22. Comparación

28.6K 2.6K 504
                                    

✏Dedicación especial a @Hanayamilet: Bienvenida, eres una de las lectoras que recientemente se han unido. Mil gracias :) ♥


Clarisse:

En mi cabeza no dejaba de recrearse toda nuestra conversación.

Por momentos lloraba de rabia al recordar cómo me había rechazado y después sonreía como estúpida al recordar todas las palabras bonitas que me había dicho.
No estaba segura de qué había pasado con mi cerebro cuando me atreví a besarlo, no entendía porqué había tenido el impulso de admitir que sentía algo por él.
No me detuve a pensar en las consecuencias, simplemente me dejé llevar por el lapsus de sinceridad que estábamos teniendo y terminé confesando algo que yo nunca debí decir.

Una y otra vez sentía ese extraño cosquilleo en el estómago al recordar la sensación de tener los labios de Peter sobre los míos.
Jamás creí que aquello de las mariposas fuese real pero lo sentí al besarlo e incluso también tuve la sensación de romperme en mil pedazos en el momento en el que se alejó de mí.

Había besado muchas veces a Henry pero nunca había sentido fuegos artificiales explotando en mi estómago, sin embargo había algo que me resultaba vagamente familiar en sus besos. Ambos tenían esa habilidad de hacerte sentir la persona más afortunada.

Henry te podía hacer sentir adorada con una sola mirada. Sus ojos amables te podrían convencer de que eres lo más bello que existe, como si el mundo se detuviera para mirarte.
Henry Mills era la alusión al hombre perfecto; tan caballeroso, amable, detallista y tierno. Demasiado perfecto e irreal.

Por otro lado Peter daba la impresión de que nunca podrías estar a su altura, como si tuvieras que sentirte especial y afortunada tan sólo con el hecho de que él te haya dirigido una mirada.
Cualquiera creería que el mundo entero no lo merecía y tal vez así era, posiblemente por eso era un chico que vivía en una isla mágica.
Peter Pan era perfectamente imperfecto; tan descarado, petulante y con una irresistible aura de misterio que te envolvía al instante.

Nunca me había sentido lo suficiente para Henry, básicamente con Peter era lo mismo e incluso más complicado porque él no parecía querer nada conmigo.
Sin embargo, jamás había deseado tanto el merecer a alguien.

Sabía que no debía comparar a Peter con Henry porque no había punto de comparación.
No se parecían en absolutamente nada y esa era la razón de que me sintiera tan atraída por Peter Pan.

Acaricié la pulsera que ahora llevaba puesta en la muñeca, sentía mi pecho hincharse de emoción al saber que era de Peter.
Era algo que él usaba, era suyo y me la había dado a mí. A mí.
Sin embargo mi sonrisa se desvaneció al recordar sus palabras de rechazo.
Las dudas sobre el porqué Peter actuaba así se juntaban una tras otra en mi cabeza sin dejarme conciliar el sueño.

Esa noche no pude dormir nada.

Había decidido que iba a fingir que no había pasado nada, exactamente lo mismo que seguramente haría Pan.
Cuando calculé que había amanecido salí de mi habitación subterránea y me dirigí al campamento rezando por no encontrarme con Peter Pan. Sonreí al ver a Félix de espaldas arreglando lo que seguramente sería el desayuno, era muy temprano así que supuse que el resto de los niños perdidos seguían dormidos.

—Hey, rubio —saludé.

—¿Te caíste de la cama, Clare?

—Ja, qué gracioso eres —dije sarcásticamente.

—¿Vienes a ayudarme entonces?

—Vaya, vaya, entonces no son duendes mágicos los que traen el desayuno —intenté actuar normal.

No te pertenezco Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora