May.
- La próxima vez que vayas a la peluquería, por favor, pide un tinte que no te absorba las neuronas.-le digo a Alice mientras saca las cervezas de la nevera.
- ¿Qué he hecho ahora?- pregunta ofendida.
- Dios May relájate un poco.- interrumpe Harry.
- Tú cállate. ¿A quién cojones se le ocurre invitar a Maddison y a Scarlett?
- ¿Qué te pasa? Pensaba que era tus amigas.- se defiende.
- ¡Exactamente por eso!- este chico es gilipollas.
- No hay quien te entienda...
Me levanto del sofá de la casa de Alice. Necesito sexo. ¿Dónde cojones está Damon? Llega tarde. Lo que faltaba, que me cabreen más. Son las siete y la gente empezará a venir sobre las diez de la la noche. No sé qué hago aquí tan pronto, debería estar durmiendo.
Saco mi móvil y le mando un mensaje a Damon. Entró en la casa. Veo una pelota de fútbol debajo de un mueble en el pasillo. Me recuerda al imbécil de Mike y a mi dolor de brazo. Aún así decido cogerla y busco a Harry. Lo encuentro abriendo una de las doscientas cervezas que hay sobre la mesa.
- Ni si quiera a empezado el muermazo de fiesta y ya estás bebiendo.
- Necesito esto para cuando vea a Maddy.- susurra.
Creo que pretendía que no lo escuchase. Lo miro interrogante levantando una ceja y decido hacer oídos sordos.
- Vamos a hacer tiros a puerta.- le lanzo la pelota al pecho.
Juego al fútbol desde que tengo doce años. Muy pocas personas lo saben y es una cosa que me gusta. Intenté apuntarme en el equipo del instituto en primer año. Las demás jugadoras eran tan patéticas que no aguanté ni dos entrenamientos con ellas. Siempre he jugado sola. Yo era mi propia crítica. Hasta que lo dejé de lado hace un año. Ejercicio y tabaco no son buena mezcla.
- Vamos a hacer esto más interésate.- dije Harry posicionándose en el centro de la portería.
- Si meto bailas con Maddy.- reto.
- Y si la paro o fallas bailas con su hermano en capitán.- me pincha.
- Ni de coña, es idiota.- me rehuso.
- Venga May, no puede ser tan malo.- ruega Harry.
- Está saliendo con Emily, ese chico debe tener algún problema mental. Por muy buena que esté yo no me arriesgaría a pillar sida por un polvo.- contrataco.
- Hablando de polvos, ahí llega el tuyo.
Miro mal a Harry. Damon es más que un polvo. Entra con una caja debajo del brazo. ¡Más cervezas! Cómo si no hubiera suficientes.
La música está tan alta que retumban las paredes de la gran casa. Maddy y Scar llegaron hace al rededor de una hora. Harry desapareció nada más llegar Maddison. Por cierto, metí el gol. Era de esperar. Harry es un penoso portero.
Estoy bailando con Damon en la pista de baile improvisada en el salón de Alice. El sofá en el que hace unas horas estaba sentada está repleto de parejas teniendo prácticamente relaciones sexuales en él. Entre la multitud veo a Dean, el de prácticas. Es un completo gilipollas, pero tiene buen culo. Honestamente, me lo tiraría.
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Tres al cuadrado.
Ficção AdolescenteAcompaña a estas tres amigas diferentes pero muy iguales en la historia de su último año de instituto. ¿Quiéres saber cómo la popular se obsesiona con un tío malo? ¿Quieres descubrir cómo una chica misteriosa se enamora de un jugador de fútbol? ¿O...