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El auto acelera. Van a toda velocidad por la calle principal de la ciudad. A media noche no hay tráfico.

El rubio observa con curiosidad al hombre a su lado quien va al volante del carro que acaba de abordar. Es moreno, joven, bien parecido, su corte de cabello al estilo militar, rapado a los lados y alto arriba.

Un tipo que irradiaba masculinidad hasta por los poros. Seguro es cinco o seis años más grande que él.

En la radio suena una melodía agradable. Una chica de voz suave deleita sus oídos. Min YoonGi conoce aquella canción y por inercia empieza a cantar en voz baja mientras mira por la ventana.

"I can't think about anybody but you... Sugar... I can't think about anybody but you... but you..."

De pronto el auto se detiene. YoonGi se percata de que se encuentran al frente de un semáforo con la luz roja. No le da importancia y continúa cantando, con la vista hacia la ventana. Observando la zona a la que ha llegado. Una de las más lujosas de la ciudad. Llena de rascacielos y autos caros recorriendo sus calles. Autos lujosos como el BMW de su cliente. Seguro el tipo estaba que se podría en dinero.

El auto vuelve a acelerar.

"Now that we're cool, we can just chill, we can be friends.
The problem with that's I've gotten in over my head.
I can't think about anybody but you..."

YoonGi se detiene. Se siente observado. Por instinto mira a su acompañante. Efectivo, el moreno le observa mientras continúa al volante. Sus ojos almendrados le miran con intensidad. Ahora van a menor velocidad.

-No dejes de cantar.- le pide este.

Pero YoonGi se siente intimidado y prefiere callar. Dirige la mirada hacia sus manos las cuales están apoyadas en sus muslos. De pronto se siente incómodo.

-¿Cómo te llamas?- pregunta el moreno.
-No necesitas saber mi nombre.- responde el rubio.
El moreno sonríe de lado, con suficiencia.
-Si es así como quieres jugar, precioso...

* * *

Se estacionan en el aparcadero de un lujoso edificio. De unos cincuenta pisos, calcula YoonGi. Ascienden por el elevador y se detienen en el piso cuarenta y dos.
Su cliente le ordena que espere mientras el abre la puerta de su penthouse. Luego entran.

Dios, que enorme.

Aquél lugar era mil veces el tamaño del mugroso departamentito en el que habitaban YoonGi y su familia. Y eso que sólo había visto la sala.

Todas las paredes eran blancas, incluso los muebles lo eran. Uno que otro toque de color por parte de los cojines del enorme sofá y varios cuadros colgados en la pared.

Había una pantalla plana de quién sabe cuántas pulgadas sobre una mesa de cristal.

-Toma asiento si quieres- le dice el moreno- Ya vuelvo, voy al baño.

Pero YoonGi decide ignorarle y empieza a recorrer el lugar. Ha dejado su chaqueta de cuero sobre el sofá.

Se detiene frente a la única pared que tiene color en la habitación. Es azul navy. Tiene muchos cuadros colgados, entre fotos, certificados y reconocimientos.
Le llama la atención uno en especial.

"La Universidad de Harvard le otorga este certificado al joven Park Jimin, por ser el alumno con mejores notas de la Facultad de Medicina en el área de..."

Así que es médico.

Min YoonGi continúa observando los cuadros que tiene delante de sí. Fija su atención en uno que porta una foto en blanco y negro. En ella aparece Park Jimin, su cliente, junto a una alegre pareja de mediana edad, seguramente sus padres. Jimin trae puesta una toga y, sonriente, porta su birrete mientras que en sus manos sostiene un rollo de pergamino amarrado con una delicada cinta, probablemente su diploma.

For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora