Capítulo dieciocho.

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Hola, antes de comenzar con el capítulo de hoy quería agradecerles por leer mi novela, gracias a ello tenemos alrededor de 500 leídos!

Enserio, muchísimas gracias, se que para ustedes estos 400 leídos no serán nada, pero la verdad para mi lo son todo.

-Yas.

"Simplemente tu"

*Narra Alma*

Nos separamos por falta de aire, mi corazón latía rápido y mis ojos estaban enfocados en cada uno de sus movimientos, notando hasta cada respiración que daba.

Todo de él me encantaba, absolutamente todo. Al fin encontré a alguien con quien me puedo entender.

Aunque no se mucho sobre él, pero tenerlo frente a mi es suficiente para entenderlo, supongo.

-¿Sientes lo mismo que yo? -Pregunté dudosa, asustada por su respuesta, pero por otro lado segura, segura porque en sus ojos había algo diferente a lo normal.

Él tomó mis manos y las entrelazó con las suyas, me estremecí.

-Siento más que tú. -Dijo sonriendome.-Y sentí más cuando te vi llena de sangre, matando a tu primera víctima. -Dijo lamiéndose sus labios de se a manera un tanto provocadora.

-Oye, Jeff.-Dije haciendo que me mirase. -Ya no puedo volver a casa, deje una nota de suicidio.-Dije sería, el me miro extrañado y luego reaccionó con su típica mirada indiferente.

-Mi herida, ¿Que haremos con ella?-Dijo interrogante.

Me mordí el labio inferior y comencé a desesperarse un poco.

-¡EH! no pongas esa cara tan sexy, no mientras no puedo hacer más que besarte.-Dijo mirándome a los ojos sonriente.

Idiota.

-La lluvia cae por que las nubes pesan, la gente llora por que no puede soportar más el dolor, y Jeff se prende por una cara desesperada.-Dije en tono burlón. -Yo sólo quiero ver el mundo arder, Jeffrey.-Dije sonriendo levemente.

Él sonrió y negó con la cabeza.

En el momento que vi la sangre en todo mi cuerpo deje de sonreir, la realidad golpeó fuertemente mi cabeza.

Había matado a alguien.

-No, no, no, no, no, no puede ser ¡No puede ser!-Grite desesperada.

-¿Qué pasa?-Dijo el tratando de calmarme.

-Mate a alguien.-Dije sollozando.-No quería, Jeff.

-Eso...¿Realmente importa?-Dijo sosteniéndome de las mejillas.

-No...no, no me importa, de hecho, no me siento culpable, quiero más...pero..., no, no, no, esto no puede ser...no...-Sostuve mi cabeza con mis manos.

Por mi mente paso la imagen del hombre siendo asesinado por mi, no pude evitar soltar una carcajada.

*Narra Jeff*

Estaba loca, joder, estaba loca.

En su cabeza tenía una locura preciosa que me llamaba.

¿Como no perder la puta cabeza por ella? Su sed de sangre era tan grande que podría matarse a ella misma.

Lo se, yo pase por un momento como ese alguna vez...

Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora