[Han]
Haberme quedado a solas con Marina en la sala de expulsión me hacía pensar. Realmente yo creía que me iba a ir esa noche y necesitaba decirle a ella, en la media hora que teníamos antes de que la cuenta atrás llegase al final que cuidase de Aritz.
-Marina...cuidalo, ¿vale?-pedí.
-No te preocupes, sabes que lo haré-me molestaba que hasta ella creyera que yo me iba, todo parecía estar en contra mía ese día.
Si eso era así...sentía que la despedida con Aritz no había sido suficiente y no quería que la próxima vez que lo viera fuera desde plató...tenía que luchar y solo había una manera de hacerlo. Ahora. Ahí. Hablando y que la gente votase.
-De verdad te lo digo, lo quiero mucho, díselo, que no lo voy a olvidar y lo estaré apoyando hasta el final...dile que es mi ganador...y que necesito que siga adelante...que siga porque yo le daré fuerzas-empecé y las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas, si él me viese ahora diría para picarme que ya estoy haciendo show, pero no, desgraciadamente no era así, yo sufría y me dolía de verdad.
Hubo mucho silencio en los últimos diez minutos. Temía que cualquier cosa pudiera pasar...el público no podía separarnos...no ahora que empezábamos a estar mejor que nunca. Ahora sí estábamos viviendo la experiencia. Estábamos disfrutando al máximo el uno del otro...esto no podía terminar aquí.
-Me duele pensar que no voy a dormir con él más...ni hacer cucharita...que la melodía de sus ronquidos ya no será mi nana...que no me despertará a besos...joder-suspiré, cubriendo la cara con mis manos.
El tiempo terminó y algo se detuvo en mí, comencé a ponerme cada vez más nervioso y Marina agarró mi mano mientras apretaba con fuerza el pañuelo de su otra mano. Necesitaba algo de Aritz aquí conmigo...pero solo tenía el olor de su perfume en mi cuello tras sus besos y roces. Cerré los ojos y Mercedes hizo lo debido.
-La audiencia...ha decidido...que debe...abandonar la casa...-hubo un silencio bastante largo, demasiado diría yo, todo el plató estaba pendiente de esa decisión y mi corazón comenzó a acelerarse y justo en el momento en el que realmente vi la batalla perdida, todo cambió-¡Marina!-exclamó ella y yo me quedé en shock.
Mi yo interior estaba dando saltitos de alegría y bailando como las típicas muñecas hawaianas que pones en el coche y no dejan de moverse. Mi yo interior era un niño feliz con ganas de gritar que no había nada perdido y que quería correr a abrazar al dueño de su corazón, pero debía contenerme.
Me despedí de Marina que no dejaba de decirme que le dijera a Aritz que lo amaba con locura. "Más quisieras, perra, es mío" en el fondo me reía de mis pensamientos. Ella se marchó y Mercedes me mandó quedarme en la sala de expulsión un rato más. Yo no entendía nada pero sólo quería salir y abrazar a Aritz.
-¿Te gustaría hacerle creer a Aritz que te has ido tú, Han?-preguntó Mercedes.
-Ay no, pobre mi marido que se muere-dije, mordiéndome las uñas con miedo a lo que estuvieran preparando.
-Venga, para reírnos un poco todos...-insistió.
-Pero después me dejáis volver a la casa con él, ¿no?-pregunté, temeroso.
-Claro-aseguró ella y entraron por la puerta a colocar una pantalla detrás de mí y unos focos que iluminaban en la propia pantalla e imitaban el plató.
Todas las luces se apagaron excepto dos que me enfocaban directamente y los focos que apuntaban a la pantalla. Temía la reacción de Aritz a la bromita de Mercedes.
-En unos minutos vamos a conectar con ellos para que te "despidas"-dijo haciendo con las manos las comillas; yo asentí tembloroso y cortó la comunicación dejándome allí, solo con mis pensamientos.
[Aritz]
Mi rodilla no dejaba de moverse sola por el nerviosismo. Todos estaban tan tranquilos. Claro, ellos no perdían una parte de sí mismos pero yo sí, él era eso, una parte de mí. Si se fuera sería como si me arrancasen un brazo o una pierna...¿Qué digo? Como si me arrancasen el propio corazón.
-¿No ha pasado ya mucho tiempo? Tardan mucho...-suspiré, nervioso.
-Aritz, calmate, Han no se va a ir-intentó tranquilizarme Marta pero nadie conseguía hacerlo.
-Voy al centro que aquí me desespero-dije, colocándome el sombrero.
Estuve allí más de 10 minutos hasta que escuché gritos en el salón y Marta, con lágrimas en los ojos vino a buscarme.
-No, no, Marta, no-corrí al salón y me lo encontré en la pantalla del televisor.
Estaba muy nervioso. Demasiado. Lo conocía muy bien como para saber que no estaba bien. ¿Qué había hecho? Todo esto era culpa mía.
-Aritz...-sollozó, tal vez por ver mi cara a través de una pantalla.
-No...no...no, no, Han, no, joder-negaba con la cabeza y no podía aguantar ya las lágrimas.
-Lo siento...-suspiró y me caí, de rodillas en el suelo, Marta corrió hacia mí, con lágrimas también intentando consolarme, apoyó su cabeza en mi hombro y me susurró que todo estaba bien, y por primera vez...yo la lié.
-¿Qué todo está bien? Nada está bien, joder, nada, se ha ido hostia y es todo por mi culpa...por lo que dije y me arrepiento, desde entonces me arrepiento y lo quiero joder, y no quiero perderlo...no puede estar él ahí y yo aquí, que él tiene que ser el ganador, me cago en todo-suspiró entre gritos-me voy, yo sin él no sigo-afirmé.
-Aritz no...-dijo Han, con lágrimas.
-Tú no digas que no...sabes que sin ti no sigo, ¿por qué te has ido? ¿Por qué sin mí? Siempre me has prometido que nos iríamos de aquí juntos y de la mano, en la final o sin ser en ella...no puedes estar ahí-tiré el sombrero ya desesperado.
-Mercedes...por favor, que le va a dar un ataque-murmuró él y Mercedes apareció en pantalla.
-Aritz, ¿quieres que Han vuelva a la casa contigo?-preguntó.
-¿Qué pregunta es esa, Mercedes? Claro que quiero-aseguré, sin pensármelo.
-Pues debes hacer algo a cambio-carraspeó.
-Lo que sea, lo que sea, yo lo hago-moví las manos inquieto.
-No puedes volver a cubrirte la cabeza hasta nuevo aviso-anunció.
-¿Qué?-miré a mis compañeros-mírame ya no tengo nada, lo tiré por ahí con la desesperación, ahora tráemelo de vuelta, por favor-pedí.
-Han-el apareció de nuevo en la pantalla-puedes volver a la casa con tus compañeros-él sonrió entre lágrimas y se levantó. La pantalla se quedó en negro durante unos segundos y Mercedes volvió a aparecer-En un rato la expulsada se despedirá de vosotros-anunció.
-¿Y Han?-pregunté ansioso mirando a todas partes.
-Tranquilo, impaciente, ya estará a punto de entrar ahí; hasta después chicos-se despidió.
Se oyó la puerta y corrí tanto como si se me fuera la vida en ello, salté a sus brazos de tal manera que los dos caímos en el suelo. "Cabronazo, no vuelvas a darme estos sustos que te mato, hostia" susurré, entre sollozos.
-Lo siento-dijo, acariciando mi barba y mirándome a los ojos.
-Te quiero mucho. Muchísimo. Joder Han, que te quiero-afirmé, sosteniéndole la mirada.
-Y yo a ti, niñato-sus labios rozaron los míos, como pidiendo permiso para un beso que enseguida le seguí, dándome igual quien nos viese, pero por suerte, nuestros compañeros se habían quedado al principio del pasillo esperando para saludar.
Ahí empezó la mejor noche de mi vida, con su cuerpo pegado al mío. Sus dedos enredados en mi pelo y sus labios en los míos, sin apenas unos segundos para respirar. No quería tenerlo lejos de mí nunca más.
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Cosa De Dos [HanAritz]
FanfictionUna casa. 16 personas conviviendo, y entre todas esas...tenías que estar tú. ¿Cómo vivir un amor prohibido estando las 24 horas del día vigilado por una cámara? O...lo más importante, ¿cómo sobrevivir quedándote solo cuando la otra persona tiene qu...