Capitulo 20

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-¿Sabes?, esperaba que dificultaras las cosas, pero, en verdad, no creí que irías tan lejos como para minar mi autoridad de esa forma. Ahora no es el momento de la diversión y los juegos, ¡las paredes de The Shadow serán atacadas! ¿Eso no significa nada para ti?

-Ya te he dicho que no creo que necesite tu ayuda, eso ya lo sabías.

-¿Esto se trata de tu orgullo? Después de lo que hiciste hoy, no deberías tener ninguno.

-Mira, Lett, así es cómo tienes que mirarlo: si los chicos hubieran respetado tu autoridad, entonces no hubiera importado lo que yo dijera para minarla, habrían estado en el campo, esperándote. Si no puedes controlarlos lo suficiente para al menos hacer que aparezcan, entonces no tienes oportunidad de guiarlos en el campo de entrenamiento.

Respiré largamente.

-Tienes razón. No respetan mi autoridad. Te respetan más a ti de lo que me respetan a mí.

-Sí.

-Entonces eso solo me deja una opción.

-¿Y cuál es?

-Solo tendré que azotarte hasta dejarte tonto para que puedan ver exactamente a quién deberían respetar. -Al instante, absorbí la energía a mí alrededor y la moldeé para hacer mi látigo de energía.

Jared levantó sus brazos, con las palmas por delante.

-Espera, Lett, espera un minuto.

-¡Luca! -grité.

Pareciendo un saco de nervios, asomó la cabeza por entre la puerta. -¿Sí?

-Cierra la puerta con llave.

-Claro, amor -dijo él nerviosamente.

Tan pronto como oí el delator clic empecé a pasar mi látigo por entre mis dedos, disfrutando de la sensación de energía agitándose contra mi piel.

-Scarlett, no hagas esto.

-¿Por qué Comandante Williams? Me jodiste. No quieres igualdad en esta relación laboral. Te estoy dando lo que quieres... sencillamente no de la forma en que esperabas. -Agité mi látigo apuntando hacia él, golpeándole el labio inferior.

-Hija de perra -maldijo él, limpiándose la sangre justo antes de que la herida se curara.

Volví a agitar el látigo, golpeando su oreja izquierda.

-¡Lett, detente! No quiero pelear contigo otra vez.

-Bueno, lo harás. -El látigo le abrió la parte de encima de su oreja derecha esta vez.

-Lett. -La palabra destilaba advertencia.

Me reí entre dientes y volví a agitar el látigo. Él dio un gritito cuando le rompió la manga de su camisa y rajó la piel de su brazo. Su expresión decía "Está bien".

Un rocío de chispas eléctricas vino hacia mí repentinamente desde sus dedos temblorosos.

Tendí mi palma hacia delante, poniendo un escudo protector ahí. Las chispas rebotaron y le volvieron a Jared, pero él dio un salto e hizo un perfecto salto mortal sobre mí. Sin embargo, para cuando había aterrizado, yo estaba frente a él con una bola de energía en la mano. Se agachó, haciendo que la bola golpeara el gabinete detrás de él.

Mis muñecas crepitaron repentinamente con dolor; Jared me las había agarrado con fuerza y estaba enviando choques eléctricos a mis manos y más allá. Lo que hubiera sido ingenioso si no hubiera sido por el hecho de que la fuente de mi don no eran mis manos, ellas solo eran mi salida preferida.

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