For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)

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Feliz aniversario
Parte I

Tomados de las manos, dos hombres caminan por la vereda de una vieja calle iluminada por faroles. Visten cada uno un smokin negro y corbantin rojo. Sus cabellos están peinados hacia atrás al puro estilo clásico, como Leonardo Di Caprio en Titanic.

Uno de ellos, el pelinegro de piel tan blanca como la nieve, trae los ojos vendados con una cinta de seda negra. El otro, el moreno de ojos amables, le sostiene la mano derecha mientras los guía a su destino.

-¿Jimin, a dónde vamos?- pregunta YoonGi.

Escucha una risa cantarina y un "Es sorpresa" como respuesta.

-Llevamos caminando como una hora.- se queja.

-Oh, eres exagerado.- le dice su novio- Vamos, acelera el paso, ya vamos llegando.- el hombre le hala suavemente para que aumenten la velocidad en su caminar.

-¡Ten cuidado! ¡Casi me mato!- exclama el pelinegro divertido.

Andan durante unos cinco o seis minutos más hasta que llegan a la entrada de un enorme rascacielo. Park Jimin los conduce al interior de la recepción donde se identifica ante la rubia recepcionista que les atiende con una sonrisa cómplice. Al cabo de un rato ingresan en uno de los asensores.

Park Jimin sostiene la mano de su pareja con fuerza. En la pequeña cabina de metal reina el silencio mientras asciende el elevador. El moreno no deja de mirar al pelinegro en ni un sólo momento. Observa fijamente sus labios, con ganas de devorarlos por completo en ese mismo instante.

Cuando la pequeña pantalla sobre la puerta del elevador anuncia que han llegado al piso 60, Park Jimin suspira. Aún faltan otros 15 pisos.

-¿Cómo estás?- rompe el silencio.

-Nervioso.- se sincera el muchacho. -¿Cuánto falta para llegar? Estoy harto de estar a oscuras...

Con el sonido de una campanada, el sofisticado elevador anuncia su llegada al piso 75. La puerta de metal se abre y ambos hombres salen, encaminándose por el largo pasillo con alfombras rojas, puertas negras a cada lado y paredes blancas hasta detenerse frente a una en especial. Ésta es diferente. Es azul oscuro y tiene una placa rectangular color plata que reza "Paradise AB" en letras negras.

Park Jimin saca de su bolsillo una llave pequeña hecha de oro y la introduce en la cerradura.

-Ten un poco de paciencia, mi amor. Ya hemos llegado.-anuncia, sonriéndo de costado antes de girar la llave.

* * *

Tres velas sobre un moderno candelabro de plata son las encargadas de proporcionar luz a la velada. Uno diría que se estaba oscuro, pero aquella noche había luna llena y la luz que proporcionaba el cuerpo celestial era más que suficiente para dejar completamente iluminado el balcón con hermosa vista a la ciudad. Parecía de película.

El precioso candelabro, se halla majestuoso sobre el mantel blanco perlado que cubre la mesa de madera. Dos sillas negras estan colocadas frente a frente. Una cena sólo para dos. La puerta corrediza de cristál que da pase al balcón se abre de pronto, dando cabida al sonido de un par de voces que alteran la paz y quietud en la estancia.

Dos figuras masculinas vestidas elegantemente aparecen en escena. Uno de ellos, el de piel pálida que trae los ojos vendados, es guiado por el moreno hasta el barandal del balcón donde le ordena quedarse quieto.

-¿Ya puedo quitarme la venda?

-Aún no, YoonGi.

-¿Cuándo entonces?- Min YoonGi suena ansioso.

De pronto entra en pánico ya que ha dejado de escuchar sonido alguno por parte de su novio. Una sutil ráfaga de frío viento sopla y le acaricia gentilmente haciéndole tiritar.

-¿Park?

Escucha el sonido de una puerta que se abre, luego varios pasos y el murmullo de algunas personas, pero no logra identificar ninguna de las voces, hablan demaciado bajo.

-Park...

Los murmullos se detienen y sólo se escucha el sonido de las suelas de un par de zapatos de charol que dan pasos lentos y firmes hacia él.

Los pasos se detienen. Un par de grandes manos se sitúan en sus hombros y los masajean con cuidado mientras que labios carnosos se pasean felices por su cuello, justo debajo de su oreja, haciéndole estremecer.

-Feliz primer aniversario, mi amor...-le susurra una voz grave al oído.

Las manos se retiran de sus hombros y el aliento cálido contra su cuello desaparece. La venda sobre sus ojos es retirada despacio y YoonGi parpadea muchas veces para aclarar su visión.

Una vez puede ver correctamente, sus pequeños ojos se abren por completo, sus cejas se alzan y su quijada cae. "Impresionado" es la palabra que lo describe en aquél instante.

-Wow... Es... Maravilloso...

* * *
Jimin

Abrazé a mi novio por la espalda y entrelazé mis manos sobre su vientre. Sus suaves manos se posaron sobre las mías y las apretaron ligeramente. Posé mi barbilla sobre su hombro, cerré mis ojos, disfrutándo el momento y aspiré el aroma delicioso que emanaba su piel tan cerca de mi nariz.

-Jimin...-dijo bajito- ¿Estamos en...?- no terminó su pregunta.

-¿En dónde crees que estamos, Min?

-Dios, yo...-suspiró- He soñado con este lugar tantas veces... Lo he visto en tantas fotografías...

-La cima de la ciudad.- le dije, y el asintió.

- El lugar con la vista más privilegiada...

YoonGi agachó su cabeza y yo giré un poco la mía para observar su perfil. Una gota cristalina se deslizaba tranquila por su mejilla.

-¿Cómo lo supiste?- susurró.

-Un pajarito me lo dijo.- sonreí.

-Park... No debiste...

-YoonGi, mírame.- le ordené,y el dio vuelta, aún envuelto en mis brazos, y colocó sus manos sobre mis clavículas. Sin embargo se mantuvo cabizbajo.-Mírame.- volví a decir, pero no logré nada.

Decidí que unir mi frente con la suya era una mejor opción. Mis brazos rodeaban su cintura y mis manos reposaban sobre su precioso trasero.

-Suéltame el trasero, Park.-masculló y me reí, retirando mis manos de su trasero y entrelazandolas sobre la parte baja de su espalda.

-¿Cómo lograste...?- el muchacho por fin alzó la mirada y me vió a los ojos.

-Aun te faltan descubrir muchas cosas sobre mí, YoonGi...-lo besé.