45. Descarado

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✏Dedicación doblemente especial a  t0mmyy y PaolaHoran001: Amo cuando alguien bombardea los capítulos con comentarios, además de que me hacen feliz me rio mucho con lo que escriben. Ambas son geniales, gracias por leer. ♥ :)

Me recargué en la pared de la cabaña y me dejé resbalar hasta el suelo, mi corazón latía tan rápido que incluso podía escuchar las palpitaciones en mis oídos.
Inhalé y exhalé intentando tranquilizarme, lo que resultó inútil ya que la imagen de Peter tocándose a sí mismo no abandonó mi cabeza en ningún momento, sin contar que por alguna malévola razón mis sentidos parecían haberse agudizado para oír todos los ruidos extraños que él hacía, incluso podía escuchar perfectamente su respiración acompañada del insistente sonido húmedo de su mano.

Me debatía entre ir por las verduras y tratar de llevarlas al campamento, quedarme a esperarlo ahí e inclusive consideré la idea de entrar con él para continuar lo que habíamos dejado pendiente. Como era de esperarse elegí la opción más obvia y razonable: me quedé a esperarlo.

Necesitaba una distracción urgente o terminaría cediendo ante la tentación así que opté por soltar mi cabello y comenzar a trenzarlo, lo cual era una tarea un tanto complicada teniendo las manos temblorosas.

—Maldita tensión sexual no resuelta —suspiré.

Siendo honesta una de las razones por las que no me decidía a dar el paso era porque temía obtener un final diferente para nuestro maravilloso cuento. Peter alcanzaría su meta, esa que parecía desear con tanta intensidad, y una vez logrado su objetivo, todo el encanto podría acabar ahí. Su interés por mí se iría, todo podría esfumarse en un segundo.
Él se había encargado de advertirme que sería algo entre nosotros era imposible y con un trágico final, pero la sensación de tener mariposas cada vez que Peter estaba cerca hacia estragos en mi capacidad de razonar.

—Pronto va a oscurecer —escuché a Peter.

Traté de disimular mi sorpresa y le dirigí una mirada seria, él estaba recargado en el marco de la puerta acompañado de una sonrisa encantadora, lucía radiante.

—No me mires así —dijo intentando reprimir su sonrisa.

—¿Cómo quieres que te mire?

—No lo sé —se encogió de hombros—, más feliz.

—Cuando dijiste que había mucho que aún no veía de ti —me aclaré la garganta—, no creí que te referías a esto.

—Pensé que había sido muy claro.

—A veces eres tan descarado. Y con "a veces" —agregué haciendo comillas con mis dedos—, me refiero a la mayoría del tiempo.

—Yo no te obligué a quedarte —alzó una ceja—, estuviste mirando por tu propia voluntad.

En respuesta suspiré, yo sabía que él tenía la razón y por eso eran tan frustrante. No sólo quería mirar, también quería participar en ello pero de momento no lo aceptaría en voz alta.

—¿Sabes qué es lo peor de que seas tan atractivo?

—¿Muy pocas personas pueden apreciarlo? —sonrió de lado—. Tranquila, sabía las consecuencias de vivir en una isla.

—Lo peor es que lo sabes y te aprovechas de eso —negué en desaprobación—, tu belleza es casi un insulto.

—No sabía que mi apariencia era un insulto pero lo tomaré como un halago —me guiñó—. Anda, tenemos una cena que hacer.

No te pertenezco Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora