La rabia consumía a mi padre, su pecho subía y bajaba de manera irregular. Sus manos estaban fuertemente arraigadas a la camisa de Peter, no parecía planear soltarlo sin antes incinerarlo.
—¡No cumpliste nuestro trato!
Peter reaccionó a esas palabras de mi padre, su rostro se endureció y alzó su mano. La palma de su mano irradio tal fuerza que hizo caer a todos los que estaban frente a él, incluso a mi papá.
—Puede que no sea el chico que mejor se comporta en la isla pero mantengo mis promesas.
Todos nos mantuvimos en silencio ante sus palabras, su voz había sido acusatoria. Incluso me podía atrever a decir que había un toque melancólico en él.
—Todo lo que han sufrido, será un juego de niños comparado con lo que tengo en mente —advirtió con semblante gélido.
Nos dio una mirada a todos, cada uno de nosotros fue inspeccionado por sus ojos verdes.
—Es difícil decidir a quién mataré primero.
Nadie parecía poder reaccionar ante sus palabras, de un momento a otro todos habían perdido la valentía que tenían. O tal vez nunca la habían tenido, simplemente no contaban con que Peter Pan sería más astuto que ellos.
—No, no lo es.
Su mirada se detuvo en mí, era contrastante recordar la manera dulce en la que me miraba antes en comparación con la indiferencia que ahora expresaba. Habíamos pasado de amantes a dos extraños, al parecer ya nada nos unía.
—Tú —me señaló—, tú primero.
Rápidamente se dirigió hacia mí, tomándome de la camisa y haciendo que me levantara gracias a la violenta acción. Su mano comenzó a irradiar energía, pude ver como su mandíbula se tensaba y su respiración era descontrolada debido a la furia que parecía resguardar en su pecho.
—Maldita traidora, te irás al mismísimo infierno —dijo en voz baja—. Ahora.
No sentí miedo, no hice nada por zafarme de su agarre, no había otra opción sólo esperar el final que él tenía destinado para mí. Únicamente podía escuchar esas palabras repitiéndose una y otra vez en mi cabeza, intentaba entenderlas, intentaba entenderlo a él. Trataba de encontrar un poco de coherencia entre tanta locura, era una traidora por escapar de él después de que había intentado matarme, lo había traicionado al no permitir que pudiera culminar su cruel plan.
Peter Pan no esperó más, atravesó mi pecho haciéndome gritar al sentir un lacerante desgarre. Sabía que en cualquier momento moriría, me permití mirarlo una última vez sólo para no dejar esa incertidumbre en mi alma.
Su rostro expresaba ira, tenía un intenso deseo de venganza que podía notarse a simple vista. Peter estaba matándome por resentimiento, sin embargo, no comprendía porqué sus ojos se veían vidriosos.
El dolor se intensificó, sentí que el aire abandonó mis pulmones, su mano se había apartado de mí dejando consigo la sensación de un zarpazo en mi pecho. Mi respiración se detuvo, para mi sorpresa no por acciones de Peter, quizás a falta de ellas.
Quedé consternada al ver que su mano había salido libre, no llevaba nada consigo. Una media sonrisa nació en sus labios, alzó una ceja con petulancia y me soltó descuidadamente.
—Miren qué tenemos aquí, al parecer alguien más deseaba tener tu corazón.
Mi cabeza era un verdadero caos, cualquier cosa que en algún momento creí la verdad absoluta ahora sólo me parecía una idea trastornada. No sabía qué creer, no me sentía capaz de discernir quiénes eran los malos o en quién debía confiar, incluso llegué a dudar si realmente seguía viva.
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No te pertenezco Peter Pan
FanfictionClarisse Gold siempre había llevado cómodos grilletes, vivía atrapada en una jaula de oro. Secretamente anhelaba vivir emocionantes aventuras, deseaba ser la protagonista de su propia historia y no solo el complemento del resto de cuentos de hadas. ...