Capitulo veintinueve.

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"MUDANZA"

*Narra Alma*

¿Qué...?

Diablos.

—M-mudarnos...—Dije nerviosa.

—Sí, recoge tus cosas.—Dijo para luego desaparecer por la puerta.

No...no quería que nos mudaramos, apenas llegue aqui...

¿¡Por que!?

Slender continuo allí parado viendo mi cara de tragedia.

Dios...no.

-Slender, ¿Puede ser que sean amigos sin necesidad de mudarnos?-Sonreí nerviosa por su respuesta-, la verdad no quiero moverme de aquí por ahora.-Me rasque la nuca.

-Solo quiero a Jefe con nosotros-Dijo con esa voz tan siniestra, por alguna razon mis pelos se pusieron de punta-, no eres necesaria.-Tan pronto lo dijo se alejo y se sentó en el sofá, de nuevo.

En ese momento no me sentí para nada bien, no me quedo de otra que actuar inexpresiva.

Por alguna razón esa expresión que había en mi rostro siempre me recordaba a mi antigua yo.

No ha pasado si quiera una semana y me siento tan diferente.

Nos enamoramos rapido.

Aun no somos nada.

Por lo tanto...no se si nuestros sentimientos son reales.

El es un loco asesino que me acosaba desde pequeña, el decia que veia algo raro en mi.

Yo veia algo mal en mi, igual.

Aunque ahora...la verdad no se que realmente este mal en mi.

Suspire.

Di un corto giro y visualice las escaleras de madera, madera que rechinaba cada vez que daba un corto paso.

Mire al techo, de madera tambien, mis ojos rodaron a mi pies descalzos, luego a la cocina nuevamente...

Corrí a la cocina y visualice un cuchillo de cortar carne, lo tome sin pensarlo, luego lo escondí debajo de mi falda, camine hasta la puerta de madera vieja y salí afuera.

No vayas afuera.

Jeff siempre me decia que no saliera...

Yo no queria salir...necesitaba hacerlo, necesitaba... sangre.

¿Qué es esto? ¿Sed de sangre?

Camine en la tierna luz mañana es por alrededor de treinta minutos, vi unas luces, por alguna razon sonreí, corrí a ellas.

Al acercarme...vi que las luces eran de un auto de policías, había tres de ellos.

Me aleje un poco, intentando ser invisible.

Pero ellos...para SU desgracia me vieron.

Y al parecer uno tenia cierto rostro conocido.

Él era Anderson, Andy para sus amigos, vivía lejos de mi casa, pero mi madre y la suya se reunían para el té.

Por lo tanto, me visitaba y terminábamos hablando. Él aun no era policia, pero su padre lo era y solicitaba su ayuda, el esta asistiendo a una academia. Tiene dos años mas que yo.

Oh no...

Por alguna razón, me quede inmovil al verlo. Su rostro era entre sorpresa y...miedo.

—¡Alma Rose Cartney! ¿Donde diablos estabas?—Dijo corriendo hacia mi, sin dudarlo cuando estaba frente a mi lo abrace, el hizo lo mismo.—Te he estado buscando como loco.—Dijo en el abrazo.

Se me hizo un nudo en la garganta.

Intente llorar...querría llorar, queria sufrir, queria que mi lado humano saliera, quería sentir algo mas que amor por la sangre y por Jeff.

Pero... no pude.

Pero cuando él me tomo de las mejillas y me obligó a mirarlo a los ojos... diablos, lloré por primera vez en años.

Sólo quería sentirme cálida en sus brazos por un segundo...

Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora