Capítulo 25.

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[Han]

Hacía dos meses y unos días que él había vuelto de China, es decir, llevábamos dos meses juntos de nuevo. Las cosas iban bien entre nosotros pero a mí me rondaban demasiadas cosas por la cabeza. ¿Dudas? No exactamente. ¿Cómo describirlo? Sentía que Aritz me quería, pero me quería a su manera. Sentía que aunque con él era yo mismo, no podía serlo en todo mi esplendor. No podía quedar tanto con mis amigos, no podía llamarle de formas cariñosa, dependiendo de los sitios no podíamos cogernos de la mano o ir muy juntos y mucho menos besarnos. Vamos, que no podíamos ser una pareja normal. Y es que para él ni siquiera éramos una pareja. Sabía que lo de amigos lo decía ya para picarme, pero me dolía porque no sabía muy bien qué esperar de él.

Uno de esos días era el cumpleaños de mi amiga Maribel, por lo que saldría con mis amigos de fiesta para celebrarlo, aunque al principio a Aritz no le hizo mucha gracia.

-No bebas mucho-advirtió.

-Tranquilo, controlo-sonreí mientras terminaba de arreglarme.

-Ni te pases mucho-pidió.

-Aritz, ¿confías en mí?-me giré, mirándolo.

-Claro, pero tengo miedo, date cuenta de quien eres...seguro que te entran muchos tíos-suspiró.

-Vale,¿y qué? Ya sabes que te quiero a ti, deja de rallarte, mi amor-acaricié su cara.

-Joder, Han, no me llames esas mierdas, que no somos nada serio-se apartó.

-Tío, eres un mierda, ya estoy cansado de que siempre estés igual; te quiero joder, pero es que ya no sé ni lo que somos, ni lo que quieres ni nada-suspiré.

-Lo que seamos o no seamos no lo tenemos que airear, Han, es que macho...-se desesperaba.

-Vale, pero quiero saberlo, no sé si estoy soltero, si no, no me dejas salir y temes que me vaya con otro, pero no eres mi pareja, ¿me lo explicas, Aritz?-pedí, exasperado.

-No tengo nada que explicarte, Han, las cosas son como son, si te gustan bien y si no, también-dió un portazo.

-Que te den, Aritz-grité y cogí mis cosas y salí de la casa.

Quería evadirme de todo. Iría a esa fiesta y lo pasaría bien, al volver a casa ya vería cómo hacía frente a todo lo ocurrido ahora. Pero no iba a amargarme la noche de mi amiga. Llegué al local y me encontré con todos mis amigos. Pedí una copa y enseguida me puse a bailar con Maribel. La música cada vez estaba más alta y el local se iba llenando, me iba encontrando con fans que me pedían fotos y yo sólo sonreía y me mostraba feliz. Tras dos copas más, empecé a desinhibirme. Bailaba con todos y los sacaba a bailar. Uno de ellos me reconoció y a mí me resultó familiar.

-¡Vaya, cuánto tiempo!-exclamó.

-¿Te conozco?-reí.

-El pub de Málaga-sonrió-me llamo Diego-se presentó y me dio dos besos.

-Un placer, guapetón-sonreí y le miré de arriba abajo como ahora recordaba que él había hecho en Málaga.

-¿Y qué? ¿Seguís sin ser pareja Aritz y tú?-se interesó.

-Ni me hables-reí-¿tú lo ves por aquí?-me encogí de brazos.

-Entonces...¿tengo posibilidades?-alzó una ceja y lo miré de reojo.

-Mira...mi yo de antes se enrollaría contigo ya mismo, pero ahora no puedo, lo siento-suspiré, tal vez con el tiempo...-miré el suelo.

-Tengo tiempo-sonrió-me conformo con bailar o tomar algo contigo ahora-se mordió el labio.

-¿Pero tú eres de Málaga o de aquí?-pregunté.

-Soy de aquí, pero voy a bolos por ahí al igual que tú-rió-me gusta conocer a gente-aclaró.

-Entiendo-asentí.

Estuvimos hablando toda la noche. La verdad es que era un chaval muy majo y agradable. Me había sentido muy bien en su compañía y de hecho, fue él quién me acompañó a mi casa después. Tras despedirme de mis amigos y haber felicitado a Maribel por décima vez esa noche, él se ofreció a llevarme ya que, tenía coche y yo había ido al local en taxi antes.

-Bueno, gracias por haberme traído hasta aquí-sonreí y me despedí de él con dos besos.

-¿Volveré a verte algún día?-se interesó.

-¿Quién sabe? Saldré por ahí seguro, en algún sitio coincidiremos-le guiñé el ojo.

-Eso espero, me ha encantado conocerte, ya te admiraba antes por ser como eres, pero conocerte en persona y haber compartido contigo todo este tiempo ha sido lo mejor del mundo-confesó.

-Ay, gracias, y recuerda, diva se nace, no se hace-reí y me despedí, entrando en el portal.

Fui directo al baño, donde me cambié sin ni siquiera mirar a Aritz a la cara. Pero éste, que estaba tumbado en la cama, se incorporó y se acercó a mí por detrás.

-¿Qué tal lo has pasado?-preguntó.

-Bien

-¿Has venido en taxi?

-Sí

-Mentira

-Si sabes que es mentira, ¿para qué preguntas?-suspiré.

-¿Quién era ese, Han?-su voz sonaba algo rota.

-Diego

-¿Diego? ¿Quién es ese?

-El que me trajo

-¿Y quién viene siendo?

-Un tío

-Joder, Han, ¿tienes algo con él?-empezó a alterarse.

Me encogí de hombros como respuesta. No tenía ganas de hablar de eso ahora.

-Joder, ¿qué cojones significa eso? No me puedes estar haciendo esto-se tocaba el pelo nervioso.

-¿Hacerte qué? Tú y yo no somos nada, ¿no? Entonces hago lo que quiero y tú como buen amigo, te aguantas y me apoyas-aclaré.

-No, eso no es así

-¿Qué no es así?

-Somos algo

-¿Y qué somos?-me crucé de brazos esperando una respuesta.

-No lo sé Han, no sé qué mierdas pasa por mi cabeza. No puedo verte con nadie que no sea yo, sólo imaginar que ese tío te ha podido tocar o cualquier cosa y me hierve la sangre...no puedo, no sé qué me pasa, no es amor...pero...dios, no debería ponerme así por un amigo,¿no?-rodé los ojos al escucharlo.

-A lo mejor deberías plantearte de una vez que tú y yo no somos amigos, que tú y yo no hacemos cosas de amigos y que tus celos, porque eso es lo que son, no son de amigo; así que cuando te aclares, me avisas, porque estoy harto de aguantar siempre la misma mierda; porque sí, estoy muy feliz cuando estamos bien, pero eso no compensa el hecho de que no podamos actuar con normalidad por ser tú tan cabezota y lo siento, pero hasta aquí-me vestí de nuevo y cogí un par de cosas como el cepillo de dientes y demás-me voy a dormir a mi piso con mis compañeras que seguro me reciben encantado, cuando te aclares y decidas qué somos o qué sientes o lo que sea, me llamas, estaré esperando esa llamada-cogí un par de mudas y llamé a un taxi mientras él se quedó callado sin pronunciar ni una palabra. Yo salí de nuestra buhardilla durante esos meses sin recibir ni un adiós de su parte y me instalé de nuevo en mi antiguo piso con mis compañeras.

Cosa De Dos [HanAritz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora