Capítulo quince.

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"Lluvia de sangre"

*Narra Alma*

¿Saben como realmente mis padres me iban a llamar?

Lluvia.

Sí, Lluvia, por que mis padres se conocieron una fría mañana de otoño donde llovía.

¿Super romántico? No lo creó, ese nombre no significa el amor de mis padres, significa la tristeza que afrontaron al tenerme, pero al final no me llamaron así, si no, Alma.

Que significa "Muerte lenta"

Muerte, eso significa mi nombre. Destinada a la muerte, destinada a la tristeza, a kilómetros del amor, esperando en el fondo de un pozo que alguien me salve.

Sin corazón, sólo una portadora de alma en este horrible cuerpo, una "humana" incapaz de llorar o sentir. Yo sentía antes de ese incidente, pero no amor, sentía poder y satisfacción, sentimientos lo cuales sentí en el momento del casi asesinato de esa niña. Antes de ese día, yo era una niña dulce e inocente, pero después de ese día, de ese momento...deje de ser la misma dulce na de siempre, me convertí en alguien fría sin darme cuenta, incapaz de sentir cosas buenas, mis ojos ya no reflejaban la dulzura de mi alma, ya no más.

Ahora, gracias a Jeff, e sido capaz de descubrir otro sentimiento negativo:

Decepción.

No de él, o su opinión, si no, de mi misma, por no ser suficiente.

Nunca soy suficiente.

Cuando uno esta triste lo único en que piensa es en querer abrazar a alguien, pero ni siquiera tengo a alguien quien abrazar.

No tengo a nadie.

Por eso debo morir, no pertenezco a este cuerpo, mi alma merece un mejor lugar, un lugar al cual llamar hogar, y en esta vida, ese lugar no existe.

*Narra Jeff*

Estaba de camino a la casa de Alma, sólo quedaban algunos veinte pasos, a lo lejos podía localizar su casa.

Al acercarme algo, logre notar como Alma estaba parada en la puerta de su casa, pensando con una expresión vacía.

Me acerque a ella y tarde un momento mirándola a los ojos, sin embargo, ella no reaccionaba.

Luego de un rato me miro a los ojos y dio un paso atrás.

En ese momento juro que quería por primera vez en mi vida, que alguien sonriera.

Alma nunca me a sonreído, nunca.

El cielo estaba extrañamente nublandose, y lentamente algunas gotas de agua estaban comenzando a caer.

-Vamos dentro.-Dije en voz baja, tratando de sonar casual.

-No, no, hoy mataré a alguien.-Dijo mirándome con una expresión que nunca había visto, era una expresión terrorífica.

Incluso a mi, me hacia estremecer.

-Vamos.-Dije inseguro.

No quería que ella matara a alguien, no ahora, quería quedarme en su cada y pasar tiempo con ella...¿Que? No, no, no...ella no...

Mierda...

Íbamos los dos caminando por la carretera, ella llevaba un cuchillo en sus manos, estaba preparada.

-¿Quieres hacerlo ahora?-Dije aclarandome la garganta.

Parezco nervioso.

-Sí.-Dije decidida.

Mierda.

Llegamos a un lugar donde habia una parada de autobús que que sacaba de la zona cercana al bosque, allí muchas personas esperaban el autobús de las 10:30 a.m, justamente eran alrededor de las 9:00 a.m, y ella estaba acercándose a la parada.

-Tienes que ver bien.-Dijo posicionándose de lado a el letrero que decía "Parada de autobús".

Asentí.

Alguien comenzaba a acercarse, era un señor de más o menos unos cuarenta y cinco años, estaba caminando hasta la posición actual de Alma, me coloque mi capucha y me aleje un poco.

Observando de reojo a Alma.

Ella...lo hará...

Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora