12 Signos [Sin completar]

Recuerdos (Yandere)

Caminó como era ya costumbre, con esa bufanda marrón y acomodando sus lentes negros ante el frío del invierno, su cabello castaño revoloteando ante el ligero viento y esos ojos esmeralda en juego con todo su rostro.

Ralentizo su caminata mientras acomodaba los grandes libros de pasta gruesa bajo su brazo y a la vez intentando no tropezar con los obstáculos del camino.

El cielo se tintaba de gris dando aviso a la caída de esa molesta y nostálgica lluvia, suspiró cansado y se encaminó a una cafetería cerca del lugar.

-Es como ese día- dijo sentándose en una mesa cerca a la ventana.

Suspiró de nuevo y realizó su pedido: un capuchino y unas galletas de vainilla con chispitas de chocolate, sus favoritas.

Sonrío nostálgico al ver como las gotas chocaban contra el frágil vidrio de ese lugar, recordando cada detalle de ella, desde que la conoció hasta el momento en que se fue.

Sentía que podía tocar su piel una vez más, acariciar su fino rostro e hipnotizarse con sus hermosos ojos.

-No entiendo porque me abandonaste, después de todo lo que hice por ti- dio el primer mordisco intentando aliviar la poca furia que surgía lentamente.

-Yo te cuidé y así me pagaste......dejándome solo- un nudo se formó en su garganta ante el recuerdo de todo lo que había sucedido hasta ese trágico día.

Las clases comenzaban en ese pacifico instituto, en la puerta de uno de los salones del último año, se observaba al joven más popular con esa sonrisa ladina que lo caracterizaba.

-Buenos días Brais- saludó una chica, de las tantas, que estaba tras él.

-Buenos días chicas- contestó amable.

A pesar de ser uno de los más deseados, él tenía algo diferente al resto, algo que siempre lo diferencio, y ese algo, era su espera por una chica que busque algo serio y no solo una relación pasajera por fama.

El timbre resonó causando que la avalancha de adolescentes entraran desanimados a lo que llamaban: tortura.

Antes del primer periodo, un débil golpe llamó la atención de la clase, al abrir la puerta se divisó a una joven un tanto tímida en el marco de la puerta.

-Soy nueva- apenas articuló.

-Es la primera vez que vi tu linda figura- tomó algo de su capuchino.

Estaban en clase de deportes, mitad de año para ser exactos, y la chica nueva de hace meses, ya se relacionaba con algunos de sus compañeros.

-Tauro....emmm.... ¿quisieras ser mi pareja para la clase?- dijo Piscis, una chica de cabello rubio-blanquecino.

-Lo siento Piscis, pero ya tengo compañera- le regaló una sonrisa como disculpa y enseguida fue a tomar a la chica ¨nueva¨ del brazo.

-Hey, ¿Qué te pasa?-le reclamó la joven.

-Hoy serás mi compañera- le giñó un ojo un tanto coqueto pero igualmente inocente.

-Fue la primera vez que me atreví a coquetearte....aunque fue indirectamente- consumió otra galleta del montón.

-¡Tauro!- gritó una de sus mejores amigas Capricornio.

-Hola Capri, ¿necesitas algo?- preguntó mientras continuaba su caminata.

-¿Quieres ir al parque con Cáncer y conmigo?

-Lo siento pero estaré ocupado, tal vez mañana- forzó una sonrisa sabiendo que era mentira.