No te pertenezco Peter Pan

32. Confesión

Trailer en multimedia ♥

✏Dedicación especial a Vanessa0820: Espero que te guste, gracias por estar al pendiente de todo lo que escribo. Eres asombrosa. ♥

Clarisse:

Esperar dolería, olvidar dolería más. La cuestión era que estaba sufriendo más por no saber qué decisión debía tomar.

Ahora comprendía porqué Peter prefería evitarme, era más fácil no hacer nada. Era más cómodo alejarse mientras el mundo continuaba su curso, dejando pasar todo tratando de convencerme de que era mejor para todos mantenerme así.
Sin embargo el problema ya no sólo era Peter, ahora también me atormentaba el hecho de que mis padres estaban buscándome. Había un grupo de personas que estaban sobreviviendo en esta isla con la esperanza de me llevarían de nuevo a casa y no podía ignorar eso.

Me sacó de mis pensamientos un golpe en la puerta seguido de alguien quejándose de dolor y reí al pensar en Felíx electrocutándose una vez más con la puerta.

  —Terminarás con el cerebro frito —me burlé antes de abrir la puerta.

Me sorprendí al encontrarme con la última persona que vendría a verme, alguien muy diferente a mi rubio amigo.

 —Quería asegurarme de que funcionara —dijo con una mueca de dolor.

—Peter —susurré.

Una sonrisa de genuina felicidad se escapó de mis labios. En ese momento todo desapareció, no podía pensar en otra cosa que no fuera en él frente a mí.

—¿Puedo pasar? —preguntó con inusual timidez.

Lo miré con recelo y observé a mi alrededor, parecía demasiado extraño que  Peter actuara de esa forma. Desde que me había encontrado con Henry todo me parecía una trampa, por lo que había preferido no salir de mi cueva subterránea.

—¿Es una trampa? —dije alejándome un paso.

—No, no te vayas —me pidió—, sólo quiero decirte algo. Por favor.

Peter mordió su labio inferior, inhaló y suspiró pesadamente antes de mirarme a los ojos.
Me sentí estúpida por apenas haber notado que estaba nervioso.

—Mejor hay que entrar, para poder hablar sin que nos interrumpan —sugerí al recordar que Félix podría venir en cualquier momento.

Asintió pero sólo pasó y cerró la puerta, quedándose estático cerca del marco.

—¿Quieres hablar aquí?

—De esta forma será más rápido el irme —dijo en voz baja.

—Peter...

—Sé que ahora probablemente me odias —me interrumpió—, pero no comprendes las razones que tuve para tratarte así.

—Ya sé que no eres capaz de quererme como yo lo hago, me lo dejaste claro —sonreí con tristeza—, ¿aún hay algo más qué decir sobre eso?

Asintió con una tenue sonrisa.

—Lo hay, no sé si ahora tenga sentido decirlo sin parecer un imbécil por todo lo que te he hecho, pero lo haré y después puedes sacarme a patadas si lo deseas.

—Me parece justo —dije con una pequeña sonrisa.

—Quiero ser honesto, quiero decirte que desde la primera vez que te vi me dejaste muy sorprendido. Mi plan no era admitirlo pero me divertía el hecho de que no pudieras quedarte callada un minuto, cada comentario sarcástico y cada respuesta inteligente sólo para buscar insultarme. Me volvías loco y me encantaba, pero no podía permitirte eso frente a los chicos por lo que intenté actuar de la misma forma en la que trataba a los demás.