Cosa De Dos [HanAritz]

Capítulo 30. (Final Alternativo)

Llevaban comprometidos un par de semanas, todavía parecía un sueño el pensar lo que había sucedido en su regreso a Guadalix. Ninguno de los dos podía imaginarse cómo todos y cada uno de sus compañeros estaban visualizando la gala ese día en su casa y se emocionaban al ver la pedida en directo. Se podría ver a Amanda, llorando en su casa, porque sus niños por fin habían conseguido la felicidad juntos, mientras Raquel, que se encontraba con ella la consolaba y miraba asombrada la pantalla del televisor; a Marta, emocionada porque su bebé había conquistado finalmente al vasco; a Suso, que pese al machaque al que había sometido a Aritz, desde fuera, las últimas semanas de concurso, siempre había creído en la relación, lo mismo que Ricky y Muti; Ivy, Carolina y Carlos, que veían el programa juntos en Barcelona, no parecían sorprendidos, pues se habían dado cuenta de que finalmente, todos encuentran a su media naranja, o media mandarina, o como se le quiera llamar, y ya dentro de la casa sabían que acabarían juntos, lo habían notado; Sofía y su madre, Maite, refunfuñaban en el sofá de su casa, más pendientes de que el programa no las había llamado a ellas como representantes de la edición anterior que del momento histórico que estaban viviendo sus ex compañeros dentro de la casa; Enrique y Marina se habian juntado ese día para ver lo cambiada que estaría la que fue su casa un año atrás, a Enrique, en parte, le parecía bien todo aquello mientras que su amigo Aritz fuese feliz, Marina, en cambio, no hacía más que echar pestes sobre Han, que le traicionaría, que no era bueno para Aritz, y demás, lo típico que ella siempre decía; y finalmente, Vera y Niedziela, observaban sin despegarse el uno del otro cada detalle de ese momento, cogidos de la mano, se daban cuenta de que no era la única pareja que había salido de esa edición y que Han y Aritz, se veían muy bien y muy enamorados.

Recibieron llamadas de varios ex compañeros durante los días siguientes a lo sucedido, felicitándoles por el gran paso que habían dado y todavía sin poder creérselo. Han parecía vivir un cuento que estaba seguro, pronto tendría su final feliz. Aritz, en cambio, disfrutaba cada minuto de la compañía de Han, se había dado cuenta de que sólo quería estar con él, que no había encontrado a nadie nunca que le llenase tanto en todos los aspectos como el chino granaíno hacía, y que si había otra persona esperando, no quería conocerla, porque para él, ya había encontrado a la adecuada y este era sólo un paso más en su relación, que desde que habían salido de la casa, hasta entonces era de todo, menos tóxica.

Se casarían en poco más de dos meses, en diciembre, el día 9, cuando haría un año de su primer beso. Sí, parecía todo muy precipitado, pero les daba igual. Aritz pensaba que eso sólo eran unos simples papeles que para nada iban a demostrar si se querían o no, por lo que daba igual si era dentro de un año o de unos meses y a Han, que no se esperaba para nada ese momento y mucho menos por aquel entonces, también parecía darle igual la fecha siempre y cuando fuese con la persona que ahora estaba a su lado.

Habían enviado pocas invitaciones, no les apetecía mucha gente en la ceremonia, querían algo íntimo, pero también querían que sus familiares y amigos más íntimos asistiesen. A Han le habría gustado retomar el contacto con su padre para ese día tan especial, pero sabía que a su madre no le sentaría nada bien, por lo que se había olvidado de esa idea. Al que sí invitaría era a Diego, no estaba muy seguro de si aceptaría la invitación, pero tenía que intentarlo, le había ayudado mucho y, aunque seguramente con o sin ayuda, estaría con Aritz, Diego había acelerado el proceso abriéndole los ojos en aquel tren.

-No sé yo si me convence que venga ese tío...-murmuró Aritz, mientras Han cerraba el sobre con la invitación para Diego.

-Oh, venga, ¿otro ataque de celos?-lo miró por encima del hombro-es sólo un amigo, ya sabes que me ayudó mucho contigo-comentó.

-No es ningún ataque de celos, sé perfectamente que no vas a tener nada con él, es sólo que...después de todo...ya sabes-se rascó la nuca Aritz, nervioso.