46. Abrazo especial

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N/A: Este es un capítulo importante y deben leerlo sí o sí, pero si no quieren leer las partes explícitas entonces sólo dejen de leer cuando vean esto -> ❇❇❇

Advertencia: Contenido sexual explícito y de carácter erótico, se recomienda discreción.

Peter se aclaró la garganta esforzándose por ocultar su sonrojo y parecer molesto.

—El único que manda aquí soy yo —dijo tratando de imponer autoridad.

—Sí, antes, cuando todo era divertido —gruñó Ed.

Peter me arrebató el plato de Ed y le sirvió una cucharada más de sopa.

—Toma, pequeño idiota.

El pelirrojo tomó de mala gana el cuenco de sopa y le sacó la lengua, contrario a la que sospechaba sería la réplica de Peter, él sólo se limitó a mostrar su lengua de la misma forma aniñada. Dirigí mi mirada hacia Félix y ambos compartimos la misma expresión de sorpresa, tal vez me estaba volviendo tan sádica como Ed pero honestamente esperaba una reacción más despiadada por parte de Peter.

—Inusual —susurró Félix.

—¿Qué miran? ¡Todos regresen a sus asuntos! —ordenó Peter alzando la voz.

Me aclaré la garganta y serví un plato para Harry, el castaño lo tomó inmediatamente para alejarse junto a su, en ese momento, pasmado amigo. Suspiré cuando Peter se acercó a mí y me tomó de la muñeca para alejarnos un poco de los niños, sabía claramente que no me salvaría de una reprimenda por su parte.

—Detesto que me contradigas frente a ellos —masculló entre dientes—, haces que no respeten mi autoridad.

—Con actitudes impulsivas sólo harás que te tengan más miedo en lugar de respetarte.

—¿Pretendes enseñarme cómo mantener el orden en mi isla? —alzó una ceja.

—Oh, no. Padre y madre están discutiendo otra vez —dijo Félix en tono jocoso.

Ambos miramos al rubio que estaba sentado y comiendo a un par de metros de nosotros, pareciendo entretenido e incluso divertido con la situación.

—No se detengan por mí —movió su mano con desdén—, continúen.

Peter me dedicó una mirada de fastidio, se dio la vuelta y se alejó dejándome con las palabras en la boca. Alcé una ceja en dirección a Félix pero él simplemente se encogió de hombros, resultando de poca ayuda.

No sabía si debía seguirlo para disculparme o no hacer nada, yo era consciente de que con mi actitud los niños no lo tomarían en serio pero tampoco él tenía la mejor forma para poner orden. Antes de que pudiera elegir qué hacer Peter ya había regresado con dos cuencos de sopa y me ofreció uno, dejándome anonadada por su actitud.

—¿Yo gané la discusión? —dije extrañada.

—Tienes razón —susurró.

Alcé ambas cejas completamente atónita, Peter dándole la razón a alguien resultaba en extremo raro.

—Tal vez no tengo los mejores métodos porque no bromeaba cuando lo amenacé con cortar su lengua, pero me molestó tanto que él comenzara a insultarte y sé que en parte es mi culpa que Ed sea un maleducado. Supongo que te debo una pequeña disculpa —dijo desviando la mirada, pareciendo apenado.

No te pertenezco Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora