Capitulo 43 Dilo

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Exactamente, a las ocho y treinta de la noche hubo un golpe en la puerta de mi apartamento. Vaya, Jared había utilizado realmente la puerta en lugar de solo teletransportarse. Estaba obviamente teniendo su mejor comportamiento. Imagínate eso. Puntos completos por su puntualidad.

Nuestros ojos se recorrían los unos a los otros cuando abrí la puerta. Dios no se podía negar como de hermoso se veía en este momento, en su camisa de diseñador color azul pálido y sus pantalones negros de diseño -tan simple combinación y aún se veía comestible. De repente me sentí desvestida incluso aunque estaba llevando un vestido de cóctel rojo sangre, ese que era tan delgado se pegaba al cuerpo como una capa extra de piel. De alguna manera, pensé, no me veía provocativa o barata. Luca había ordenado todo mi atuendo. Había pasado tres horas a mi alrededor pidiéndome probarme cosas.

Obviamente él había elegido este vestido, unos zapatos rojos de correas con tacón alto, y un bolso que combinara.

Obviamente él había elegido este vestido, unos zapatos rojos de correas con tacón alto, y un bolso que combinara

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Jared hizo exactamente lo que Luca dijo que el haría. Me dedicó la más sexy, hambrienta e impactante sonrisa. -Estoy tan indeciso ahora mismo.

-¿Indeciso?

-Por mucho que sé lo importante que es esta reunión con Connelly, todo lo que quiero es empujarte ahí dentro y violarte. Que vas a hacer...

-¿Qué te hace pensar que voy a dejarte violarme?

Puso sus manos suavemente en mis caderas. -Sostuve mi parte del trato, ahora es tu turno de entregar.

-¿De verdad te deshiciste de ellas? -Realmente no había estado muy convencida de que lo haría. No solo por mí, así como así.

-Te dije que lo haría, ¿no?

Apreté los labios. -Entonces tal vez te deje violarme después de la reunión de Connelly.

-Eres una provocadora.

-Te gusta eso. Ahora vamos.

-Sí. Vamos. Entre más pronto termine esto más pronto puedo tenerte aquí de regreso.

-¿Cómo vamos a ir ahí?

Me sonrió. -¿Cómo crees?

Hubo entonces una familiar sensación de mareo en mi estómago y de repente estábamos afuera de una caja de seguridad doblemente acristalada que estaba adjunta a unas puertas de hierro negro. Uno de los dos guardias se puso de pie sorprendido por nuestra abrupta aparición pero se veía como que reconocía a Jared y dejó salir un reproche de sus labios.

-Tarde -saludó a Jared, asegurándose de tomar la invitación de la mano de Jared, esa que había sido enviada por Connelly. Él no había reconocido mi presencia del todo. Vaya, ellos realmente estaban atascados en esa parte. Haciéndose a un lado, indicó con la mano que pasáramos-. Que tenga una buena noche, caballero.

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