May.
- ¿Qué cojones mamá? ¿Estás borracha?- pregunto arrancándole la botella de whiskey de las manos.
- Ya no aguanto más.- murmura de mala manera.
- ¿Aguantar más qué?- la cautela predomina en mi voz.
- Todo. A tí, a Katherine, las facturas, el trabajo, a James, joder. Me quiero morir.- interna coger la botella de mis manos pero se nos cae.
- No digas eso...- susurro restándole importancia a los cristales.- Yo me iré, Katherine se casará, tienes que estar en su boda. Te jubilarás, desapareciendo las facturas. Y mamá, por favor, supera a papá. Él fue el idiota que te abandonó, no tú a él. Tú no tienes por qué sufrir.- intentó darle ánimos pero muy en el fondo sé que son inútiles.
- No, cariño, las cosas no son así. Algún día, cuando crezcas, te darás cuenta. Te quiero, ¿vale?- dice y seguidamente coge un trozo de cristal, de los más grandes, y se lo clava en el cuello.
Hay sangre, mucha sangre. Siempre me gustó la sangre, pero no en este caso.
- No... ¡Mamá, joder! No me dejes...- lloro cogiendo su cara entre mis manos.- Te necesito.
Sus ojos poco a poco se cierran. Su respiración desaparece y el charco de color rojo no para de hacerse más grande.
- ¡Joder!- grito a la nada.
Y entonces despierto.
Las sábanas están en el suelo, mi cuerpo repleto de sudor y tengo una opresión en el pecho que no es normal. Miro el reloj de la mesilla, las cuatro de la mañana. Me levanto con cuidado de no hacer ruido y voy directa a la habitación de mi madre. Abro la puerta con cuidado. Y ahí está, tumbada en la cama, durmiendo. Su respiración es regular y tiene una sonrisa en el rostro, parece que sueña con algo bonito. El nudo de mi garganta afloja poco a poco. Vuelvo a mi cuarto e intento dormir. Cosa que no hago en todo la noche.
Son las doce de la mañana. Mis ojos miran el reloj de la pared, blanca, machada, sin vida.
- ¡May!- una Scarlett cabreada asoma por delante de mis ojos.
- Ah, sí.- afirmo sin saber que mierdas ha dicho posteriormente.
- Te podrías ir un poquito a la mierda.- sonríe.
- ¿A qué mierda? ¿A la corrida de Dean después de que te lo folles o a la mierda literal?- contesto bordemente.
He tenido una noche horrible, y si seguimos así un día como no se calle. La cara de Scarlett es un cuadro y en seguida me arrepiento de lo que he dicho.
- Joder, lo siento. He tenido una pesadilla horrible y encima me duele la cabeza.- me intento disculpar.
- No pasa nada, pero... wow.- se vuelve a sentar en la silla.
- Ya, perdón. Estoy un poco a la defensiva.- río para suavizar las cosas.
- Da igual. ¿Qué pasaba en la pesadilla?- pregunta interesada apoyando los codos por encima de la mesa.
- Mi madre se moría.- digo y Scarlett frunce el ceño.
- ¿Qué? Dios mío.- murmura.
- La verdad es que no quiero hablar de eso.- saco un cigarro del bolsillo derecho de mi chaqueta.- ¿Dónde mierdas está Maddison?
- Con Harry, probablemente.- dice Scarlett mordiendo una manzana.
- Jodo, como se puso el nene el otro día.- silbo después de terminar la frase.
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Tres al cuadrado.
Teen FictionAcompaña a estas tres amigas diferentes pero muy iguales en la historia de su último año de instituto. ¿Quiéres saber cómo la popular se obsesiona con un tío malo? ¿Quieres descubrir cómo una chica misteriosa se enamora de un jugador de fútbol? ¿O...