For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)

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De niño, Min YoonGi solía ser enfermizo. Siempre fue del tipo de niño que se rehusaba a comer frutas y verduras, de hecho, apenas si comía un par de cucharadas de lo que su madre le pusiera en el plato. Por lo tanto, era propenso a contraer enfermedades. En un empeño por mejorar la salud de su hijo a toda costa, la madre de YoonGi solía darle vitaminas y suplementos en pastillas para ver si así lograba mitigar las consecuencias de la mala alimentación del niño. Por desgracia, el pequeño YoonGi era experto en ocultar cosas y le hacía creer a su madre que había tragado las pastillas de asqueroso sabor cuando en realidad aún las mantenía en su boca, esperando el momento oportuno cuando su madre no lo estuviera viendo para poder escupirlas por el retrete, porque ni loco se iba a tragar esas cosas repugnantes.

En la casa de los Min era frecuente la escena del pequeño YoonGi en cama con fiebre alta. Su madre abnegada pasaba la noche en vela junto a su hijo, armada con paños húmedos los cuales frotaba por el cuerpo del niño en un intento de bajar su temperatura. Para la pobre mujer resultaba un trabajo exhaustivo, pues su esposo nunca estaba en casa para relevarla. Siempre fuera "por motivos laborales". La señora Min no tenía familia aparte de la que había formado y sus amistades más cercanas también tenían familias que atender. La madre de su esposo vivía muy lejos y también estaba enferma. No había quien le ayudara. Solo ella y su pequeño. Algo que YoonGi no sabe es que desde ese entonces, cuando aún era niño, su familia ya estaba rota. Y aquello no tenía arreglo.

Son pocos los recuerdos que YoonGi conserva de su infancia. Y no porque esta hubiese sido traumática o algo por el estilo. Simplemente se obligó a sí mismo a crecer temprano y enterró sus recuerdos en lo más profundo de su mente. No podía detenerse a pensar en el tranquilo y feliz pasado mientras que en su presente tenía una madre enferma que cuidar y un bebé que atender. Aun así, en los momentos en los que podía descansar, YoonGi se atrapaba a sí mismo recordando los días en los que su padre aún vivía con ellos y lo llevaba al parque a jugar béisbol. O cuando por las tardes, luego de la escuela primaria, la madre de Hoseok, su mejor amigo, pasaba por ellos en su auto rojo y los llevaba por un helado al centro comercial.

Pero el recuerdo más vívido de YoonGi, y con el que incluso a sus veinticuatro años aún sueña, es la sensación del tacto de su madre posándose en su mejilla y de los paños húmedos en su frente y pecho. El frío del agua. La cálida mano de su madre. La tranquila sensación de protección y seguridad que ella le transmitía cuando se acostaba junto a él, posando su mirada sobre YoonGi, aquellos hermosos ojos oscuros mirándolo con amor. Y con una vieja canción de cuna cantada en voz baja contra su oído, el pequeño YoonGi por fin lograba conciliar el sueño.

***

YoonGi sonríe. Está soñando con su madre otra vez. Puede verla. ¡Puede verla de nuevo! Ella está ahí acostada en la cama junto a él, su delicada mano acaricia su mejilla y sus lindos ojos lo miran con amor. Y el muchacho se quiebra, llora afligido porque sabe que todo es un sueño y que cuando despierte ella no estará ahí. Porque cuando despierte tendrá que enfrentarse a la realidad una vez más. Y la realidad no es tan bella como él quisiera. Porque Jimin ha roto con él. Porque las cosas no tienen arreglo. Porque el moreno ha tomado una decisión y a él no le queda más opción que aceptarla.

-No llores, mi amor. - su madre susurra, su pulgar limpiándole una lagrima- Mi pequeño vas a estar bien. Eres fuerte, mi amor. - ella besa su frente- Vas a superarlo. Ya verás.

Y cuando YoonGi escucha la voz de su madre su llanto empeora, se vuelve más histérico. La mujer le mira preocupada pues no sabe cómo consolar a su hijo. Así que solo estira sus brazos y le permite al joven acurrucarse contra su pecho mientras le abraza con fuerza haciéndole saber que aunque es un sueño, aún está ahí para él. Y YoonGi llora amargamente, dejando salir todo lo que lleva por dentro. Tristeza, dolor, arrepentimiento, frustración y agonía.