capitulo 20

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Pov Anastasia

—Me gustaría que en estas dos semanas de vacaciones que me quedan fueras mi amante.— dice Christian Grey yo me quedo de piedra.

El corazón me late muy deprisa. ¡Maldita sea! ¿Que le digo? La idea me resulta extraña pero a la vez excitante. El me mira con sus ojos grises, se vuelven abrasadores, ¡él quiere que yo lo complazca! bueno tal vez es la única forma de estar con él: como su juguete sexual. Este hombre me vuelve loca... sin pensarlo mucho acepté su propuesta indecente...

[● ● ●]

Ahora estoy vibrando en la cama del hotel donde se hospeda. Mientras él me chupa suavemente los pezones.

—No te muevas —me advierte.

Trato de  tocarlo pero no me deja me sostiene las manos sobre mi cabeza con una de sus manos.

—Quiero tocarte —le digo jadeando sin poder controlarme.

—Lo sé, pero no puedes.— me dice y de repente se para y se dirige al armario, saca una corbata gris

¿Qué va a hacerme ahora?

—Junta las manos por delante.— me ordena con un tono de voz imponente.

Mierda... ¿y ahora que va hacer?

—No te preocupes, no te haré daño — me aclara.

—¿Y si no quiero?— lo reto, frunciendo el ceño.

—Es solo para tu placer.— Me explica, mirándome a los ojos.

Esos ojos que cada vez que miran siento que me hechizan. Hago lo que me pide. Me rodea las muñecas con la corbata y hace un nudo. Sus ojos le brillan de excitación... Y a mi se me ha disparado el pulso y el corazón me late a un ritmo frenético. El se acerca a mi boca y me besa con desesperación, huele mi pelo.

__Tu olor es embriagador.— me dice, —Deja las manos así. No las muevas. ¿Entendido?— me ordena.

Le respondo moviendo mi cabeza afirmando.

—Contéstame, Anastasia.— insiste

—No moveré las manos —le contesto.

—Muy bien. Solo quiero que disfrutes, preciosa.— dice.

Me pasa la lengua por los labios muy despacio. Mordiéndolo suavemente.

—Voy a besarte todo el cuerpo, señorita Steele —me dice con voz ronca y muy sensual.

Yo simplemente ardo de deseo. Sus manos descienden por mi cuerpo desde mis pies hasta mi boca y sus labios se deslizan por mi cuello. Me besa y me mordisquea, me vuelve a chupar mis pezones... ¡Maldita sea! Mis caderas empiezan a moverse

—No te muevas, solo siente. Controla tu cuerpo, Ana.— Me regaña.

Me introduce la lengua por mi ombligo.

—Mmm. Qué dulce y deliciosa es usted, señorita Steele.— dice.

Mi cuerpo se mueve voluntariamente. Desliza la nariz desde mi ombligo hasta mi vello púbico provocándome con la lengua. Siento una convulsión y gimo suavemente. De pronto se arrodilla y me separa las piernas. Cierro los ojos absorbiendo y soportando todas las sensaciones que me provoca. Me besa el tobillo y sigue su recorrido hasta mi sexo.

¡Madre mía! Va a besarme el sexo. Muero de vergüenza. Pero otra parte de mí disfruta esperándolo. Se gira hasta el muslo besándome chupándome, lamiéndome, de pronto está entre mis piernas, deslizando su lengua, haciendo su magia por mi sexo: arriba y abajo, muy suavemente, con mucha delicadeza.

Madre mía... Esto es muy placentero que me retuerzo. De repente se detiene y espera que me calme. Sin apartar sus ojos de los míos, introduce la nariz en mi vello púbico e inhala.

—¿Sabe lo embriagador que es su olor, señorita Steele? —me dice. Este hombre me enloquece.

Me ruborizo, siento que voy a desmayarme y cierro los ojos. No quiero ver lo que me hace, solo sentirlo Me recorre muy despacio el sexo.

—Me gusta esto— me dice tirando suavemente de mi vello púbico. Empieza a rodearme el clítoris con la lengua muy despacio.

—¡Ahhh! —gimo.

Mi cuerpo se convulsiona al contacto de su lengua. Sigue torturándome con la lengua una y otra vez. Las piernas se me quedan rígidas, me introduce un dedo en mi vagina.

—Me encanta que estés tan mojada para mí.—me dice como si mereciera un premio.— Eres mía, Anastasia solo mía. Yo soy el dueño de tus orgasmos.— Susurra

Mueve el dedo dentro de mi y yo me dejo ir. El orgasmo se apodera de mí y pierdo todo pensamiento coherente... me retuerzo por dentro una y otra vez.

—¡Madre mía!— Grito de una forma escandalosa, y llego a un glorioso y alucinante orgasmo

Mi clímax es increíble. Lo que me hace este hombre es increíble y siento que lo amo. Mis jadeos apenas me permiten oír cómo rasga el paquetito plateado. Me penetra lentamente y empieza a moverse, muy deprisa, hasta el fondo.

Me embiste una y otra vez, entrando y saliendo. Vuelve a empujar hasta que vuelvo a estar al borde del orgasmo.

—Córrete para mí, nena.—Me dice al oído y yo y exploto de nuevo llegando a un espectacular orgasmo.

El empuja fuerte una vez más y gime al llegar a su clímax gritando mi nombre.

—¡Anastasia!— dice con adoración.

Luego se queda inmóvil encima de mi, los dos recuperándo el aliento y normalizando nuestra respiración. Paso mis manos atadas alrededor de su cuello, lo abrazo como puedo y lo beso, el me mira con dulzura y me regala una tímida sonrisa. 

Sale de mi y yo me estremezco. Las maravillas que está enseñándome son mucho más de lo que jamás habría podido imaginar. Se apoya en los codos, y sus intensos ojos grises me miran fijamente. Yo lo miro con la mente en blanco, buscando algún pensamiento coherente. No puedo decirle que estoy enamorada de y que lo Amo. Por que estoy segura que él no siente lo mismo jamas pensé enamorarme pero lo hice y lo peor no soy correspondida pero aun así: LO AMO...

LAS SOMBRAS DE GREY - STEELEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora