Capítulo 54

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Scarlett

Salgo de las tres primeras clases con un dolor increíble de cabeza. No me puedo creer que no me haya dado tiempo a terminar la última pregunta de Francés, joder. ¡Lo sabía todo!

Voy a mi taquilla echando humo por las orejas y me preparo los siguientes libros. Es martes, y a última tenemos clase de Arte, así que por lo menos podré descansar un rato.

Tacho los dos primeros exámenes de la lista como si eso me pudiera consolar.

Esta mañana, cuando me desperté, lo hice rodeada por los brazos de Dean. Ese es el único pensamiento que me salva de pegarme lo suficientemente fuerte en la cabeza como para desmayarme y que me saquen del instituto.

-¿Un mal día?- adivina alguien a mis espaldas.

-Ni te lo imaginas.

Abrazo a Maddy de medio lado y ella sonríe radiante. Lleva el pelo recogido en una coleta, y un par de mechones le caen a los lados de la cara.

Le pregunto por Sophia y por su padre, y después ella me pregunta a mí.

Mis padres no están aquí, uno, porque tiene tanta inspiración corriendo por sus venas, que viene a trabajar, y después necesita estar en su taller en las afueras para poder concentrarse y pintar. Mientras, mamá está en una convención anual en Gales, dejándome a mí, una adolescente de diecisiete años casi dieciocho, sola cuidando una casa.

-Lo único bueno de esta situación es poder pegarme leyendo o viendo series hasta las cinco de la mañana. Bueno -añado con diversión - Eso, y que Dean se quede a dormir sin tener que poner dos cerrojos en la puerta.

-Qué suerte tienes. Sophia entra de vez en cuando para "confirmar" que "estamos bien".

Me río de Sophia y me la imagino espiando en la puerta. Seguro que a Harry no le hace gracia alguna.

-Y hablando de eso...¿cómo terminaron las cosas el otro día?- pregunto con suavidad.

No quiero que volvamos a estar como en Navidades, sin hablarnos, pero tengo que preguntárselo. Casi no pude dormir el otro día pensando en como se fueron en el coche.

-Bueno, como lo hacen siempre. Se disculpó, y ahora estamos bien. Me siento un poco mal por el tema de las drogas y de Alice... pero estaremos bien.

Asiento encajando sus palabras y me muerdo los labios. El tema de la fiesta se fue un poco de las manos cuando los dos se empezaron a pelear. En mi opinión Damon se lo tenía más que merecido. Deberían haberle dejado peor. Un ojo morado y un labio partido no es nada comparado con drogar y engañar a las personas.

-Damon ha sido un auténtico hijo de puta.

-Sí, pero al menos ahora sabemos como es en realidad- digo, quitándole hierro al asunto.

Después de la mini-charla, las dos nos dirigimos en silencio a la cafetería. Pedimos lo de siempre, (dos bocadillos, una botella de agua y un nestea) y vamos a sentarnos junto a May, que está leyendo un libro en una mesa cerca de las ventanas.

-Hola hola caracola- digo sentándome y abriendo el papel que envuelve el bocata.

-Hey.

-¿Examen de literatura?

-Odio a Salinger- responde poniendo la cara encima de la mesa.

-Salinger es un genio- digo para molestarla.

-Salinger puede irse a la mierda. Tengo cosas más importantes que hacer que estudiar el puto guardián entre el centeno.

-Como por ejemplo -añade Maddy, con una sonrisa- quedar con nosotras. Unos amigos de Mike han abierto un nuevo bar en Westminster. No estaría mal ir en el final de la semana, ¿no?

Tres al cuadrado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora