo aveces.
Me fije en cada detalle de mi físico. Era tan delgada y tan pálida, mi estatura no era no muy alta ni muy baja.
Suspire.
Observe por la ventana que estaba en una esquina del baño, era tan pequeña que apenas mi cabeza cabía por ella.
La noche estaba bastante hermosa, desde este ángulo se podían observar bastante bien las estrellas.
Me límite a quitarme toda la ropa y entrar a la ducha, al abrir la llave coloque mi mano derecha en el agua, estaba fría.
Perfecto.
Coloque todo mi cuerpo bajo la ducha, el agua fría al contacto con mi piel me hacia sentir un leve cosquilleo, lo cual al principio era molesto pero luego de un rato aquella sensación me comenzó a gustar.
Comencé a tararear una canción que cantaba cuando pequeña cuando me sentía sola.
Todos el tiempo cantaba esa canción...
Escuche un estruendo en la parte baja de la casa. Decidí pensar que fue un gato o algo así y continuar con mi baño, pero este ruido se fue transformando en un ruido constante.
Eran como pasos furiosos y por alguna razón sentía que estos se acercaban más y más a mi ubicación actual.
Mi corazón comenzó a palpitar con furia, podía sentir como mi respiración estaba comenzando a agitarse. Intente caminar pero por alguna razón mis piernas lo respondían.
¿Quien sería?
Lo primero que hice fue tomar la toalla y cubrirla por todo mi cuerpo.
Salí de la ducha, caminando a pasos lentos hasta la puerta...
Pero esta se abrió furiosamente, haciéndome caer al suelo.
-Tenemos que hablar...
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Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©
RandomElla vivía ahogándose en sus amargos y tristes pensamientos. La vida de Alma cambio al conocer a su asesino, a la persona que quería matarle. Ambos vieron un hueco de luz en la oscuridad de sus frías mentes retorcidas. Poco a poco Alma fue perdiendo...