Cap. 12

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Antes de que pudieran captar mi presencia salí de ahí, no podía escuchar ninguna palabra más. Mis pasos eran rápidos como si toda mi vida hubiera corrido en el bosque y conociera cada uno de sus secretos. El sol de la primavera acariciaba mi piel, era muy estimulante sentirlo como si renovara mis fuerzas. Corrí hasta mi casa, aunque sabía que debía parar de hacerlo en los límites, pero mis pies no me obedecían, ellos deseaba correr.

-Vittoria-escuche, cuando estaba abriendo la puerta de mi casa.

-hola, Joseph-lo salude sin voltearme.

-¿de dónde vienes tan... agitada?

-del bosque-al momento de decirlo me arrepentí.-quería recoger algunas flores para la casa, pero sentí que algo estaba cerca mío por lo cual me asuste y corrí hacia acá.

-debes tener más cuidado en eso de ir al bosque, te puede atacar algo-dijo acariciando mi brazo. Una corriente helada recorrió mi espalda, me aleje enseguida de él.

-eso mismo me dice mi madre-mi sonrisa salió más forzada de lo que pretendía.

-¿quieres salir a pasear conmigo?-su sonrisa por algún motivo me irrito.

-no, es que estoy cansada y tengo algo de hambre.

-entonces... nos vemos mañana-la desilusión gobernaba en los ojos.

-sí, eso, nos vemos mañana-antes de que me dijera algo más, entre rauda a la casa.

Suspire al percatarme que no había nadie, lo último que deseaba era tener encima a mi madre. Colgué mi capa y me senté en el sillón delante de la chimenea, que en ese momento estaba apagada. En ese instante de tranquilidad me di cuente del enjambre de pensamientos que rondaban mi cabeza.

-hola, Vittoria-la voz de Garrick me saco de mis pensamientos.

-hola, Garrick-al voltearme me encontré que tanto madre como hijo me miraban fijamente.-espero que les haya ido bien en su paseo.

-nos fue muy bien, ¿cierto, hijo?-Garrick asintió con entusiasmo.

-Nara, ¿puedo hablar contigo?-la pregunta salió por si sola de mi boca.

-claro. Hijo anda a la habitación, por favor-dijo Nara acariciando la mejilla de su hijo, quien obedeció enseguida.- ¿Qué me quieres decir?

-hoy te vi hablando con Alec y escuche la conversación.

-si lo sé, Alec me lo dijo cuándo capto tu aroma al momento de irnos-suspiro.

-por favor, dime todo lo que necesito saber para responder a todas las preguntas me atormentan en la cabeza.-si poder evitarlo las lágrimas corrían sin cesar por mis mejillas.

Nara me atrajo hacia sí, abrazándome con mucha fuerza. Era un abrazo cálido y cariñoso, nunca había sentido un abrazo como ese ni siquiera de mi madre. Luego de unos minutos logre calmarme.

-la respuesta a cada una de las preguntas que te acosan, es una solo una: eres una loba-su voz era calmada y al vez firme.

-¿Cómo? Eso es imposible-dije consternada.

-se le dice loba a las mujeres que somos parejas de hombres lobos-contesto colocando un mecho de pelo detrás de mi oreja.

-yo no soy pareja de Alec-no entendía nada.

-si lo eres-su seguridad hizo que me estremeciera-. La forma que una mujer se vuelve pareja de un lobo es con una marca en la espalda y teniendo relaciones sexuales con el lobo, por lo que sé, tú tienes las misma características.

-sí, pero yo no quería.

-de cierta manera una parte de ti, si lo quería.

-¿Por qué dices eso?

-porque estas viva-suspiro-. Las mujeres que rechazan o no desean este vínculo mueren, por eso digo que una parte de ti si desean que sucediera aquello.

-tengo novio. Estoy a un mes y medio de casarme.

-para tu corazón eso no le importa, para él el único es Alec, o sino no estaríamos teniendo esta conversación.

-esto no tiene sentido-susurre tapándome el rostro en un signo de frustración.

-Vittoria-me agarro del mentón para que mis ojos azules miraran directo a sus ojos esmeraldas-. ¿Qué sientes por Alec?

-¿Qué? Lo odio.

-no quiero que me respondas con el cerebro sino con el corazón-su mirada se suavizó-. Quiero que cierres los ojos y mires tu corazón.

Cerré mis ojos y respire profundo.

Por mi cabeza pasaron un sinfín de imágenes de Alec. Nuestro segundo encuentro, a pesar de que me moría de miedo en ningún momento quise huir; una parte de mi sabía que no me iba a dañar. Mi impresión al ver su forma humana como por un instante sentí un leve escalofrío en mi vientre. El momento que me conto su historia y sentí su pena como mía. Sus ojos de consternación al oírme llamarlo por su nombre, esa sonrisa de alegría que me inundo por completo. Cuando me enseñó a interactuar en el bosque y esa sonrisa de orgullo que me da al hacer algo bien. Eso momentos de silencio que no eran incomodos. Esa lagrima solitaria que corrió por su mejilla mientras me violaba. Su mirada violeta nublada por el dolor al momento de pedirme perdón. Pero la imagen que mi cabeza retuvo, fue una vez que Alec se quedó dormido y se acurruco en mi regazo, sin evitarlo comencé acariciar su cabello y en mi rostro se dibujó una sutil sonrisa.

Ante ese recuerdo, mis ojos se abrieron de golpe y todo mi cuerpo temblaba.

-me alegro que por fin entendieras-susurro Nara besando mi frente para luego dejarme sola con mis pensamientos.


Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora