Capitulo 2

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"Eres lo más bonito que he hecho por mi" 

Un día en el instituto sin Chris, era un día como los de antes, un día de mierda. Un día solitario, un día que quería pasara rápido.

Es terrible sentir miradas sobre ti, porque la gente hace eso cuando no estás en las actividades comunes de ellos, hablar de ti, susurrar sobre ti, mirarte como esperando por el tercer ojo o que reacciones no sé de qué manera. Cuando te llaman raro, en esas circunstancias, siempre me he preguntado si los raros somos nosotros, como ellos dicen, o en realidad son ellos.

Camila anda sola por decisión, no por imposición, cuando las personas se le acercan, ella les sonríe, ella les saluda, pero ella no da indicios para establecer ningún tipo de relación amistosa. Su lema siempre había sido, iré al instituto para graduarme, no para hacer amigos del alma. Todo porque siempre se consideró una persona difícil para hacer amistades, mucho por el hecho de que a las personas les gusta hablar, hablar y hablar, ¿a ella? A ella le gustaba hablar con Chris, porque Chris no estaba preguntándole constantemente por su vida, Chris bromeaba, Chris hablaba sobre él y su encanto, Chris hablaba sobre su vida y no de la de ella. Por eso con Chris era fácil, incluso podía hacer chistes, podía reír estridentemente, hablar alguna tontería que se le ocurriera y él reiría y haría comentarios de la misma cosa. Chris no esperaba que ella tuviera secretos estrepitosos, Chris era simplemente Chris.

Pero hoy Chris no estaba, ni él ni... nadie. Estaba sola.

Caminó por los pasillos hasta su clase, sin quedarse afuera para hablar y reír con nadie, simplemente fue y tomo su asiento, demasiado temprano, esperando para que todos llegaran, inclusive su profesor de literatura. Revisó su celular una última vez antes de que este entrara, dándose cuenta de que no tenía señales de nadie en él, queriendo escribirle, pero sin saber que decirle.

Suspiró cuando salió de literatura y fue a historia. Sin nada en su celular.

Volvió a suspirar cuando salió de historia y fue a Biología, aun sin nada en su celular. Cuando esas cosas pasaban, pensaba que tal vez no le importaba tanto como a ella y esos eran malos pensamientos, obsesivos pensamientos que la asustaban a veces.

—Mila, ¿Por qué tan sola, preciosa?—la saludó Charlie, algún chico del instituto a quien ella siempre procuraba ignorar de la mejor manera.

—Hola, Charlie—dijo simplemente. No tendría por qué responderle nada más.

— ¿Cómo estás?—él se sentó a su lado.

—Bien ¿y tú?—intentó sonreír pero le salió una mueca deforme.

—Excelente—le sonrío, él tenía una bonita sonrisa y un bonito rostro, ella podía reconocer ambas cosas, pero solo eso y esas cosas nunca serían suficientes. —Y cuéntame, ¿Cómo has estado? No te he visto en ningún juego de la temporada ¿no vas a ir?—preguntó, bien, ella sabía que Charlie no la conocía en absoluto y que simplemente estaba intentando hablar, pero esas preguntas eran irritantes.

—No me gusta demasiado el fútbol—le dijo encogiéndose de hombros y esperando con ansias a que el profesor de Biología entrase pronto al aula.

—Pero es divertido, puedes venir un día, con el grupo—le dijo sonriendo. Él tenía eso, podía sonreír todo el tiempo y sus sonrisas no eran aterradoras, aunque había cierta cosa en sus ojos que a ella le daba desconfianza.

—No lo creo—dijo arrugando la nariz.

— ¿Qué haces para divertirte?—le preguntó entonces él, demasiado curioso con la chica que, siendo tan hermosa, se mantenía tan alejada de todos y todas. No hacía grupo con las chicas, para sus constantes cotilleos, tampoco iba a las fiestas, los partidos y muy pocas veces andaba con gente. Él solo la había visto en sus clases con Christopher Jáuregui, pero ese chico no era como ella, Christopher si hablaba con los demás, iba a fiestas, se reunía con ellos, pero tenía además el privilegio de la chica.

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