Un suave beso es dejado sobre la piel desnuda de mi espalda y me remuevo.
- Cariño...
- Ummm...
- Cariño se te hará tarde y luego te enojaras conmigo.
La palabra "tarde" se filtra por mi cerebro y me giro, Nathan esta apoyado en un brazo, sosteniendo su mentón y mirándome con una sonrisa.
- ¿Qué tan tarde? - Pregunto y el sonríe curioso.
- Tarde, 15 minutos...
- ¡Oh por Dios, Nat no puedes ser un poco mas cruel!
Su carcajada se escucha mientras me dirijo al baño.
- ¡Esta tu ropa en el baño y tu desayuno listo cariño, no me des las gracias!
Si, llego al baño dando trompicones y mi ropa esta sobre el pequeño armario debajo del lavabo, la miro, mis jeans negros y la playera verde de mi trabajo, junto con la ropa interior que a él le encanta, esta siendo demasiado atento y me aterra eso de él, me cambio rápido y no me da tiempo más que para aplicarme una capa de maquillaje mientras me dirijo a la cocina, donde me espera mi desayuno, desayuno que tengo que acabarme, porque no puedo dejar nada sin comer en la mesa, tragándome lo que el me ha hecho entro de nuevo a nuestra habitación.
- ¿Lista? - El pregunta aun recostado en la cama y me fijo en él, su playera negra ceñida a su cuerpo junto con los jeans de mezclilla oscuros y sus tenis preferidos, el luce caliente y lo sabe por su sonrisa en la cara.
- Si, lista.
Nathan se levanta de la cama, me toma de la mano y tira de mi fuera de la habitación.
- ¿Es tu última semana? - El pregunta entusiasmado.
- Llevas preguntando eso desde que entre a trabajar Nat ...
- Cariño, es que no lo entiendo, vives conmigo y tengo el dinero más que suficiente para que no tengas que trabajar y me enoja que lo hagas.
- Sabes el motivo del porque trabajo Nat.
- Lo se y ya te he dicho que olvides eso, eres mi mujer Maya y eso es...
- Ya Nat, ¿podríamos por favor olvidar el tema? Sabes que para mi...
- De acuerdo, te doy una semana para que lo dejes, necesitamos vacaciones Reina.
El besa mi mejilla y yo sonrió, siempre dice lo mismo y yo siempre gano una semana más, el cuento de siempre entre nosotros, en realidad necesito el trabajo, es cierto que Nathan tiene dinero, siempre ha sido un chico de dinero y eso fue lo que me llevo a él al principio, lo necesitaba, demasiado y por eso ahora me empeño para ayudar con lo que pueda en nuestra casa y no desistiré en ese tema, sus manos me toman de la cintura y me pega contra la puerta del carro aparcado en el estacionamiento fuera de nuestro edificio, me mira a los ojos.
- Te amo ¿lo sabes, cierto?
Asiento porque no quiero llevarle la contraria y porque quiero creer que lo que dice es enteramente verdad, aunque por dentro algo tiembla en mi y es el miedo, no podría seguir adelante sin Nathan, es el único que me entiende, el único y no puedo dejarlo, no ahora.
- Si, lo sé cariño - y yo soy la que tira de él hacia mi, no importa todo lo que el haga, es importante en mi vida y me ama, a su manera; pero lo hace, sus labios se mueven sobre los míos, sus manos aprietan mi cintura y me pegan todo lo cerca que se puede a su cuerpo, me separo de sus labios y miro su rostro, sus ojos están cerrados y su respiración sale apresurada de él, toco su barbilla libre de barba y el ronronea bajo, delineo sus labios con mi dedo y subo por el puente de su nariz y toco su frente y sus ojos se abren.
ESTÁS LEYENDO
Solo Sexo
RomanceGrayson Harris no busca relaciones serias, en realidad el no busca ningún tipo de relación, hasta que conoce a Maya Clarck, una chica que acepta sin ninguna condición la propuesta de tener sexo sin compromiso en cualquier momento que los dos quieran...