Cap. 8

12.4K 1K 65
                                    

Con el correr de los días, mi ansiedad hacia el bosque fue disminuyendo, pero no se acababa. Para apaciguar mi ansiedad, ayudaba a mi madre en la casa y con los preparativos de mi boda, lo cuales iba muy bien. Pasaba mi tiempo libre con Joseph, quien no paraba de hablar del matrimonio y de nuestro futuro.

-¿Cuántos hijos te gustaría tener?-pregunto de la nada, cuando hablábamos de los arreglos de nuestra futura casa.

-no he pensado en eso-conteste, la pregunta me había tomado por sorpresa.

-vamos a tener muchos hijos.

-creo que solo con dos vamos a estar bien-dije algo incomoda.

-somos jóvenes y podemos tener muchos hijos como unos cinco-la ilusión se le veía en los ojos.

-el tiempo dirá, ¿bien?-le di un beso, intentando que no siguiera con el tema.

West era otra que estaba loca con los preparativos de la boda, además de los arreglos de la casa. No paraba de hablar de esto y lo otro, lo cual de alguna manera me entretenía muchísimo, sobre todo cuando se enredaba con tantas ideas. El único que no habla de la boda era mi hermano, Archer, él tan solo ayudaba cuando se le pedía.

-creo que el ramo debería ser de lilas-dijo West, cuando íbamos al pozo en busca de agua.

-me agradan más las peonia-comente haciendo una mueca.

-sigo creyendo que deberían ser lilas.

Iba a contestar, pero un bullicio desde la plaza me detuvo, junto con West intrigadas nos dirigimos hacia allá encontrándonos con casi todo el pueblo reunido alrededor de algo. Al no poder ver nada, gracias a todas las personas reunidas, nos subimos en unos troncos para lograr ver lo que ocasionaba tanto escándalo. Kiev junto con otros cazadores tenia amarrada a una loba junto a sus cachorros, era los lobos de la última vez que vi a Alec.

-estos lobos son protegidos del Lobo Feroz-decía Kiev-, hay que matarlos para hacer que sufra.

Me estremecí al ver como las personas en su alrededor lo apoyaban. Baje del tronco y me interne entre la multitud hasta llegar a donde estaba Kiev.

-suéltalos-dije con voz severa.

-¿estás loca?-pregunto Kiev con tono burlón-. Estos lobos son nuestra manera de vengarnos del Lobo.

-y va ser una excusa para que él nos masacre-mis palabras salían de mi boca con mucha firmeza-. Si es verdad lo que dices, que estos lobos son protegidos del Gran Lobo, no lo vas hacer sufrir sino vas hacer que se llene de rencor y que la próxima Luna Llena todos amanezcamos muertos-la gente comenzaba a murmurar en concordancia conmigo-. ¿Acaso desean que sus familias sean masacradas con un tontería como esta?, ¿qué sus hijos mueran por algo que era innecesario?-sonreía internamente al ver cómo la gente comenzaba a exigirle a Kiev para que me pasara los lobos.

-que te quede claro una cosa, Vittoria-dijo al pasarme de mala gana las cuerdas que retenían a los lobos-, veo a estos pulgosos en las cercanías del pueblo, me voy hacer una linda alfombra con ellos.

Sin que sus palabras me intimidaran tome a los lobos y me dirigí al bosque con ellos. Ya internos entre los árboles, les quite las cuerdas y los bozales, al hacerlo los cachorros se me lanzaron encima, lamiéndome la cara. Retomamos camino cuando me dejaron tranquila. Aunque no me apetecía en lo más mínimo verlo, sabía que era el único que me podía ayudar.

-¡Alec!-grite, al llegar a donde nos reuníamos-. Alec, por favor sal.

Al poco tiempo, comencé a sentir un pequeño ardor en la espalda, indicio de que él estaba cerca. Me sobre salte al verlo salir entre los arbustos.

-no se suponía que no querías verme-dijo con un tono burlesco que me molesto demasiado.

-y no quiero-dije intentando no perder el control-, pero eres el único que puede ayudarme.

-¿en qué?

-unos cazadores atraparon a estos lobos-dije-, deseaban matarlos para así dañarte, pero logre convencerlos que estaba haciendo algo errado y me los entregaron, pero uno de los cazadores que advirtió que si los veía cerca del pueblo, los iba a matar.

-esos malditos hijos de puta-gruño golpeando un tronco.

-por eso necesito que los lleves lejos para así no se acerquen al pueblo.

-lo hare.

-muchas gracias-me sentía muy aliviada.

-Vittoria, me gustaría que...

-Alec, entre tú y yo está todo dicho-corte su habla-. Te agradezco que los ayudes, pero eso no cambia lo que dije la otra noche.

-entiendo.

-bien.

Sus ojos violetas miraban fijamente mis ojos azules como si buscara algo, algo que le mostrara como debía de actuar. A pesar de que deseaba irme hacia el pueblo, no pude evitar sostener su mirada, no pude evitar perderme por unos segundos en esa extraña mirada violeta. Al ver que daba un paso hacia delante, hizo que saliera de ese extraño trance que me encontraba. Me coloque la capucha de mi capa roja y retome rumbo hacia el pueblo, lugar que no debía abandonar.

Mi loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora