Dos vecinos se pusieron detrás indicándome que avanzara, iba de vuelta a mi linda celda. Al pasar por entre el pueblo seguí escuchando comentarios ofensivos hacia mí, pero no de todos y no con la misma fuerza de antes, a mitad de camino casi tropiezo al sentir algo entre los pies, que no eran las cadenas. Al recuperar el equilibrio me di cuenta de que tenia un cachorro de lobo entre mis pies jalándome la falda de mi vestido. Era uno de los cachorros que salve hace no tanto tiempo.
-Hola, amiguito-dije agachándome, tomando al cachorro, esta mas grande que la ultima vez que lo vi. - ¿Te alejaste de tu mamá?
- ¿Qué hace ese animal acá? Quítenselo a la bruja-escuche decir al padre de West. Uno de los hombres que me escoltaban hizo ademan de quitarme al cachorro.
- ¡Aléjate de él! -gruñí con fuerza mirándole con fijeza, el hombre retrocedió unos pasos evidentemente asustado por mi forma de actuar, me di cuenta de que muchos se sorprendieron por como soné. -Señor Reign, conozco de donde es este cachorro y su madre no debe estar muy lejos de acá. Le pido que me deje devolverlo donde pertenece, por favor.
Asintió, sonreí en agradecimiento.
Camine con el cachorro en mis brazos haciéndole cosquillas recibiendo de vez en cuando lamidas y uno que otro ladrido, sentía que nos seguían, y efectivamente además de mi escolta muchos vecinos venían detrás de mí a una distancia prudente. Al llegar a unos metros del bosque logre divisar a la loba con sus demás cachorros, los cuales a reconocer a su hermano salieron corriendo a su encuentro, mientras su madre se veía inquieta con la presencia de tantas personas, pero al reconocerme se tranquilizó acercándose a mí. Me agache dejando al pequeño lobo en el suelo para que se reencontrara con su manada, los demás cachorros al verme también se me echaron encima recién se salieron cuando su madre llego a nosotros, ella se acercó a mi juntando cabezas de modo de saludo y agradecimiento.
-Vayan con Alec-susurro acariciando su bello pelaje, -anda con él y acompáñalo cuando no me vea llegar-rompí un trozo de mi capa y se lo amarre en el cuello. -Hazle entender que lo siento mucho y que siempre voy a estar con él.
La loba me lamió la mejilla haciéndome entender que había entendido cada una de mis palabras, de un ladrido hizo que sus hijos se calmaran y tomaron rumbo hacia el interior del bosque, estaba segura que iba al encuentro de mi lobo. Se me hizo un nudo en la garganta. Al perderlos de vista me voltee encontrándome con muchos de mis vecinos mirando con asombro la escena. Bufe divertida.
-Ahora llévenme a mi lindo hospedaje-dije llamando la atención de mi escolta.
Los dos hombres reaccionaron y me guiaron hacia la casa del Consejo donde estaba mi celda. En la soledad de esta me acosté en la cama, me sentía agotada de todas las maneras posibles, había sucedido demasiado cosas en muy poco tiempo, pero de un modo estaba tranquila. Tenia claro como iba a terminar esto, con mi cuerpo dos metros bajo tierra. Una presión en el pecho se me instalo al pensar en Alec, el dolor que iba a sentir y como su vida se va ir apagando lentamente hasta reunirse conmigo. Porque un lobo no es nada sin su pareja, su vida es nada sin ella. La muerte de una pareja de lobo era la muerte del lobo. Una triste sonrisa se me dibujo en el rostro, al final íbamos a estar juntos, sin mas problemas, solo él y yo por toda la eternidad.
Deseaba tenerlo conmigo antes de mi fin, que me tuviera entre sus brazos y me contara esas historias que sabía, que me compartiera sus pensamientos mientras enredaba sus dedos con mi cabellera rubia o que se pusiera a silbar imitando a las aves mientras estamos echados en el pasto. Deseaba volver a acariciar su suave y cálido pelaje gris, acobijarme en su lomo mientras me abrigaba con su cola a la vez que sentía el latir de su corazón, que latía al mismo ritmo que el mío. Deseaba sentir sus besos tan suaves y salvajes como el mismo, que me hiciera el amor de manera suave y con dedicación que pareciera que con cada acaricia pareciera que me adoraba y que me pedía perdón por los errores pasados. Deseaba ver esos extraños y hermosos ojos violetas que siempre me miraban con amor y una inmensa alegría cuando me veía aparecer entre los árboles, esos ojos que se oscurecían hasta parecer grises cuando estaba enojado, esos ojos que tomaban el color violeta más intenso y brillante que te hace pensar en una joya cuando estamos siendo uno.
Solo deseaba que me abrazara y me susurrara al oído que todo iba a salir bien, que estaríamos juntos y con nuestra manada descubriendo los bosques, que vamos a estar con Nara y Nael conversando y viendo las estrellas, nadando en los lagos en nuestro camino, vigilando y jugando con Garrick mientras aprende a ser un lobo con Alec, apoyarlo cuando se convirtiera en lobo por primera vez, que nos refugiaremos en la cabaña de la abuela de Nara cuando el invierno es muy pesado. Tener un pedacito de Alec y mío.
Solo deseaba que me dijera que no temiera, que él estaba conmigo. Negue la cabeza haciendo que cayeran las lagrimas que tenia acumuladas en mis ojos. Nada de lo que deseaba se iba a cumplir y Alec no estaba a mi lado.
ESTÁS LEYENDO
Mi lobo
Roman d'amour¿Que harías cuando te ves atrapada por un lobo? ¿Que harías si este no te deja escapar? ¿Que sucedería si este no le importaría a matar a todos con tal de tenerte? Aún así, ¿te enamorarías de él?