[Han]
Hay días en los que es mejor ni levantarse. Hay momentos en la vida en los que ocurre algo que, por más que quieras olvidar, nunca lo harás. Esa tarde, como casi siempre desde que quedamos en que los dos haríamos la compra, estábamos discutiendo sobre qué comprar o qué marca. El problema comenzó sobre si comprar gel o no. A nuestra conversación se fueron uniendo poco a poco nuestros compañeros hasta el punto de comentar una especie de batalla en la que las pullitas pululaban por el aire. Marina ya no sabía qué hacer para explicar su necesidad de comprar gel para su melena. Yo ya no soportaba tanta discusión. Que si podríamos sobrevivir sin el gel una semana y así ahorraríamos, que si no podríamos ducharnos, etc.
La cosa se fue suavizando a la tarde hasta que, sobre la madrugada, las cosas fueron empeorando. Estaba con Sofía en la cama, conversando cuando Marina entró. Empezó a acribillarme a preguntas, sobre lo de esta tarde y sobre Aritz. Me sentí un poco agobiado pero intenté contestar una a una sus preguntas hasta el punto en que me pidió disculpas por, tal vez, el hecho de que Aritz últimamente estuviese más con ella que conmigo y me abrazó. Sabía que ella había estado hablando con Aritz y todo esto me sonaba muy raro, pero era mi amiga y, al fin y al cabo, tenía que perdonarla si se disculpaba, era lo mínimo en una convivencia.
Yo seguí con Sofía, hablando de nuestras cosas y demás, y a los minutos entró Vera algo extrañado comentando que Aritz estaba cabreado y que Marina no dejaba de llorar. ¿Qué? ¿Por qué llorando si yo no le había dicho nada malo para que se haya puesto así? Aritz ya entró hecho una furia en la habitación, lanzando gritos contra mí.
-¿Pero te parece normal? Ahora Marina ya no quiere estar conmigo para que tú no te pongas celoso, ¿pero de qué vas? Me ha dicho que ha estado hablando contigo y le has dicho que siempre está conmigo y todo...-gritaba.
-¿Pero qué? Estoy flipando, Aritz...-comenté-si yo no le dije nada de eso-suspiré, llevándome las manos a la cabeza.
-Aritz, Han no ha hecho ni dicho nada de eso, de verdad, yo estaba delante-defendió Sofía.
-Tú calla, otra que tal baila-rodó los ojos-siempre andas de piki piki con esta, ¿no? Que mira, nuestras cosas son nuestras, ¿queda claro, Han?-me miró a los ojos-yo no voy contando por ahí lo que hacemos o no hacemos bajo las sábanas, en cambio tú no solo lo cuentas si no que inventas y vas por ahí diciendo que si me gustas o no sé qué-alzó la voz, toda la habitación estaba boquiabierta esperando sus siguientes palabras, parecía un show para ellos, mientras mi corazón, poco a poco, se iba rompiendo en pedazos, podía sentir el último trozo de él cayendo, invisible, en el suelo-que si me gustases, ya te habría metido morro, pero no, ¡NO ME GUSTAS!-gritó-joder, que me importa más esto-dijo cogiendo su llave-que todo lo demás, a ver si te enteras-se tumbó en la cama, de mal humor.
Yo no me podía creer todo lo que estaba escuchando, salí de la habitación dando un portazo y me rompí, me rompí en el sofá, no podía parar de llorar, me daba igual que tuviese a alguien fuera, eso era lo de menos, yo lo quería como un amigo, mi mejor amigo, mi hermano; siempre tan protector. Ya me había quedado claro desde un primer momento que no le gustaba y que no quería nada conmigo y todo lo que hacíamos siempre era de broma, o al menos para mí. Sé que podía parecer que buscaba algo más, y posiblemente en el fondo de mí así era, pero tenía cabeza, sabía que no podía ser, sabía que había otra persona; otra persona que, por otra parte, le había hecho mucho daño, tanto que se ha negado a volver a amar, tanto que no cree en el amor, tanto que quiere quedarse solo, adoptar un niño solo, no tener contacto con nadie más...otra persona que, al fin y al cabo, sigue pensando en ella, enamorado de ella.
Lo que más me dolía de todo esto era que él no confiase en mí, después de todo por lo que habíamos pasado, prefería creerla a ella que a mí. No era justo, yo no había dicho nada malo, si todo lo que decía de él siempre terminaba diciéndoselo... Marta y Sofía no me dejaban solo en ningún momento, entre abrazos y besos intentaban consolarme pero los lloros de Marina se oían desde donde nosotros estábamos. Decidí dejar de llorar y enfrentarme a ella, bueno, más bien intentar calmarla a ella. Era lo mejor, vivíamos con más gente y la convivencia debía ser sana y buena para todos.

ESTÁS LEYENDO
Cosa De Dos [HanAritz]
FanficUna casa. 16 personas conviviendo, y entre todas esas...tenías que estar tú. ¿Cómo vivir un amor prohibido estando las 24 horas del día vigilado por una cámara? O...lo más importante, ¿cómo sobrevivir quedándote solo cuando la otra persona tiene qu...