Cap. 4

14.7K 1.1K 21
                                    

Luego de ese día, he ido al bosque por casi una semana. No hacíamos casi nada importante simplemente paseábamos o nos acostábamos en el suelo, con suerte cruzábamos palabra, lo que algunas veces me fastidiaba bastante.

-hoy te encuentras muy distraída, Vittoria-pregunto lobo, un día cuando estábamos recostados en un prado mirando el cielo.

-estaba pensando-respondí sentándome.

-eso lo tengo claro-bufó-, pero la cuestión es, ¿en qué?

-sigo sin entender que hago aquí-solté.

-me haces compañía.

-pero me aburro haciendo lo mismo cada día.

-entonces, ¿Qué quieres que hagamos?-pregunto con algo de fastidio.

-no se-negué algo confundida-, háblame de ti, llevamos así más de una semana y ni siquiera sé tu nombre.

-¿para que desees saberlo?-su desconcierto era muy visible en su rostro.

-¿por saberlo?-me encogí de hombro-, eso haría las personas normales.

-hace tiempo deje de ser normal.

-entonces, cuéntame tu historia.

-¿segura?-suspiro.

-muy segura.

-muy bien, en primer lugar, me llamo Alec Kent y tengo 23 años. Cuando era normal, vivía al sur de aquí con mi familia. Mis padres se amaban y adoraban a mis dos hermanas pequeñas, pero al cumplir 10 años todo cambio. Junto con mi padre vinimos estos bosque para acampar, estaba muy emocionado por ello, adoraba pasar tiempo junto mi padre. A la segunda noche, hubo luna llena y como éramos forasteros, no teníamos ni idea que estos bosques estaban inundados con hombres lobos, por lo cual fuimos presa fácil para uno. Era enorme de pelaje café, me acuerdo perfectamente el terror que sentí al ver a mi padre inconsciente y aquel lobo mirándome fijamente, estaba paralizado-su piel se erizo al decir aquello, tome su mano-, imagínate un niño de 10 años enfrentado con un gigantesco lobo. Juraba que iba a morir y estoy seguro de que esa era la intención del lobo, matarme.

-pero sigues vivo, ¿no?

-sí, sigo sin entender que sucedió para que cambiara de opinión-suspiro-, aún recuerdo lo que sentí cuando me mordió el hombro, era como si lava corriera por mis venas en vez de sangre, era un dolor tan insoportable que suplique me matara, pero el lobo simplemente me miraba fijamente, mientras mi cuerpo se adaptaba al gen lupino, pero nada se compara al dolor que sentí la primera vez que me transforme, era como si todo los huesos de mi cuerpo se rompieran y en un segundo se arreglaran, pero no de la manera correcta, sentir como tus sentidos se desarrollan de la nada y que tu mente era un remolino de sentidos, emociones y cosas que jamás había sentido. En fin, por algún tiempo viví con el lobo, me trataba bien, aunque tampoco puedo decir que fue la gran vida-rio secamente-. Cuando tenía 16 años, conocí a un lobo y a su pareja.

-¿pareja?-pregunte sorprendida.

-claro, los lobos también se enamoran, ¿sabías?-se rio de buena gana- el lobo y yo congeniamos enseguida, a pesar que había una buena diferencia de edad, por lo cual me adoptaron y viví con ellos por un año y medio.

-¿Qué sucedió?

-ella quedo embarazada y me di cuenta que era tiempo de tomar mi camino en solitario-contesto mirando el cielo-, tanto ella como él intentaron que me quedara, pero mi decisión ya estaba tomada. Me separe de ellos a pocos kilómetros de aquí. Después de medio año, te conocí.

-¿nunca más volviste a ver a tu familia?-negó con la cabeza- ¿Por qué?

-por miedo de hacerles daño-suspiro rendido.

-Alec, yo...-me detuve al ver que fruncía levemente el ceño.- ¿Qué sucede?

-nada-sacudió la cabeza como si quisiera disipar ideas indeseadas, -es que, se me hace extraño escuchar mi nombre.

-¿hace cuanto tiempo no lo oías?-pregunte ladeando levemente mi cabeza.

-la última vez que lo oí, fue cuando me separe de la pareja, la que te conté-se mordió el labio inferior.- sabes, me gusta cómo suena dicho por ti- dijo dedicando una sutil sonrisa que no pude evitar corresponder.

Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora