Capítulo 3.

1.1K 23 3
                                    

La semana pasó sin nada nuevo; cada vez recibía más cariño por parte de Han cosa que realmente no me molestaba, pero siempre intentaba que no se me notase y me hacía el duro y el fuerte. Esas cosas no iban a hacerme débil, el que le diese abrazos a otros no haría que los celos se apoderasen de mí. Claro que no. Solo somos amigos. Ese era mi pensamiento cada día, más bien así conseguía mentalizarme para poder empezar el día sin problemas.
-Me da pena que Suso esté así, alejado del grupo...tiene tan claro que se irá esta semana que me rompe...-me comentó Han.
-Bueno, la nominación se la ha buscado él con su comportamiento desde el principio del programa, no sé por qué te extrañas-suspiré-y no deberías irle tanto detrás para que comiese, si no quiere comer que no lo haga, Han-increpé.
-¿Estás celoso?-se levantó de mis piernas, en donde tenía apoyada la cabeza y me miró a los ojos.
-Claro que no, Han, no digas tonterías, ¿cómo voy a estar yo celoso? Pero es que te comportas con él diferente, si Quique o Vera o cualquier otro se comportase como él, no harías nada; pero como él te ríe las gracias, le vas detrás como un perrillo-dejé caer.
-¿Te molesta? ¡Estás celoso, Aritz!-rió.
-Han, que no sigas diciendo tonterías-me levanté del sofá molesto-es sólo una opinión que te doy, ya esta-me fui de allí.

A la noche en la cena se volvió al tema, yo no quería seguir hablando de eso porque ya no sabía si lo que sentía eran celos o qué eran. Pero una vez insistió...
-Sí, como amigo estoy celoso, pero dejemos el tema ya-pedí, terminando de comer.
-Ay mi marido, si sabes que como soy contigo no soy con nadie-y en verdad lo sabía, pero aún así me molestaba y no sabía por qué-yo soy así porque soy un cachito de pan-rió, besando mi mejilla.
-Demasiado bueno diría yo, menos en la cocina-reí, por la broma y me pegó flojito.
-¡Oye! Que no me gusta que digas esas cosas...-refunfuñó y me acerqué a él.
Lo miré, parecía tan indefenso, tan niño, tan poquita cosa que supe que nunca querría perderlo. Lo abracé fuerte. "Me encanta tenerte conmigo en la cocina, haces la comida de puta madre, aunque me saques de quicio siempre" susurré besando su cuello lentamente.
Fue en ese momento cuando comencé a sentir todas las miradas de mis compañeros encima de nosotros y me corté un poco más, separándome. Últimamente y discutiéramos o no, se pasaban el día cuchicheando sobre nosotros, lo sabía, aunque no dijese nada al respecto y prefería parar esos murmuros.
-Gracias...-susurró, bajo, mirando su plato de comida para luego darme un beso en la mejilla.
Una vez terminé la cena, me levanté y me dirigí, pensativo al confe. No sabía muy bien qué decir. A veces me preguntaba en qué momento me decidí a hablar en una habitación solo, con una persona que para hablar conmigo distorsionaba la voz. Cuando estaba en mi casa siempre pensaba que era fuerte, que no iba a necesitar al "Super" para desahogarme...pero había momentos que me superaban. ¿Cómo me estarían viendo en casa? Tapé la cara con mis manos y tomé aire.
-Hola, Aritz-saludó la voz distorsionada.
-Hola, Super...-resoplé-estoy muy estresado, pensé que esta experiencia sería mucho más fácil; echo de menos a mi gente, mi familia, mis amigos...a todos-comencé a soltarme-me siento muy solo, siento que no encajo del todo-suspiré.
-¿Y por qué no te relacionas con los demás?-preguntó el "Super".
-Porque no sé, no son mi estilo...-no sabía qué responder.
-¿Y Han sí?
-No, él es todo lo contrario a mí...-reí.
-¿Entonces?
-Con él es todo diferente...no sé explicarlo. Creo que es con el único que he encajado desde el primer momento. Nos damos el cariño que necesitamos mutuamente y aunque discutamos siempre lo terminamos arreglando porque yo no aguanto mucho tiempo enfadado con él, por más que lo he intentado...y aquí me siento tan fuera de lugar que seguramente si no fuera por él ya estaría fuera, pero no quiero dejarlo solo...-confesé casi sin darme cuenta.
-Dicen que los que se pelean, se desean; en vuestro caso os pasáis el día discutiendo es porque realmente os tenéis cariño, ¿no?-dijo.
-No sé cómo son los dichos ni si con nosotros van o no. Es mi hermano pequeño y claro que lo quiero. En el tiempo que llevamos aquí me ha demostrado más que mucha gente a lo largo de mi vida. Y sí, sé por lo que es...pero aún así. Él no está pillado, ni nada de eso. Ni siquiera llevamos un mes aquí, no puede enamorarse. Tal vez esté encaprichado o lo que sea...y por eso tal vez a mí no me molesta tanto-me encogí de hombros.
Tras unos minutos más desahogandome en el confe, salí de allí a tomar el aire. Mi marido estaba esperando para así poder dormir tranquilo, abrazado a mí. Yo, en cambio, tras las confesiones, necesitaba algo de espacio para aclarar mis ideas y tras un tiempo solo, mirando la luna, fui a la habitación. Él se había quedado dormido y yo no pude evitar el sonreír al verle así, le di un beso en la frente y otro en la mejilla y lo tapé con la sabana. Me metí en la cama y lo atraje hacia mí con un brazo. Me coloqué el sombrero y hundí mi cabeza en su cuello para así terminar los dos dormidos.

Al día siguiente habría una nueva gala. Sólo esperaba que él no saliese nominado, no quería otra semana de distanciamiento entre nosotros aunque ya le haya dejado claras las cosas. El simple hecho de verlo mal me mataba por dentro. Así que esa noche solo deseé que la buena suerte estuviese de nuestra parte en ese nuevo día que comenzaría en unas horas con el amanecer...

Cosa De Dos [HanAritz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora