Capítulo nueve.

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"Tengo miedo"

-¡Jeff! Q-que susto, ¿Hablas de mi? A-ah...yo no iba a ningún lugar.-Dije tratando de sonar lo más casual posible, lo cual como pueden ver, no resultó.

Escuche unas pequeñas vibraciones, las cuales parecían ser la silenciosas carcajadas de Jeff.

Di un giro justamente de 360 grados sólo para encontrarme con su rostro. Él se encontraba un escalón menor que el mío, y aún quería saber como diablos llegó allí.

Pensé que estaba arriba, ¿No?

Al, tranquila, él no es normal, ni tu tampoco, pero, respira.

Inhala.

Exhala.

Perfecto.

¿A que vine aquí?

-Oye, quiero saber como sabes todo de mi.-Dije mirándolo a los ojos.

Él me halo del brazo y me llevó escaleras abajo.

-Oye, sueltame.-Dije algo enojada.

Él parecía no importarle lo que decía...

-Pareces que no te interesa lo que te digo.-Dije en tono bajo, casi murmurando.

-En efecto. -Respondio rápidamente.

Que directo.

Mi hipótesis era cierta, esta completamente loco.

Me sento en el sofá y el hizo lo mismo, pero estaba bastante lejos de mi ubicación.

-Respondiendo a tu pregunta. -Dijo recostándose de una mano del sofá.-Alguna vez esta cabaña estaba llena de asesinos, no llamábamos "creepypastas" y éramos muy unidos, pero, ocurrió cierto problema el cual hizo que cada quien se largara lejos de aquí, y yo quede sólo. Tus padres se mudaron un año después, y note que llevaban consigo a una pequeña niña muy extraña, prácticamente te comencé a acosar, logre notar cierto comportamiento extraño en ti, y cuando fui a tu casa ayer, logre comprobar que lo que pensaba era cierto.-Dijo para luego soltar un Suspiro.

-¿Que pensabas de mi?.-Dije algo inquieta.

-Que estabas loca.-Dijo en un tono juguetón.

-¿Perdona?.-Dije sintiéndome algo ofendida.

No tengo suficiente argumento para pelear. Si, hasta yo creó que tengo algo mal.

Suspire rendida.

-Tienes razón.-Solte en un Suspiro.

-Efectivamente, hasta aceptaste matar a alguien sólo por que quieres que te mate.-Dijo para luego soltar una sonora carcajada.

Hice un puchero.

Mierda, estoy callendo en su juego.

Pero...cuando ríe se ve...vivo, como si tuviera sentimientos.

-Jeff, cuando ríes no das miedo.-Dije sin pensar.

Su rostro se torno gris. Se acercó a mi lentamente hasta quedar nariz con nariz. Deslizó sus fríos labios hasta mi oido izquierdo.

Me estremecí.

-Estoy roto, no siento nada. -Susurro lentamente en mi oído.-Solo disfrutó el único momento en que asesino a personas, amo la sangre.-Soltó para luego darle un leve mordisco a mi oreja.

Mi corazón comenzó a latir más y más fuerte, no podía conmigo misma.

¿Que me pasa?

Él se alejó dejándome algo confusa. Me levante y me dirigí a la puerta.

-Mañana volveré con una víctima en mente.-Dije en voz baja.

Luego de ello corrí a mi casa con lágrimas en mis ojos.

Sentí tanto miedo en ese momento, no miedo a él, sino miedo a llegar a sentir algo por esta persona tan extraña...

Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora