Parte 1: Capitulo 1

6.8K 261 34
                                    


"La miraba con ese brillo en sus ojos, la misma mirada que tiene cuando habla de algo que le apasiona"

Que si tímida, introvertida, callada, asocial.

¿Por qué?

Solo por lo que ves.

No sabes nada.

Ella sonríe, ríe ruidosamente, es extrovertida, habla demasiado.

¿Por qué no lo comprendes?

Porque solo lo hace con quien se siente cómoda. Algunos dicen que no es ella misma pero ¿Cómo puedes ser tú mismo siempre? ¿Sin importar con quien estés? Simplemente te tengo una frase: Algunas personas no merecen conocerte.

Aunque bien podría decir, que si no nos damos tiempo de conocer a alguien, no sabremos si merece conocernos, pero ¿de algún modo hay que hacerlo, no?

Esto pasa, esto crece, esto te hace persona.

Camila es ambivalente, insegura, tímida, inteligente y guarda en su interior un profundo miedo a ser juzgada, señalada y criticada.

—Camz—llamó.

La chica seguía sin moverse.

—Camz—llamó una vez más, casi susurrando junto a su oído, para que nadie escuchara, aunque no importaba si alguien lo hacía, no en su casa.

—Hmm—murmuró entre dormida la aludida.

—Tienes que levantarte—pidió.

— ¿Por qué?—suspiró la chica.

—Porque van a ser las diez de la noche—dijo acariciando su cabello, jugando con un mechón entre sus dedos.

—Déjame dormir otro poquito—pidió.

—Tú mamá va a empezar a llamar en cualquier momento, primero va a llamarte y si no contestas, llamara a Chris y ¿Qué va a decir Chris? ¿Qué estas durmiendo en mi habitación?—preguntó intentando razonar.

—Yo solo quiero dormir un poco más, sabes, aquí se duerme muy bien—rezongó.

—Puedes ir y luego duermes en tu cama—insistió recostándose a su lado y jugando aun con su cabello.

—Tú solo quieres que me vaya—dijo en ese tono de niña desenfadada que utilizaba y que encantaba a su acompañante.

—Créeme, esa sería la última cosa que desearía, si vieras lo que yo, no dirías eso. Tú sobre mi cama con todo este cabello esparcido en mi almohada, bueno, yo no quiero que te vayas. Pero tampoco quiero que tengas problemas con tu mamá y otro día, no puedas volver a dormir en mi cama—le especificó haciendo que el corazón de la chica, medio dormida aun en la cama, latiera con fuerza.

—Es culpa de esta cama—murmuró—Esta todo este olor alrededor, que es una combinación de ese perfume agradable... como pino y luego ese mismo olor que está en el cuello de... y entonces creo que me hice un poco adicta y no puedo levantarme—dijo sonriendo contra la almohada, porque sí, todo ese olor que ella amaba estaba ahí, pegado en su nariz, y no quería dejarlo para ir a dormir en su fría y aburrida cama.

Una suave risa se escuchó en la habitación.

—Aunque suene como algo que me encanta lo que acabas de decir, en serio Camz, tienes que irte—dijo.

Un suspiro largo y la chica estuvo sentándose en la cama.

—Bien, bien, me voy—se giró acomodando su cabello desordenado por la reciente siesta— ¿Me vas a llevar?—la miró con esos brillantes ojos cafés que dicen miles de cosas, que hacían a su corazón saltarse más latidos que nada, con esos ojos cafés que roban su aliento y le hacen olvidar lo que está a punto de decir. Negó, porque sus ojos le habían robado palabras. — ¿Por qué?—hizo esa cosa adorable con sus labios y quiso inclinarse y besarla.

LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora