Capítulo 36.

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[Han]
Salí de la opción de llamadas y busqué en WhatsApp. Tan sólo tenía una conversación y era con Aritz. "No leas, no leas" me repetía a mí mismo, pero era inevitable no hacerlo, tenía la necesidad de saber qué estaba pasando, qué me estaban ocultando. Cerré los ojos con fuerza y respiré hondo. Decidí cerrar la aplicación y abrir la galería. ¡Tenía un montón de carpetas! ¿Qué eran todas estas fotos? Fui a las fotos de mi cámara y me encontré mil con Aritz, y no exageraba si decía que eran mil. Fotos sonriendo, fotos que mostraban felicidad, no sólo en nuestras sonrisas, si no en nuestros ojos, fotos de besos en la mejilla y... ¡NO! ¿Y eso qué era? Besos en los labios, morreos, mordidas de los labios. ¿Estuve con él? ¿Estaba? ¿Entonces Pau, qué era eso? Suspiré y me limité finalmente a observar y analizar cada foto, desde la primera hasta la última con él. También tenía fotos con Amanda, se ve que éramos muy amigos. Llegué a una foto con Aritz en concreto que me hizo tener un cosquilleo por todo el cuerpo. Nos estábamos besando y teníamos las manos entrelazadas con un paisaje por detrás. No sé muy bien dónde era eso, pero no era Granada. De pronto, un recuerdo vino a mi mente:

Arirz y yo paseábamos por un campo, mirándonos a los ojos sin dejar de sonreír. Detrás de nosotros empezaba a atardecer. Un fotógrafo nos pedía que actuásemos con normalidad para captar la naturalidad de nuestra relación. Nosotros dos cuando estábamos juntos nos olvidábamos del resto. Éramos sólo él y yo. Nos dábamos besos, un poco tímidos, nos cogíamos de la mano y señalábamos cada cosa que veíamos a nuestro alrededor. Fue un buen día. El cámara no dejó de felicitarnos, pues no le había sido nada difícil el hacer el reportaje ya que desprendíamos amor por todos lados y saltaban chispas cada vez que nos mirábamos o tocábamos.

Una lágrima descendió por mi mejilla ante ese recuerdo. O sea, que estábamos juntos. Y yo empezaba a recordarlo. Ahora entendía porqué esa atracción hacia él. Era inevitable. No podía no mirarlo, tocarlo o sonreírle. Me salía sólo. Era como un imán que no dejaba que me alejase de él.

-Han, ¿has acabado ya?-preguntó una voz, al otro lado de la puerta.

-Sí, sí, ahora voy-me sequé las lágrimas y guardé mi móvil en el bolsillo, no sin antes cambiar el patrón de desbloqueo del mismo, ya que me había dado cuenta de que Aritz lo sabía y seguramente por su cabeza pasaría eliminar esas joyas que eran mis recuerdos, o la única vía para llegar a ellos.

Cogí una cazadora, pues hacía algo de viento y yo era muy friolero, y salí de la habitación. Pau me cogió de la cintura y por un momento me sentí extraño. Intenté disimular, pero después de todo lo que había visto ya no me sentía igual con él. Todos me estaban mintiendo, pero él se estaba aprovechando. ¿Cuándo rompimos él y yo? Mi cabeza no dejaba de pensar, tenía que lograr recordar eso, pero como siguiera intentándolo me explotaría.

-¡Pasadlo bien!-sonrió Amanda cuando pasamos por su lado.

-Gracias-sonreí-¿os quedaréis aquí?-pregunté, mirando, esta vez, a Aritz.

-No-negó con la cabeza-iremos por Granada para conocer un poco la ciudad-me miró, serio.

-Como si ya no la conocieras...-murmuré, sin que apenas pudiesen oírme.

-¿Qué?-preguntó, frunciendo el ceño.

-Nada, que lo paséis bien, simplemente-sonreí y seguí caminando, agarrando yo a Pau esta vez.

-Esto ya lo hace para joder, no es normal eh-miró Aritz a Amanda un poco molesto.

-¡No digas tonterías, Aritz! Él no sabe lo que hace-intentó tranquilizarlo, pero nada podía tranquilizarlo ante eso.

Tras eso, salieron de la casa y fueron por la ciudad, como él ya la conocía, se encargó de enseñarle todo a Amanda. Fueron a la Alhambra, con suerte ese día no había ido mucha gente y les fue fácil acceder sin haber concertado cita previa. Todo era precioso, pero no era lo mismo que visitarlo con Han, hay cosas que se veían diferentes estando con una u otra persona.

Cosa De Dos [HanAritz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora