Capitulo 14

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"Un abrazo. Con lengua o con literatura. Con lo que tu prefieras. Ojala conmigo"

LPOV

Soy condenadamente afortunada, es todo lo que puedo pensar.

Soy increíblemente afortunada, eso es todo lo que puedo pensar mientras la miro.

Compre un par de bocadillos y un par de refrescos y nos llevo hacia un parque alejado de la ciudad.

Solo quiero estar con ella tanto tiempo como me sea permitido.

Subimos unas escaleras en el mismo parque, ella se ve absolutamente preciosa rodeada de tanto verde, el verde de la naturaleza, la naturaleza y ella son una combinación asombrosa. Como nuestras noches en el parque, como nuestra cita en la playa, como nosotras dos en lo alto de un edificio abrazadas con nada más que el viento y la magnificencia del cielo frente a nosotras.

La quiero.

Nunca había tenido tanta certeza sobre nada en la vida y entiendo que quiero esto todo el tiempo, y voy a hacerlo todos los fines de semana hasta quedarme sin dinero, no me importa en absoluto quedarme sin dinero. Conseguiré un trabajo, algo hare pero no me importa.

—Eh, Camz—llamo, ella va un par de escalones más adelante, tan entusiasmada por la naturaleza y por llegar al lugar que le he prometido mas allá de la cabaña de los baños. Cuando se gira, de nuevo, me quedo sin aire.

Por suerte reacciono rápido, alzo mi celular.

—Espera—indico mientras activo la cámara, ella sabe lo que hago y me regala una sonrisa. Y estoy absolutamente enamorada de ella y de la forma en que mi celular la captura, su sonrisa es mía, es mi secreto, es especial. Sus ojos me miran y sé entender todas las cosas que quiere decirme. Me deleito con las curvas de su cuerpo, con su piel morena descubierta, miro la foto capturada en mi celular y sé que quiero ponerla donde pueda verla, en el fondo de pantalla de mi celular y en la mesa de noche junto a mi cama.

La quiero siempre conmigo.

Sonrió.

—Corre, Camz—se que en mi rostro se ha desplegado una sonrisa mas de juego que de nada, ella suelta un grito ahogado como si supiera mis intenciones y empieza a correr escaleras arriba, la sigo a paso acelerado pero la dejo aventajarme porque sé que voy a alcanzarla. Yo siempre voy a alcanzarla.

Ella llega arriba y estoy riendo y con un ojo sobre sus movimientos porque ella ríe, corre y se gira a mirarme.

Cuando alcanzo la cima no pienso dejarla ir demasiado lejos, veo los arboles con las hojas naranjas del otoño, veo a lo lejos el pequeño estanque, la grama baja, las bancas, algunas personas a lo lejos, y a pesar de que veo todo esto también la veo a ella, acelero mis zancadas y su risa llena todo en mi, hasta que la tengo justo donde quiero, entre mis brazos.

—Te tengo—digo sin parar de reír por su grito chillón y las patadas que tira intentando soltarse, la elevo un poco y soy consciente de la forma en que mi piel se eriza al contacto de mis brazos con la piel desnuda de su abdomen.

La deslizo y luego deslizo mis manos contra su piel logrando solo erizarme más pero rápidamente moviendo mis dedos contra sus costados para provocar su risa.

Ella es solo sensible y tiene cosquillas en cada porción de su preciosa piel.

Estoy en el cielo con toda su risa llenando todas partes.

Es como, se escuchan los pájaros cantar y el movimiento de las ramas de los arboles con el viento, pero entonces esta su risa y nada más importa.

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