Capitulo 9 ¡Esta chica despierta cosas raras en mí!

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🔝Jared con ojos rojos multimedia🔝

*Jared POV*

Conseguí que me patearan el culo. Que me pateara el culo un vampiro Faible. Que me pateara el culo una mujer. Los chicos nunca dejarán pasar esto. Ni lo haría mi hermano o Ricardo. Ni lo habría hecho ella si se hubiera quedado. Scarlett. Le sentaba bien.

Tuve que reírme por dentro de mí mismo: todo el asunto era tan raro. Me había pateado el culo, avergonzado delante de Dios sabe cuántas personas, e incluso me llamó chica bonita... y todo lo que yo había querido hacer era agarrarla, besarla y morderla.

¡¿Por qué no podía haber venido aquí para pedir ser una de mis consortes?! Cuando la vi en la piscina pensé que podría haber sido eso a lo que había venido. Oh, habría dicho que sí. ¿Quién no lo hubiera hecho? Tenía un cuerpo increíble, un gran acento y esa voz ronca. Incluso esa actitud de cara dura era caliente.

No me hubiera importado si era como las demás; no interesadas en mí, sino solo en ser la consorte del "Heir". Si era el poder lo que conseguía que las mujeres se subieran las faldas, entonces bien, que así sea. Siempre y cuando alzaran sus faldas cuando se los dijera, todo estaba bien.

Pero ella nunca hizo lo que le pedí. Nunca se inclinó. Nunca bateó sus pestañas. No estuvo impresionada o intimidada por mi autoridad. Claro, no había sabido que yo era el Heir. Pero sabía que era un Comandante, que podría ser su jefe. ¿Acaso le importó? No. Me dio una patada en el culo. Todo eso hizo la diferencia. La hizo interesante.

Nada podría haberme detenido de ofrecerle que fuera otra de mis consortes. Nada excepto esa mirada en su cara cuando se dio cuenta que no la había elegido para el equipo. En la superficie parecía estar bien, pero sus ojos, o sus ojos, pareciera que estuviera planendo la muerte perfecta, en este caso sería la mía. Y extrañamente, aquello me había llegado. Así surgió la idea de que no la volvería a ver. Lo que consiguió que me sintiera tan... no sé, mal... el ver que se iba. Como si estuviera viendo irse algo que era mío. Sip esta chica me hacía sentir cosas raras.

Bueno, lo que sea. Tal vez solo estaba cachondo. Habría hecho que Giselle me encontrara una vez hubiera terminado en la oficina. O tal vez Yolanda. O incluso Leila. O a lo mejor todas ellas. Solo una cosa me detuvo de estar tan encendido como todo aquello debería ponerme: podía hacer que pasara tan fácilmente.

Me sacudí de todo aquello mientras me teletransportaba desde los alojamientos de los escuadrones hasta mi propia oficina personal en el Centro de Mando. Era algo perezoso que me hubiera teletransportado al edificio de al lado, pero como sea. Cuando aparecí en mi oficina, un movimiento en la periferia de mi visión captó mi atención. Una sensación extraña viajó a través de mí cuando giré la cabeza hacia la izquierda. Fue un sentimiento que me hizo sentir relajado y lleno de energía al mismo tiempo.

Era ella.

Estaba sentada en una mesa de roble, balanceando ligeramente sus piernas cruzadas. Una pequeña parte de mi cerebro registró que la mesa era nueva, y me gustaba como estaba situada a mi izquierda de forma que ambas mesas juntas formaban un "L". El resto de mi cerebro se unió a mi cuerpo en estar totalmente preocupado ante la vista de ella.

Era extraño lo bien que me sentía con solo verla, sobre todo porque no había esperado volver a verla alguna vez. Dios, era demasiado tentadora. Como una trampa. Y yo había caído en ella. Con los dos pies.

Tenía la cabeza inclinada hacia un lado mientras me devolvía la mirada, pero su expresión estaba en blanco. Podía adivinar por qué estaba aquí.

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