Capitulo 3

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  But I wanna stay with you until we're grey and old  

Lpov

Lo que resta de sábado pasa con ella enredada entre las sabanas, apenas logro convencerla para que coma algo, y el tiempo corre mientras mi mente planea las cosas que tengo por hacer.

Cuando finalmente es por la noche y se queda profundamente dormida, dejo un suave beso sobre sus labios y otro más duradero en su frente, coloco bien las sabanas sobre su cuerpo y dejo todo en silencio, saliendo de allí para hacer lo que debo.

Tengo que enfrentar la vida. Y mostrarle a ellos y a cualquiera, que ella no está sola. Nunca más.

Llevo las llaves y una mochila desocupada, solo eso. Camino suavemente, decido que voy a caminar para así meditar paso a paso lo que voy a hacer.

Aun no le he dicho nada a mis padres o a Chris de lo sucedido, no sé cómo vayan a reaccionar. Por suerte Chris está en un partido en otra ciudad, no habría podido mantenerlo alejado de ninguna manera.

Doy el último giro y visualizo su casa, que, sabiendo que ella no está ahí dentro sino segura en mi antigua habitación, me parece de lo más insignificante.

Camino con pasos seguros y tranquilos hasta llegar a la puerta, toco y espero.

— ¿Qué haces tú aquí? vete—dice la mujer no más al abrir la puerta y verme ahí. Sonrió con cinismo.

— ¿Podemos hablar un minuto, o dos?—pregunto. No estoy realmente interesada en hablar con ella, pero ya una vez conseguí una tregua para Camz con ella, ahora solo necesito cerrar esto por ella, para poder seguir adelante en paz. Me deja pasar y cruzo la estancia, alejándome de la mujer. Por un momento siento lastima mientras la contemplo, su rostro amoratado... no es un reflejo de Camz, pero aun así causa impresión lo que veo.

— ¿Qué quieres? Alejandro puede llegar en cualquier momento—dice, y por un momento veo en sus ojos algo, miedo.

—Siento una enorme pena por lo que es su vida, Señora Cabello. Sin embargo, no estoy aquí para mucho, solo para pedirle un par de cosas—dije, sonando más calmada de lo que todos mis pensamientos anteriores me hacían pensar que iba a estar.

— ¿Crees que estas en el derecho de pedirme algo? ¿Después de lo que has hecho a mi hija?—fruncí el ceño ante su reclamo.

— ¿Su hija? ¿Cree usted tener derecho a llamarla su hija? Evidentemente algo está mal en su mente, Señora, si cree que puede llamarla su hija y tener algún sentido de posesión y preocupación por ella cuando lo único que ha hecho es hacerle daño—recrimine. —Desde que conocí a Camila, ha sido una chica luchando contra cada sentimiento en ella para evitar decepcionarles, pero hay cosas que están fuera de nuestras manos, y usted, en lugar de brindarle comprensión, solo fue participe de los abusos violentos de su esposo, los cuales iniciaron mucho antes de que usted o él tuvieran una idea sobre los sentimientos de Camila—dije. —Sé que la vida se va a encargar de tomar lo que ustedes han tomado de ella, pagar sus frustraciones con ella, por sus elecciones o sexualidad—negué. —Es simplemente retrograda, pero no estoy aquí para discutir eso, estoy aquí para pedirle que, si considera que ella es su hija, tiene algún sentimiento de aprecio o valor por ella, permita alejarla de aquí de la forma correcta, una autorización para el instituto y otra para poder viajar, lastimosamente aun no es mayor de edad—dije.

— ¿Vas a hacerte cargo de ella?—preguntó.

—Es lo que estoy haciendo, Señora. No voy a abandonarla—dije.

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