Scarlett
Cuando me levanto de la cama a las cinco de la mañana un peso se instala en mi estómago. Hoy es el día de la verdad; el día de Georgetown. Intento distraerme de todas las formas posibles. Bajo al estudio y dibujo, veo la tele, como, voy a dar un paseo, como mucho más...y al final termino llamando a Maddison, quedando con ella en la cafetería de siempre.
Las manos me tiemblan continuamente. Tengo que distraerme. Mejor dicho, necesito distraerme, porque si no terminaré sin uñas y con unos nervios imposibles.
-¡Hey, Scar!- exclama Maddy abrazándome.
-Hola. ¿Cómo estás?-le pregunto cogiendo su brazo.
Se como tiene que sentirse. El tema de Harry...es delicado. Es, bueno, Harry es delicado, en general. No estuve en el mismo momento en el que ocurrió todo, pero estoy muy cabreada. Quizá porque encuentro un paralelismo entre nuestra situación, pero me molesta más que se lo hayan hecho a ella.
Maddy es encantadora, pero aunque no es inocente tiene mucha fe en los demás. Él es lo contrario.
-Bien, estoy...muy bien la verdad- me explica con una sonrisa sincera.
-Ya, bueno.
-¡En serio! Está todo arreglado. Harry vino a mi casa hecho una furia, pero después me explicó todo y bueno, el no quiso hacerlo.
No me creo lo que está diciendo. ¿No quiso hacerlo? ¿Cómo que lo hizo sin querer? ¿Desde cuando un chico se tropieza y cae en una vagina?
-Maddy, yo creo que-
-Scarlett, quiero a Harry. Y él me quiere. Aunque sea a su manera y no haya querido nunca. Está descubriendo emociones por primera vez y lo está haciendo conmigo- dice. Su ceño se va frunciendo cada vez más, y noto como quiere convencerme- así que no hay más que hablar.
No intento decir nada más, por mucho que me duela. Oigo su respiración pesada. Tengo que calmarme antes de decir algo de lo que me arrepienta. Decido escucharla hablar porque así no pienso en que tendré que irme sola, tal y como mi padre dijo hace unas cuantas semanas. Me muerdo la lengua, de verdad, lo hago, pero después empieza a hablar de Christine y no puedo resistirme.
-¿Y ella sabía que estabais, por decirlo de alguna manera, juntos?- pregunto rápida, aunque no quería sonar tan agresiva.
Christine nunca haría algo así, al menos la Christine que conozco, aunque hace mucho que no la haya visto. Su madre hacía galletitas de caramelo cuando iba a su casa y mi hermano cuidaba de nosotras mientras los mayores trabajaban. Ella no es una zorra. No lo haría.
-¿Cómo la puedes defender?- exige subiendo el tono de voz- Scarlett yo te he apoyado siempre, y te pido por favor, apóyame tu en mi relación.
-Joder pero Maddison-
Se levanta de la mesa y me corta en la mitad de la frase.
-Que tu relación ni siquiera haya empezado no quiere decir que tengas que dudar de todas las demás- sisea cortante.
Me gustaría decir que eso ya no me afecta, pero las lágrimas amenazan con salir y las ganas de llorar aparecen. No puede haber dicho esto, pero lo ha hecho. Su expresión se suaviza cuando ve mis ojos, pero sigue con los brazos cruzados.
-Gracias por venir- murmuro cogiendo mi abrigo. ¿Qué coño? No hemos estado ni diez minutos. Oigo que me llama pero me da igual. Yo solo quiero ayudar, pero siento que solo lo he empeorado. Eso me pasa por meterme en lo que no me llaman: la verdad me explota en la cara.
Dean. Aún recuerdo la conversación. Ni una palabra, solo silencio y uno muy incómodo. Quizá su cara reflejaba una pizca de sorpresa, pero era suficiente. Suficiente humillación desde que nos conocemos. Le hice y le sigo hago caso a Jared, me alejaré, pero no para que se de cuenta de que me necesita. Me alejo porque no voy a perderme a mi misma tan solo por perseguir a alguien que no se ha dado cuenta a tiempo de que no soy una cría.
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Tres al cuadrado.
Teen FictionAcompaña a estas tres amigas diferentes pero muy iguales en la historia de su último año de instituto. ¿Quiéres saber cómo la popular se obsesiona con un tío malo? ¿Quieres descubrir cómo una chica misteriosa se enamora de un jugador de fútbol? ¿O...