Todo lo que quedo de la tarde, mi cabeza estuvo divagando y mis pies ansiosos de poder correr hacia el bosque y sacar tantas cosas que habían en mi cabeza.
-hija, no has probado bocado-observo mamá a la hora de la comida.
-no tengo hambre-dije alejando el plato lleno de comida-. Na... la mujer y su hijo, ¿ya comieron?
-no-resoplo mamá.
-entonces, les llevare la comida-dije levantándome de la mesa.
-no te quiero cerca de ella, Vittoria-advirtió papá frunciendo el ceño hacia mí.
-lo tengo claro, papá-dije poniendo los ojos en blanco.
-Vittoria, es de mala educación poner los ojos en blanco-me regaño mamá.
-a pesar de que tengo claro eso-ignore a mi madre-, no significa que dejemos que mueran de hambre.
Serví dos platos y me dirigí a la habitación de los invitados.
-¿Quién?-la voz de Nara sonaba algo nerviosa.
-soy Vittoria, traigo la cena-dije al otro lado de la puerta.
-pasa.
Al entrar me encontré con Nara meciendo a su hijo, quien estaba tapado con la capa de su madre.
-¿Qué le sucede?-pregunte dejando la comida en una silla.
-es por la Luna-contesto Nara besando la cabeza de su hijo-. Es muy joven para transformarse, pero de igual manera lo altera un poco.
-¿Cuánto le dura?
-no mucho, pero me preocupa que se haga daño a sí mismo-sus ojos esmeraldas mostraban una profunda preocupación-. Todo sería más fácil si estuviera Nael.
-todo está bien-le tome con firmeza la mano.
-gracias-su rostro mostro una sutil sonrisa.
-bien, les dejo su comida aquí.
-está bien.
-entonces, buenas noches.
-Vittoria-me llamo al abrir la puerta-. Si sales en la noche, te encubriré.
No supe que decir ante su declaración, simplemente asentí con la cabeza y me retire de ahí.
Miraba con ansiedad por mi ventana como el pueblo se iba quedando sin luz, solo iluminado por la majestuosa Luna llena. Caminaba de un lado hacia el otro esperando el tiempo suficiente para que mis padres estuvieran dormidos, para que pudiera salir con sigilo de la casa. Al marca las doce de la noche, tome mi capa, abandonado mi habitación. Las calles del pueblo eran un desierto, lo cual no era raro por la luna llena, me coloque la capucha de la capa cubriendo el rostro, en caso que alguien se asomara por la ventana.
Ya en el bosque, me guie por dos cosas: por las enseñanzas de Alec y por mi instinto. Camine con sigilo y con rapidez, Alec no era el único depredador de los alrededores, por lo cual si no me quería volver la cena de un puma o de un oso, tenía que ser cuidadosa. Luego de una media hora, escuche un fuerte aullido que hizo que mis pies caminaran más deprisa. Me detuve al ver un gigantesco lobo de pelaje grisáceo sentado mirando a la luna llena.
-Alec-susurre consiente de que él de igual manera me iba a escuchar, a pesar de la distancia.
-"¿Qué haces aquí?"-su voz lupina era más grave que su voz humana.
-Nara hablo conmigo-me acerque lentamente-. Me explico algunas cosas.
-"Vittoria deberías irte"-su lomo se erizo y me enseño sus colmillos.
-no, no me iré-mi voz era firme-. Ya no huiré, ya no ignorare mi alma.
-"¿eso qué significa?"
-significa que, aunque no debería, necesito estar cerca de ti-me saque mi capucha-. Una parte de mí, te necesita.
-"te dañe"-sus orejas cayeron ante aquel recuerdo.
-yo también te dañe, Alec-acaricie su suave pelaje.
-"no quise hacerlo, pero mi parte animal hablo más fuerte al escuchar lo que me dijiste"-sus ojos se cerraron-. "Quería terminarnos de cerrar el vínculo por mutuo acuerdo, por decisión de ambos."
-pero estoy viva, y eso significa que una parte de mi te eligió como mi pareja.
-"te elegí como mi pareja desde que mis ojos se tomaron con los tuyos"-murmuro pasando su lengua por mi mejilla, provocando que una risa floreciera de mi interior.
Alec se echó en el suelo, moviendo la cabeza con una clara invitación. Me acomode sobre su vientre, su peluda y larga cola me cubrió. Mientras, junto con Alec admirábamos la Luna llena.
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Mi lobo
Romance¿Que harías cuando te ves atrapada por un lobo? ¿Que harías si este no te deja escapar? ¿Que sucedería si este no le importaría a matar a todos con tal de tenerte? Aún así, ¿te enamorarías de él?