'¿Quien canta?'
*Narra Jeff*
Habíamos llegado a la creepyhause, era un viaje de treinta minutos a pie, pero todo el tiempo pasa volando cuando estoy con Alma.
Suspire.
Bloody abrió la puerta, acto seguido entro sin decir una sola palabra.
Alex nos miro, al parecer estaba algo nerviosa, aunque no lograba descubrir el porque.
En ese momento recordé las palabras de Bloody: ''Ella no quiere venir a la creepy hause''
Ya veo.
Alex hizo un gesto con las manos, indicando que ya era el momento de irse. Yo, obviamente, no pregunte el porque se iba, por dos razones: una, no me importaba mucho a decir verdad, y dos, ya mas o menos sabia la respuesta. Observe cuidadosamente a Alma, quien observaba como Alex desaparecía a pasos lentos en la profundidad del bosque. A ella al parecer no le importó que Alex se largara, o eso parecía, aunque realmente no tenia idea que pensaba, nunca lo hacia...ella era impredecible..
Nuestras miradas chocaron, ella me sonrió dulcemente. Sus mejillas estaban un poco rosadas, lo cual me provocaba un sentimiento extraño...¿ternura? No lo sé, solo sé que en ese momento solo queria abrazarla, y eso hice, corrí a sus brazos y la abrace con todas mis fuerzas, esto pareció tomarle por sorpresa, pero pronto, correspondió mi abrazo.
Deposite un beso en su cabeza, acto seguido me dedique a olfatear su dulce aroma.
Alma era tan pequeña delante mio, y eso la hacia más linda.
-Alma-La llamé en un susurro, sin dejar de abrazarla.
-¿Sí?-Dijo dulcemente acurrucadose mas en mi pecho.
-Te amo tanto... que duele.-Dije casi en un susurro.
Ella levanto su cabeza, quedandose enganchada a mi mirada. Sus ojos ahora azules brillaban, pero no era un brillo que me tranquilizace o hiciera sentir bien, mas bien provocaba cierta tristeza en mi interior. Sus ojos brillaban por que estaban cristalinos, ella estaba apunto de llorar.
La cosa esa que bombea sangre se encogió.
Una pequeña lágrima recorrió su mejilla, con mi lengua, la quite de su rostro, luego le bese la mejilla.
Era la primera vez que lo hacia.Ya era hora de entrar, y ambos lo sabiamos, soltamos nuestras manos y entramos por la puerta, dejando ver mi antiguo hogar, que antes me producía indiferencia, pero ahora, que estoy con ella, me hace sentir feliz.
La cabaña estaba como siempre. Un gran salon, dos sofás de cuero color pardo, una mesa mediana de caoba, con un lindo florero en la mesa, en la pared había cuadros con imágenes terroríficas.
A la izquierda un pasillo que conectaba con la cocina y una habitación, mas al fondo en baño, y a la derecha, la escalera que te llevaba al segundo piso. El suelo era de madera, las cuales parecian estar en perfecto estado, a pesar de ser tan antiguas, ¿y como iban a estarlo? Esta casa le pertenecía a Slenderman, él era demasiado elegante y asquerosamente ordenado.
Me sorprendió mucho un hecho, y era que no veia a nadie. Decidí subir a mi antigua y ahora nueva habitación, dejando a Alma sola.
-Espera aqui.-Dije haciéndole un gesto con la mano.
Ella asintió indiferente, mirando a su alrededor.
Subí por las escaleras, dejándola atras.
*Narra Alma*
Me sentía asustada, agobiada, nerviosa. Pero escondí todos esos sentimientos detras de mi indiferencia.
Jeff no te vayas...
Eso debí decir, pero no queria molestarlo. Hace mucho no estaba aqui, había peleado con Slenderman, entonces...llego yo y el se ve obligado a volver a un lugar lleno de dolor para él, no me podria sentir mas mal al respecto.
Decidí salir, sin que nadie se diese cuenta abri la puerta y me dispuse a salir por esta. Pero alli se encontraba Slenderman, lo cual me sorprendió tanto que di un pequeño salto de susto.
Mire hacia arriba hasta observar donde se supone que debería estar su rostro.
-¿Hacia donde te diriges?-Pregunto, observandome, creo.
Nerviosa, trague saliva y dije:
-A dar un paseo.-Force una sonrisa y lo esquive, saliendo de allí casi corriendo.
Me adentre en la profundidad del bosque, y me detuve en un lindo estanque, en las esquinas de este habian rocas y alguna flores.
No me habia detenido a mirar la hermosura de este bosque...todo era tan pintoresco.
Me senté en una roca en la orilla del estanque, retire mis zapatos y puse mis pies en el agua calida que fluía por el estanque.
Solte un leve suspiro.
¿Cuando será que dejare de huir de mis problemas? .
ESTÁS LEYENDO
Un amor entre psicopatas (Jeff The Killer) ©
RandomElla vivía ahogándose en sus amargos y tristes pensamientos. La vida de Alma cambio al conocer a su asesino, a la persona que quería matarle. Ambos vieron un hueco de luz en la oscuridad de sus frías mentes retorcidas. Poco a poco Alma fue perdiendo...