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Park Jimin cuenta su historia.

Abrazado por el frío que azotaba la noche, Min YoonGi contemplaba la ciudad desde el amplio balcón del apartamento de Park Jimin. Traía puesta una pijama que consistía en una camiseta y pantalones largos color azul, cortecía del guardaropa del moreno. Estaba descalzo. La brisa soplaba tan fuerte que hacía revolotear su cabello. Sus antebrazos reposaban sobre el barandal.

-¿Cariño, estás bien?

YoonGi dió media vuelta, encontrándose a su novio el cual le regalaba una sonrisa. Vestía unicamente un pantalón de pijamas color marrón. En cada mano traía un vaso mediano hecho de cristal cuyo contenido, adivinó el rubio, era vodka con un toque de jugo de cramberry. El rubio alza sus cejas.

-Necesitaba un trago.-comenta Jimin, encogiendose de hombros- He traído uno para tí también.-dice, entregándole uno de los vasos.

Se posiciona junto al rubio y, con su brazo desocupado, rodea su cintura, atrayéndole a su cuerpo. YoonGi recuesta su cabeza en el hombro del moreno. Jimin bebe un trago de su vodka. Ambos se dedican a observar la vista.

-YoonGi... Hay algo que debo contarte...

Hace dos días atrás...

Truenos y relámpagos caían sin parar. Llovia fuerte. Jimin continuaba sentado en el lujoso sofá, observando la lluvia a travez del enorme ventanal en el despacho de su padre. Había revisado la hora en su reloj unas mil veces en media hora, tiempo que llevaba esperando. Escuchó pasos rápidos y firmes sobre el piso de madera del pasillo. La incertidumbre lo invadió.

Algo malo pasará.

El pomo de la puerta se giró y, tras de ella, apareció un hombre asiático de mediana edad, flaco, alto, con lentes de aros redondos. Lucía un traje de saco y corbata, todo un empresario. Calzado con los zapatos negros más finos del mercado. Su cabellera negra, con alguna que otra cana visible, iba perfectamente peinada hacia atrás. Guapo. Era la versión mayor de su hijo. Traía un maletín en su mano derecha.

Sin siquiera reparar en la presencia de Jimin, el señor Park entró y caminó hasta su escritorio, colocó el maletín sobre él, y se sentó en su intimidante silla negra giratoria.

-¿Sabes por qué te he llamado?- preguntó mirando a Park Jimin, sin expresión alguna en su rostro.

El moreno negó.

El señor Park no dijo nada. Abrió su maletin y de él sacó una carpeta azul oscuro cuyo contenido Jimin no pudo adivinar.

-Espero que sepas en lo que te estás metiendo, Jimin.

Su voz sonaba fría, autoritaria y distante. Abrió la carpeta y empezó a ojear su contenido. Papeles que contenían cierto tipo de información.

Sorpréndeme, viejo.

El moreno observaba curioso a su padre. Permanecía en silencio. Le pareció que el hombre tenía un aura de maldad.

Su padre tomó uno de los papeles en la carpeta y lo alzó a la altura de su rostro. Examinadolo. Meditanto las palabras que a continuación diría.

A juzgar por el material, parecía tratarse de papel fotografico, razonó Jimin.

¿Una foto?

El hombre de anteojos giró el papel, dejando ver, efectivamente, que se trataba de una fotografía. Pero no cualquier fotografía. Eso no.

En ella se podía apreciar a un chico rubio, de piel pálida y cara aniñada, delgado y de mediana estatura. Iba saliendo de lo que parecía ser un viejo edificio, vestido con pantalones rojos ajustados a su cuerpo y sueter blanco, calzado con zapatillas negras y una mochila en su espalda.

El rostro de Jimin se tornó serio. Su padre sonrió.

-¿Sabes quién es?- preguntó, desafiante.

Por supuesto que sé quien es, viejo estúpido.

-¿Cómo has conseguido eso?-la ira se asomaba en los ojos del moreno.

-Tengo mis contactos.

El señor Park volvió a colocar la fotografía dentro de la carpeta y a cambio, sacó unas cuantas hojas las cuales estaban engrapadas. Las ojeó unos instantes y luego fijó la mirada en su hijo por un segundo.

-Min YoonGi. Veintitres años, cumplidos hace un mes y dos semanas. -el hombre leía el contenido de las hojas- Está en su tercer año universitario en la carrera de arquitectura en la universidad pública de la ciudad.
Tiene un hermano pequeño llamado Min Hoon de nueve años de edad, el cual enfermó de cáncer hace dos años, sin embargo hace tres meses recibió un transplante de médula ósea por parte de su hermano y ahora está en recuperación.

El hombre se detiene y vuelve a mirar a su hijo, el cual le observa con una mirada indecifrable.

-¿A qué quieres llegar?- suelta el moreno, obviamente cabreado.

El hombre continúa.

-Su padre los abandonó cuando Min YoonGi tenía quince años. Su madre murió de Lupus hace cuatro años, cuando el jóven tenía dienueve. Trabaja en una cafetería ubicada en el centro de la ciudad desde los diecisiete. Cada cierto tiempo, es decir, una vez por semana, el jóven Min YoonGi acude a cierto tipo de lugares para ofrecer cierto tipo de servicios.

-¡Basta!

La voz de Park Jimin resuena en la habitación firme, molesta y autoritaria.

-¿Es tú novio, hijo? ¿Por esa zorrita despreciaste a Kim NoRa?

-Me largo.- dijo el moreno, levántose de su asiento.

-¿Prefieres desperdiciar tu dinero en un muerto de hambre? ¡Es un prostituto, por favor! ¿Y qué tal si tiene alguna enfermedad venérea?

-¡Ya cállate!

-¡Sólo está contigo por tu dinero, hijo! ¡No seas ingénuo! ¿Crees que eres el único con el que se acuesta? Já. Que torpe. Seguro tiene a otros ciento de hombres que le dan dinero y lo ayudan a escapar de su miserable vida.

-No necesito esta mierda.-escupió el moreno, asqueado. A punto estaba de salir del despacho de su padre cuando éste le llamó una vez más.

-Jimin. Creo que esto te interesará...

Temiendo lo peor, Park Jimin dió vuelta otra vez para encarar a su padre. Lo encontró con una fotografía en sus manos, la cual le extendía con una sonrisa triunfante estampada en el rostro. Park Jimin no necesitó nada más para largarse de aquel lugar hecho furia.

Condujo bajo la lluvia a toda velocidad hasta llegar a su apartamento. Se encerró en su habitación junto a una enorme botella de Whiskey, la cual le hizo compañía el resto de la noche. A la mañana siguiente, la cabeza le dolía horrores, pero la punzada de dolor en su pecho era mucho peor.

¿Cómo podía su novio engañarlo de aquella forma tan cruel?

Se reportó enfermo al trabajo y permaneció encerrado en su casa hasta el día siguiente por la tarde, cuando su novio le llamó para que fuesen a almorzar y luego ocurrió todo.

La terrible discusión, la violencia, el llanto de su novio, las palabras de perdón, el abrazo posesivo, los besos de reconciliación.

Luego del relato, ambos hombres permanecieron en silencio largo rato, el moreno rodeando la delgada figura, el rubio recostado a su pecho. De vez en cuando Jimin le daba un sorbo a su trago. Seguían ensimismados en la vista de la hermosa ciudad que les brindaba la ubicación del apartamento del moreno. Todo estaba en perfecta calma hasta que un sonido que Jimin empezaba a detestar ya que le hacía sentir culpable y la peor persona del mundo, irrumpió en la atmósfera.

Min YoonGi sollozaba nuevamente.

For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora