Cada vez me sentía más alejada de mi pueblo, me sentía una intrusa que no debía permanecer ahí, pero una parte de mi aun rechazaba aquella parte lobuna que aclamaba por permanecer en el bosque. Era una lucha constante que me agotaba demasiado, y no era de una manera física sino mental. Ama a Alec desde el fondo de mi ser, estar con la manada me hacía sentir que era parte importante de un todo, me complementaba, aun así, deseaba permanecer en el pueblo fue mi hogar toda la vida y parte una fundamental de mí. Crecí rodeada de amor y cariño, a pesar de las expectativas que había entorno a mí por ser hija de mis padres, eso no me afecto completamente y no me deje ahogar por aquello, solo deje que mi verdadero ser se explayara y tomara el camino que encontraba correcto, mi madre odiaba que fuera así, aun así, mis vecinos y Joseph me amaba. Los estaba traicionando. Y eso me estaba carcomiendo el alma, todo era genial en el momento que me encontraba protegida bajo los gigantescos árboles y estaba junto a mi manada, pero cuando debía volver a la realidad el peso era inmenso y dolía muchas veces.
Después de hablar con Joseph, quien se disculpó por su forma de actuar con Garrick, lo de la bofetada no se volvió a hablar, cosa que complacía profundamente a mi madre, ya que temía que la boda se cancelara por ello, la felicidad que mostraba por ello me irritaba de sobremanera y la palabra asfixiada se quedaba corta de cómo me sentía en muchas ocasiones.
-Creo lavanda con claveles sería un lindo decorativo-comento West, cuando estábamos reunidas para ver lo últimos detalles de mi dichosa boda.
Había intentado por todos medios por arrancar de esta reunión, pero mi madre fue más lista que yo y me atrapo en el acto de huía.
-Claro que no, West, deben ser rosas-rechazo mi madre emocionada con su idea, -deben ser las mejores flores y las rosas lo son.
-opino igual que Caroline, hija-apoyo la madre de West. -Va a ser la boda del año, debe tener lo mejor de lo mejor.
Cada palabra que decían era bla, bla y bla, no se aburrían nunca de la boda, era el único tema de conversación que había. Hasta West, mi mejor amiga, ama pasar tiempo con ella y escuchar sus fantasías locas sobre la vida y ahora no podía estar más dos minutos con ella sin querer estrangularla.
- ¡Vittoria!-el grito de mi madre me hizo salir de la profundidad de mi mente.
- ¿Qué pasa?
- ¿Qué opinas de todo esto? -pregunto mi madre son una ceja levantada. Estaba molesta con mi actitud.
-Creo que las rosas están bien, Madre-por la cara que puso, apoyar su idea fue una sabia decisión de mi parte.
Suspire de alivio.
Después lo que pareció una eternidad en la sala de mi casa junto con mis peores demonios, logre escabullirme de ese manicomio. Me encontraba sentada cerca del pozo del pueblo mirando como mis vecinos paseaba de un lado a otro con sus rutinarias vidas como era la mía antes de conocer a Alec, muchas ocasiones me preguntaba si haber cambiado eso fue bueno. Los miraba caminar sin grandes preocupaciones, por lo menos no tan grande como la mía. No sabía cuál sería mi siguiente acción y eso hacía que mi sufriera constante jaqueca. Debía terminar mi relación con Joseph, pero ¿Cómo? No era fácil y tenía muchas personas que haría todo lo posible para dar vuelta mi decisión, en primer lugar, esta mi madre, además me daba pavor de cómo iba a reaccionar ella, la sola idea hacía que se me congelara la sangre. ¿Cómo lo hacía?
- ¿Por qué tan sola, hermanita? -la voz de Archer me saco de mis pensamientos.
-Solo estaba pensando-suspire.
-Si me di cuenta, pero la pregunta es: ¿en qué?
- ¿A qué te refieres? -pregunte intentando desviar la pregunta.
-Te conozco mejor que nadie, sé perfectamente que algo te está preocupando demasiado.
- ¿Por qué dices eso? -estaba jugando con el doblez de mi capa.
-Por tu completo desinterés por tu boda, por tu nulo contacto por tu futuro esposo, por desapariciones de la nada-respuesta directa y certera en la herida.
-Es solo los nervios del casamiento.
-Esa excusa no te sirve conmigo y lo sabes.
Con solo mirarlo a los ojos me di cuenta de que no había caso en esconder algo que él ya tenía casi por completo descubierto. Era mi hermano podía confiar en él.
-Ya no me quiero casar-solté.
-Eso está clarísimo, la pregunta es: ¿Por qué?
Apreté las manos.
-Me enamore de otra persona.
Los ojos azules de mi hermano mostraban por completo su sorpresa.
- ¡Vaya! Esa no la vi venir-paso sus dedos por su cabello, -pensaba que era porque te diste cuenta de que eras muy joven y deseabas esperar un poco más o que te diste cuenta de que Joseph no era el hombre de tu vida, pero no me esperaba esto.
-No es como si lo hubiera planeado.
- ¿Quién es?
-No lo conoces.
-Conozco a cada persona de este pueblo, Vittoria, así que suelta la verdad.
-No te estoy mintiendo-me sudaban las manos, -no conoces a esa persona.
- ¿No es de este pueblo?-pregunto consternado. Asentí. - ¿Dónde lo conociste, Vittoria?
-En el bosque durante una luna llena.
El rostro de mi hermano perdió todo el color y su mirada de horror en la cual me dedicaba me dejo clarísimo que él ya conocía mi más oscuro y peor secreto.
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Mi lobo
Romance¿Que harías cuando te ves atrapada por un lobo? ¿Que harías si este no te deja escapar? ¿Que sucedería si este no le importaría a matar a todos con tal de tenerte? Aún así, ¿te enamorarías de él?