May.
Odio cuando mi madre entra en mi habitación. Odio cuando lo hace para limpiar pero cuando lo hace para despertarme es el colmo. Lleva gritando como media hora. Creo que no entiende que me da igual llegar tarde al primer día de clase. Como si no llevara diecisiete años aguantando a los mismos gilipollas.
Echo a mi madre del cuarto y me voy directa al baño. Me ducho. Adoro cuando mi pelo está limpio y huele bien. Salgo y me visto con unos jeans negros rasgados y una chaqueta negra. Me miro al espejo y me maquillo. Me pinto el eye-liner y coloco bien el piercing de mi nariz. Estoy lista para el infierno.
Damon me espera una calle más abajo de la mía. No me recoge en la puerta de casa porque a mí madre no le gusta, piensa que es una mala influencia. Y tiene razón. Le beso y me subo en la parte trasera de su moto. El casco es incomodo pero no nos podemos arriesgar a otra estúpida multa.
Llegamos y bajo de la moto. Damon me mira con sus grandes ojos azules fijamente.
-¿Qué?- una sonrisa coqueta sale de mis labios.
- Espero que esta tarde no nos dejes por tus amigas las raras.- contesta.
- ¿Y perderme esto?- le beso mientras subo mis piernas alrededor de su cintura. Él aprieta mi culo con fuerza.- Ni loca.
- He quedado con Sam, y voy tarde. Nos vemos preciosa. Que te diviertas.- guiña un ojo.
- Que te jodan.- le levanto el dedo del medio.
Damon terminó el instituto el año pasado, básicamente todo mi grupo lo hizo. Ahora tengo que estar sola todo el maldito año mientras mis amigos se la pasan de fiesta en fiesta todos los días. Asombroso. Menos mal que el imbécil de Harry sigue conmigo en las clases.
Rebusco entre mi mochila los auriculares. Saco el móvil del bolsillo trasero de mis pantalones y los conecto. Melanie Martínez alías droga para mis odios. Fumo un cigarro a la vez que me mentalizo para lo que me espera.
Ando por los tristes y conocidos pasillos en busca de mi horario. Desgraciadamente me encuentro con Harry. Ahora tendré que ir y saludarle. Luego tendré que hablar con él y se me irá el sueño, cosa que no quiero. Está apoyado contra un casillero ligando con una de las tantas otras rubias que no había visto en mi vida.
- ¿Cariño? ¿Qué haces? ¿Ya estás engañándome con otra, otra vez?- finjo que voy a llorar.
La rubia mira interrogante la escena. Él niega sonriente con la cabeza.
- Aléjate de mi hombre.- le digo a la chica y cojo a Harry del brazo.
Nos alejamos y la rubia se va.
- Eso ha sido innecesariamente estúpido.
- Mmm... Llevas un suéter. Ya sabes cómo me ponen los chicos con suéter.- cambio de tema.
- Eres gilipollas.- ríe.
Normalmente este no es mi comportamiento. Solo me comporto así con Damon, Harry y mis pocos amigos también con mi madre menos cuando estoy de mal humor.
Vamos andando hacia nuestras clases. Solo tenemos literatura juntos y no nos toca hasta mañana. Me despido de él cuando llego a mi salón. No hay nadie a quién conozca y esto cada vez apesta más.
Las clases se pasan despacio. Los cincuenta minutos son eternos. Tengo ganas de fumar y me tengo sueño. Por fin es la hora del descanso. La cafetería parece cada año más pequeña. Los populares en su mesa. Los emo en la suya. Los nerds igual. Los músicos, los de primer año, los profesores. Todos.
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Tres al cuadrado.
Подростковая литератураAcompaña a estas tres amigas diferentes pero muy iguales en la historia de su último año de instituto. ¿Quiéres saber cómo la popular se obsesiona con un tío malo? ¿Quieres descubrir cómo una chica misteriosa se enamora de un jugador de fútbol? ¿O...