''Hogar dulce hogar''
-Jeff, p-para.-Dijo intentando quitarme de encima.
Pero su fuerza contra la mía no era nada, seguí besandola, más y más...hasta quedarme si aire.
Maldito oxígeno.
Al separarnos ella se me quedó mirando y luego sonrió.
-¿Tanta sed de sangre tienes?-Preguntó en tono gracioso.
-¿A que te refieres?-Pregunte de vuelta.
Ella colocó su dedo meñique en su labio y sacó un líquido rojo de este.
-Me cortaste toda la boca y rompiste mi labio inferior.-Dijo como si lo dicho fuera una broma, pero no lo era. Sangre corrió por su boca, formando una gota al final de su rostro.
-L-lo siento...-Dije mirando a otro lado, arrepentido.
Ella río.
-Está bien, no tienes que preocuparte.-Dijo acercándose a mi.
Asenti.
-Nunca imaginé que Bloody tuviera novia.-Dije alzando las cejas.
-Pues, la tiene, y esa soy yo.-Dijo la chica rubia extendiendo la mano derecha.-Soy Alex, tu debes ser Jeff.
-Sí.-acerqué mi mano hasta la suya y realice un leve apretón de manos.-Parece que ya conociste a mi esclav...digo, mi novia.-Aclaré mi garganta.
Ella asintió.
-¿Me ibas a llamar esclava Jeffrey?-Dijo Alma. Su voz se escuchaba seria.
Solté una leve carcajada y negué.
-¿Cómo podría llamar esclava a mi otra mitad?-Dije mirándola con lujuria.
Durante un momento, mientras sus ojos chocaron con los míos, sentí como nuestras almas se entrelazaban y se volvían una, sus ojos brillaban, al igual que los míos. Ella esbozó una tierna sonrisa, no pude evitar hacer lo mismo...
Ella y yo en tan poco tiempo nos habíamos vuelto tan unidos que las palabras no eran necesaria para saber lo que necesitábamos, y en ese momento sólo necesitábamos una cosa, y era estar juntos.
Hoy, mañana y siempre.
No importaba que, la necesitaba cerca.
Estaba a unos pasos de abrazarla cuando Bloody me sostuvo del hombro.
-Jeff, ya es hora.-Dijo Bloody en voz baja.
Asentí levemente.
-Alma.-Dije llamando su atención.
Ella aun seguía mirándome, pero ya no sonría.
Esta vez parecía que iba a llorar.
Le entendí mi mano, ella la acepte y nos fuimos caminando hasta algun lugar...
Sin darme cuenta ya estábamos frente a una gran cabaña. Dos pisos y en mejores condiciones que la mía.
Esta era la creepy hause.
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Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©
RandomElla vivía ahogándose en sus amargos y tristes pensamientos. La vida de Alma cambio al conocer a su asesino, a la persona que quería matarle. Ambos vieron un hueco de luz en la oscuridad de sus frías mentes retorcidas. Poco a poco Alma fue perdiendo...